por
Claudia Mazzeo
BUENOS
AIRES, 24 jun 2020 (IPS) - Habiendo agotado las poblaciones de peces
en aguas internas, las flotas de grandes naciones pesquera,
especialmente de China, ahora se trasladan hacia aguas territoriales
de los países de bajos ingresos para satisfacer la creciente demanda
de mariscos, según un estudio publicado por el Instituto de
Desarrollo de Ultramar (ODI).
El
estudio halló que el área de operaciones más frecuente de esa
flota china es el Pacífico Noroeste, con un impacto significativo
sobre Vietnam, Filipinas y Camboya. Sin embargo, las actividades más
intensas fueron las pesquerías de calamar en el Atlántico
sudoccidental y el sureste del Pacífico, especialmente en la costa
de Perú.
Como
resultado de la expansión de la pesca mundial, 90 por ciento de las
poblaciones de peces de agua salada de interés comercial se
sobreexplotan o pescan hasta sus límites máximos sostenibles, según
datos de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura).
Un
análisis encontró que en las zonas económicas exclusivas (ZEE) de
los países de bajos ingresos, 84 por ciento del esfuerzo pesquero
industrializado provenía de otros países, y 78 por ciento de
embarcaciones con bandera de países de ingresos altos y medios
altos.
La
investigación de ODI dice que aproximadamente 20 por ciento de la
captura mundial “ilegal, no declarada y no reglamentada” (INDNR)
proviene de Mauritania, Senegal, Gambia, Guinea-Bissau, Guinea y
Sierra Leona, en África.
Aunque
otros países también están involucrados en la sobrepesca, los
autores centraron su investigación en las flotas de China debido al
gran tamaño y la intensa presencia global de sus actividades
pesqueras y los bajos niveles de transparencia y control sobre sus
operaciones.
La
investigación también identificó que casi 1000 barcos chinos están
registrados en otros países, 518 de ellos en naciones africanas,
siendo Ghana, Mauritania y Costa de Marfil los más frecuentes. Las
llamadas banderas de conveniencia (pertenecientes a otros países)
fueron de Panamá, Rusia, Argentina y Camboya.
“La
propiedad y el control operativo de la flota pesquera china es
compleja y opaca. Del análisis de una submuestra de 6122
embarcaciones, encontramos que solo ocho compañías poseen u operan
más de 50 embarcaciones cada una. La mayoría de los barcos son
propiedad de pequeñas y medianas empresas, muchas de ellas filiales
de grandes corporaciones a efectos fiscales”, dijo a SciDev.Net
Miren Gutiérrez, del equipo de Desarrollo y Política Agrícola de
ODI.
La
investigación analizó 5241 movimientos de pesca chinos
correspondientes a 1878 buques durante 2017 y 2018.
Utilizando
técnicas analíticas de big data, algoritmos y sistemas de
información geográfica (SIG) encontraron que las flotas de pesca de
aguas distantes (DWF, en inglés) de China son 5-8 veces más grandes
que lo estimado, con 16 966 buques identificados, 12 490 de ellos
observados fuera de aguas chinas internacionalmente reconocidas.
Por
el contrario, un informe anterior encontró que la flota DWF de la
Unión Europea era de 289 buques en 2014, y que Estados Unidos tenía
solo 225 buques pesqueros en 2015.
Los
buques DWF de un país son aquellos que operan dentro de las ZEE de
otro país, o en alta mar.
Los
arrastreros -asociados con daños a largo plazo para los ecosistemas-
son los buques chinos de DWF más comunes encontrados en el estudio;
los autores identificaron 1821 de ellos, más del doble estimado
previamente.
Para
combatir la pesca ilegal
“Mejorar
la transparencia es la manera más rentable para identificar las
actividades de pesca INDNR. Por lo tanto, los estados costeros, que a
menudo son países en desarrollo, deberían reforzar la transparencia
mediante el establecimiento de un marco regulatorio que ayude a la
publicación sistemática de cualquier otro acuerdo de acceso que
permita la pesca en sus aguas”, dijo Sophia Scherer, coordinadora
de la Coalición INDNR de la UE, de la Fundación de Justicia
Ambiental (EJF).
Scherer
dijo a SciDev.Net que para reducir la pesca ilegal sería ideal el
desarrollo de sistemas electrónicos y armonizados de esquemas de
importación en todo el mundo, con una fuerte trazabilidad en las
cadenas de suministro, ya que permitiría a las agencias de aduanas y
minoristas garantizar que el pescado que ingresa a sus mercados sea
capturado legalmente y de manera sostenible.
“El
estudio advierte de la gran presión pesquera que sufren nuestros
océanos por el desplazamiento de embarcaciones pesqueras de países
distantes, con foco en China”, comentó Pablo Filippo, especialista
en Derecho de los Recursos Naturales de la argentina Universidad de
Buenos Aires.
“Esto
representa un grave problema para varios países en desarrollo que
tienen limitaciones operativas para controlar la pesca en sus
espacios marítimos o en áreas adyacentes a sus zonas económicas
exclusivas”, explicó.
Filippo
agregó que los buques pesqueros chinos tienen una presencia
recurrente en aguas internacionales que rodean las ZEE argentinas.
“Aunque
pescan en alta mar, donde hay libertad de pesca y no está regulada,
toman recursos que son migratorios (por ejemplo, merluza común y
calamar) y cualquier explotación excesiva en áreas cercanas a
nuestras ZEE tiene un impacto económico y del ecosistema en nuestros
intereses pesqueros”, dijo.
Para
Graeme Macfadyen, director de Poseidón, una firma de consultoría
con sede en el Reino Unido especializada en pesca y acuicultura en
todo el mundo, el tamaño de la flota de aguas distantes de China y
sus prácticas plantean serios desafíos a los esfuerzos mundiales
para combatir la pesca INDNR.
Macfadyen
dijo a SciDev.Net que para combatir la pesca INDNR, los estados
costeros deberían “requerir el seguimiento obligatorio de todos
los buques comerciales en sus aguas a través de sistemas de
monitoreo u otros medios”.
“También
es necesario el adecuado control de monitoreo de recursos y las
actividades de vigilancia; ser parte contratante de todas las
organizaciones regionales de ordenación pesquera relevantes y
aplicar medidas de conservación y ordenación relacionadas con la
pesca INDNR. Y también asegurar que la legislación sea adecuada
para su propósito con sanciones y sanciones definidas que
proporcionen un desincentivo suficiente contra la actividad pesquera
ilegal”, dijo.
Recursos
y desarrollo económico
Javier
Villanueva, del Departamento de Pesca y Acuicultura de la Oficina
Regional de la FAO para América Latina y el Caribe, dijo a
SciDev.Net que “uno de los principales desafíos a nivel mundial
sigue siendo la adopción y la implementación efectiva de
instrumentos internacionales, para que la comunidad internacional
pueda trabajar juntos para garantizar la gestión sostenible de los
recursos pesqueros y conservar la biodiversidad marina”.
Entre
estos instrumentos, Villanueva mencionó que la adopción del Acuerdo
sobre Medidas del Estado del Puerto (PSMA) representa una oportunidad
para que los países latinoamericanos frenen conjuntamente la pesca
INDNR.
Su
objetivo es la pesca INDNR al evitar que los buques que realizan esa
actividad utilicen los puertos y desembarquen sus capturas. También
impide que los productos pesqueros derivados de la pesca INDNR
lleguen a los mercados nacionales e internacionales.
Agregó
que en el marco actual “es necesario generar estrategias que
mitiguen los impactos generados por la covid-19 en el monitoreo,
control y vigilancia de la pesca, los impactos en los mercados y el
desarrollo económico y social”. También señala que es importante
asignar y proporcionar recursos suficientes a las autoridades
responsables para llevar a cabo sus funciones.
El
informe de ODI también señala que muchos de los acuerdos que rigen
el DWF chino en las aguas de los países en desarrollo se enmarcan en
términos de desarrollo económico. Los buques chinos obtienen acceso
a los recursos marinos a cambio de inversiones internas, desarrollo
industrial y la generación de exportaciones para el país anfitrión.
Como
explicó Filippo, “el desarrollo de puertos en los países en
desarrollo, al igual que otras obras de infraestructura, financiadas
por concesiones administrativas y operativas, es un tema sensible de
política exterior que limita la autonomía de los países”.
Filippo
también cree que es esencial fortalecer la investigación científica
marina para involucrar a más personas, brindando soluciones para la
gestión de la pesca y la planificación espacial marina.
“Se
avecina un desastre para las comunidades pesqueras en los países en
desarrollo a menos que los políticos a nivel local e internacional
escuchen la investigación científica y los hechos”, dijo
Gutiérrez, directora del Programa de postgrado Análisis,
Investigación y Comunicación de Datos en la Universidad de Deusto,
España.
“Millones
de personas dependen de la proteína del pescado y economías enteras
dependen de esta actividad para obtener trabajo y bienestar. Si no
encontramos una solución colectiva, eventualmente será un desastre
completo para la flota china también”, concluyó.
Este
artículo fue publicado originalmente por SciDev.net.
RV:
EG
Fuente:
Claudia Mazzeo, Flota pesquera china amenaza recursos en países en desarrollo, 24 junio 2020, Inter Press Service. Consultado 30 junio 2020.
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