Aunque
se encuentra dentro de los países que aún cuentan con reserva de
biocapacidad, entendida como sus reservas en términos ecológicos,
alcanzó el Día del Exceso de la Tierra más de un mes antes de lo
calculado para el promedio mundial.
por
Laura Rocha
La
Argentina entró en default ambiental. Eso significa que, al día de
hoy, el país ya consumió los recursos naturales que puede producir
durante todo un año, tomando a préstamo los recursos futuros
proporcionados por la Tierra. Si se hiciera una proyección, respecto
de los servicios ecosistémicos para abastecer las necesidades de
consumo de la población necesitaría un planeta y medio.
Estos
datos, presentados ayer por la Fundación Vida Silvestre Argentina,
están basados en datos de la Huella Ecológica, que mide los
recursos naturales que tenemos y cómo los utilizamos.
Para
el mundo, el overshooting day (como se lo llama en inglés) se
retrasó, respecto del año pasado tres semanas como consecuencia de
la pandemia de COVID-19 que castiga al planeta desde hace poco más
de seis meses.
“La
situación ambiental que estamos viviendo podemos compararla con
pagar el mínimo de la tarjeta de crédito. Acumulamos deuda para más
adelante y llega un momento en que se vuelve insostenible”, explica
Manuel Jaramillo, director de la ONG.
El
“Día del Exceso de la Tierra” es una iniciativa realizada por
Global Footprint Network (GFN) que busca generar conciencia y señalar
el exceso de velocidad con el que estamos “consumiendo el planeta”.
A nivel global ese día se estima para el 22 de agosto, unas semanas
después de lo que ocurrió en el 2019, pero ya teniendo en cuenta el
parate de emisiones ocurrido durante la pandemia. Esta fecha se
calcula a partir de comparar la suma de todas las demandas de consumo
del mundo con los recursos naturales disponibles para solventar ese
consumo y la capacidad de respuesta que tienen los ecosistemas para
reponer esos recursos.
Uno
de los costos de nuestra deuda ecológica es el cambio climático,
como consecuencia de que los gases de efecto invernadero se emiten
más rápidamente de lo que pueden ser absorbidos por los bosques y
los océanos. La pérdida de biodiversidad, la conversión del suelo,
la deforestación, la sobrepesca, la escasez de agua y de alimentos,
y la contaminación también están del lado del debe en la lista.
"Tenemos
una cantidad de cosas que es irracional; hay algo que está mal en
nuestra cultura de consumistas que está destruyendo el planeta. Hay
que demostrar que la conservación es un beneficio económico para la
sociedad: la naturaleza destruida es el caldo de cultivo para las
pandemias" dice Yolanda Kakabadse, representante de la ONG
internacional WWF para América latina refiriéndose al impacto de
las zoonosis en la vida de las personas.
“Las
actividades humanas y la sobreexplotación de los recursos afectan a
los ecosistemas, su funcionamiento y a todas las especies asociadas,
lo cual nos lleva a una reflexión urgente: la variable ambiental
debe ser incluida en el desarrollo de un modelo social económico y
productivo, que tenga en cuenta a la naturaleza y a las personas,
para que sea justo y sostenible en el tiempo. La naturaleza nos ha
dado indicadores de su capacidad de respuesta ante una reducción de
nuestra huella ecológica, recordándonos que nosotros necesitamos
mucho más al planeta, de lo que él necesita de nosotros”, agrega
Jaramillo.
Según
datos de GFN, la Argentina se encuentra dentro de los países que aún
cuentan con reserva de biocapacidad -entendida como sus reservas en
términos ecológicos- para producir recursos y proveer servicios
ambientales, detrás de Brasil, Bolivia, Uruguay y Paraguay. Sin
embargo, hay datos alarmantes de nuestro país que dan cuenta que aún
hay mucho por hacer al respecto, considerando además que a pesar de
nuestra alta biocapacidad estamos por encima de la media a nivel
mundial, marcando en el calendario el 26 de junio como el Día del
Exceso de la Tierra en la Argentina, más de un mes antes que la
fecha global:
- Desde la sanción de la Ley de Bosques Nativos en 2007, se perdieron 3.500.000 hectáreas de bosques nativos y con ellos todos los beneficios asociados. El ritmo promedio ha sido de aproximadamente 300.000 hectáreas deforestadas por año, el equivalente a la superficie de CABA por mes.
- Nuestra matriz energética se basa, principalmente, en el uso de combustibles fósiles, cuya combustión emite gases de efecto invernadero y otros contaminantes a la atmósfera, que son los principales causantes del cambio climático y el calentamiento global.
- Se estima que de un 20 % a un 30 % de los recursos pesqueros en Argentina se descarta sin vida al mar.
“La
única manera de retrasar esta fecha es un verdadero cambio en
nuestra forma de vida. Desde el modo que consumimos y producimos los
alimentos, la forma en que nos movemos, cómo conseguimos nuestra
energía e incluso en qué invertimos nuestro dinero. Si bien todas
las personas podemos hacer algo para retrasar esta fecha, por
supuesto también hacen falta cambios a gran escala desde los
gobiernos y las empresas. Nuestro país, por ejemplo, tiene la
posibilidad de aumentar los compromisos asumidos en el Acuerdo de
París. Podemos plantear un compromiso mucho más ambicioso de
reducción de emisiones si buscamos enfrentar realmente el problema
del cambio climático. Por ejemplo a través de la inversión en
políticas de eficiencia energética o energías renovables, en el
transporte, en la construcción e incluso en los sectores
agropecuario y forestal”, señaló Manuel Jaramillo, Director
General de Fundación Vida Silvestre Argentina.
Fuente:
Laura Rocha, La Argentina entró en default ambiental: a pesar de lapandemia ya consumió los recursos naturales que generó para un año, 26 junio 2020, Infobae. Consultado 29 junio 2020.
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