La
Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie)
denunció este miércoles que sospecha de un nuevo derrame petrolero
en la cuenca del río Coca, en la Amazonía del país, pese a que las
autoridades lo descartan y aseguran que es un remanente de otro
percance anterior.
Marlon
Vargas, presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas
de la Amazonía Ecuatoriana (Confeniae), filial de la Conaie, aseguró
que este nuevo suceso pondría en riesgo a comunidades que se
asientan en la región.
El
propio Vargas, junto al presidente de la Conaie, Jaime Vargas,
mostraron la contaminación del afluente mediante un vídeo colgado
en la cuenta de Twitter de la organización indígena amazónica.
“En
todas las riveras de los ríos Coca y Napo hay restos de petróleo,
pero la gente sigue consumiendo (pescado de esos afluentes), porque
es la única fuente de alimentación que tienen” dijo Jaime Vargas
a EFEverde.
Según
los dirigentes indígenas, el hecho habría ocurrido este lunes tras
romperse un oleoducto en el mismo sector donde ya ocurrió una rotura
el pasado 7 de abril.
Los
indígenas culpan a las empresas petroleras, la privada Oleoductos de Crudos Pesados y la estatal Petroecuador, de ser las responsables de
los vertidos que han causado efecto en la salud de los habitantes
amazónicos.
“Hay
una fuerte afectación a la vida misma porque se han quedado sin
agua, además no tienen servicios básicos”, recalcó el presidente
de la Conaie.
Petroecuador
lo niega
Sin
embargo, Petroecuador aclaró este lunes que “no se ha producido un
nuevo derrame de hidrocarburos en el oriente ecuatoriano” y que las
operaciones en el estatal Sistema de Oleoductos Transecuatoriano
(SOTE) “son estables”.
La
petrolera ecuatoriana señaló que la presencia de crudo advertida
recientemente por los líderes indígenas seguramente corresponde a
remanentes estancadas desde el percance del pasado 7 de abril, cuando
se produjo la rotura del SOTE, del OCP y de un “Poliducto” de
derivados, tras registrarse un socavón de tierra en un sitio por
donde pasaban las tuberías.
Esa
rotura, ocurrida en el sector de San Rafael, en el límite entre las
provincias amazónicas de Sucumbíos y Napo, provocó la
contaminación de los ríos Coca y Napo, aunque las empresas OCP y
Petroecuador coincidieron en que se habían atendido los efectos
sanitarios, sociales y ambientales causados.
No
obstante, los dirigentes indígenas amazónicos presentaron ante la
justicia una acción de protección con medidas cautelares a favor de
las comunidades afectadas, debido al impacto causado por el vertido.
Jaime Vargas, el presidente de la Conaie, volvió a pedir una “reparación
integral inmediata”, pues dijo que hasta el momento “el Estado no
ha dado respuesta”.
Según
él, los ministerios de Salud y Ambiente, que debían atender la
emergencia, “no responden al pueblo sino al Estado o a la empresa”
privada.
Petroecuador,
de su lado, insistió en que desde el pasado lunes se han activado
“equipos de remediación ambiental” y se han establecido “cuatro
puntos de control” como medidas para evitar afectaciones a las
poblaciones ubicadas en las riberas de los ríos afectados.
Transporte
de 360.000 barriles de crudo al día
El
SOTE, de unos 500 kilómetros de longitud y que corre paralelo al
OCP, tiene una capacidad de transporte de 360.000 barriles de crudo
por día y une los campos de extracción en la región Amazónica
(noreste) con los puertos de embarque en la provincia costera de
Esmeraldas (noroeste).
Ecuador,
que produce unos 530.000 barriles de petróleo diarios, basa su
economía en la exportación de crudo, una de las principales fuentes
de ingreso de divisas para una economía que está completamente
dolarizada desde el año 2000.
Fuente:
Indígenas de Ecuador sospechan nuevo derrame petrolero en río de la Amazonía, 25 junio 2020, EFEverde. Consultado 25 junio 2020.
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