Barco de dragados y vertido en acción en la costa galesa una noche de 2018. Fuente: Beyond Nuclear International. |
En
2018 la empresa estatal francesa Électricé de France (EDF) dragó
lodo radioactivo en la zona de construcción de Hinkley Point C, y lo
vertió cerca de la costa de Cardiff, en Gales. La operación causó
una considerable oposición, y la integridad científica de los tests
realizados para analizar el lodo fue disputada desde la primera ronda
del vertido.
por
Tim Deere-Jones y Brian Jones
Artículo
publicado originalmente en Beyond Nuclear International.
Pese
a las exigencias para que se pospusiera el vertido y así poder tanto
el gobierno galés como NRW medir la radioactividad en la costa sur
galesa, prestando un especial interés a los nucleidos presentes en
los sedimentos que serán seguramente vertidos, como el plutonio,
americio, cobalto-60, estroncio, tritio... se permitió que la
industria nuclear procediera sin previa recogida de dato alguno.
Consecuentemente,
ninguna de estas instituciones ha monitorizado la radioactividad de
la zona en aras de medir los efectos del vertido sobre el ecosistema
y las comunidades humanas cercanas. Pese a que este tuviera lugar
cerca de una zona densamente poblada.
Como
ya avisaran las personas detrás de la petición a la Comisión del
Senedd, la Asamblea Nacional Galesa, hay una preocupante ausencia de
datos en relación a este vertido.
Sin
embargo, RIFE, el programa anual de supervisión marina en todo el
país, que también analiza aquellas áreas alrededor de donde haya
habido, o siga habiendo, actividad nuclear, proveyó de información
relevante que muestra un importante aumento de la radioactividad
precisamente en los sedimentos vertidos al mar.
El
dragado en Hinkley Point y el vertido de lodo en la Bahía de Cardiff
En
2017 y 2018 EDF comenzó sus labores de excavación en la zona
intermareal de la Bahía Bridgewater, en Somerset, para facilitar la
construcción de tuberías submareales que descargarían los residuos
radioactivos líquidos directamente al mar, y también para la
entrada de agua de refrigeración e instalaciones portuarias para la
propuesta central de dos reactores Hinkley Point C.
Junto
con el permiso para llevar a cabo estos trabajos, el gobierno galés
y NRW también han permitido a EDF que vierta 300.000 toneladas de
sedimento radioactivo a la Bahía de Cardiff, que se encuentra a 2
kilómetros de la línea de mar de Cardiff.
Como
respuesta, la ciudadanía galesa ha iniciado protestas a través de
una petición a la Comisión del Senedd, apoyada por más de cien mil
personas.
Dada
la importante ausencia de datos e información sobre las posibles
consecuencias de la radioactividad de los sedimentos y su impacto en
la costa, ecosistema y comunidades galesas, el objetivo de estas
protestas es atrasar el nuevo vertido para recabar información
previa.
Los
miembros de la Asamblea Nacional Galesa que participan en el Comité
de Peticiones tuvieron la oportunidad de escuchar al asesor de
radioactividad marina Tim Deere-Jones, que apoyaba esta petición, y
a EDF y NRW, que se oponían a la misma. Y concluyeron finalmente que
la solicitud de la petición era válida y por tanto pasaba a debate
plenario en la Asamblea.
Durante
el subsiguiente debate, la gran mayoría de miembros de la Asamblea
que participaron se pronunciaron en favor de la petición. Sin
embargo, la Ministra de Medioambiente, Leslie Griffith, con el apoyo
del gobierno galés, ignoró los deseos de la mayoría y de la
población galesa, y permitió que el vertido siguiera adelante sin
mayores cambios.
Las
muestras del medioambiente marino cercanas a, y aguas abajo de, la
zona de construcción de Hinkley Point quedan reflejadas en los
informes anuales RIFE, que nos muestran las concentraciones de
radionucleidos descargados al mar desde dicha zona.
Muchos
de los radionucleidos registrados en estos informes también figuran
como presentes en la zona del vertido en la Bahía de Cardiff. Esto
es particularmente cierto en aquellos radionucleidos fuertemente
asociados con sedimentos que incluyen cobalto-60, americio-241,
plutonio y tritio.
Sin
embargo, el análisis de los sedimentos dragados comisionado por EDF
renunció a analizar el plutonio y el tritio, de la misma manera que
el plutonio no recibe tratamiento en los informes RIFE.
La
metodología de recogida de muestras (un raspado de superficies que
normalmente no tiene mayor profundidad que unos pocos centímetros),
y el número de sitios (intermareales con fácil acceso desde la
costa y carreteras) de los que se toman estas muestras, generan
resultados sobre las deposiciones anuales de radioactividad
descargada al mar desde Hinkley, o liberada como resultado de
actividades inusuales como el dragado y la construcción.
Dado
que los informes anuales sobre las operaciones de la central Hinkley
no indican nada inusual, podemos concluir que los importantes
aumentos de concentraciones de radioactividad que quedan reflejados
son consecuencia de sus actividades de construción, dragado y
vertido de lodo al mar, y que tuvieron lugar en 2017 y 2018.
Fuente:
Tim Deere-Jones, Brian Jones, Stirring up trouble, 15 febrero 2020, Beyond Nuclear Internacional.
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