Los
ambientalistas alertan del gran impacto de la fuga, provocada por una
planta de energía, en una zona con flora y fauna protegida.
por
María R. Sahuquillo
Las
autoridades de la ciudad siberiana de Norilsk han declarado el estado
de emergencia después de constatar un vertido de 20.000 toneladas de
combustible diésel al río Ambárnaya. La fuga procede de uno de los
tanques de combustible diésel de una central de energía térmica
situada al oeste de Norilsk, considerada la capital del níquel de Rusia, a unos 300 kilómetros al norte del círculo polar ártico. La
ciudad, de 180.000 habitantes y con grandes reservas de paladio, ya
está entre las más contaminadas del mundo. Las organizaciones de
defensa ambiental han alertado de las graves consecuencias del
derrame. La compañía que opera la central, Norilsk Nickel, aún
investiga las causas de la catástrofe, pero han señalado que podría
deberse a la descongelación del suelo de permafrost. Otro punto para
la alarma. Las imágenes en los medios locales y las redes sociales
mostraban como manchas de agua carmesí se extendían y avanzaban
durante kilómetros por el río.
“Debido
al hundimiento repentino de los soportes que sirvieron durante más
de 30 años sin problemas, el tanque de almacenamiento de combustible
diésel se dañó, lo que resultó en una fuga de combustible”,
dijo en un comunicado Norilsk Nickel, el mayor productor mundial de
paladio y la principal minera de níquel de Rusia. El vertido se
produjo el domingo aunque solo este martes las autoridades y las
organizaciones ambientales han alertado de la gravedad. “Podría
haberse producido un descongelamiento debido a las temperaturas anormalmente suaves durante varios veranos y que han podido provocar
el hundimiento parcial de los soportes de base”, ha señalado el
vicepresidente de Norislk Nickel, Serguéi Dyachenko a la agencia
estatal TASS. Las centrales se alimentan de gas, pero tienen tanques
con combustible por si hay una interrupción del suministro.
Varios
equipos especializados están ya en la zona limpiando el vertido,
pero el riesgo de que llegue al lago Pyásino -que desemboca en el
mar de Kara, parte del Océano Ártico- es grande, alerta Alexéi
Knízhnikov, de la organización WWF Rusia. Los especialistas pueden
tardar ente 10 y 15 días en extraer el combustible del río, según
ha reconocido una portavoz de la compañía. La catástrofe afecta a
una de las zonas de la reserva natural Gran ártico.
State of emergency in Norilsk after 20,000 tons of diesel leaks into Arctic river system. Fear that thawing permafrost caused damage to storage tank https://t.co/EYvzar8jUQ pic.twitter.com/oN4pOtLZy0— The Siberian Times (@siberian_times) June 2, 2020
Los
ambientalistas explican que el combustible diésel es muy tóxico.
Más incluso que el petróleo crudo. “Un derrame de petróleo
afecta a peces, a pájaros; y el diésel es todavía peor porque la
concentración de sustancias cancerígenas como el benceno es mayor,
así que desde el punto de vista del impacto sobre los organismos que
habitan el río es nefasto”, explica por teléfono Knízhnikov. “Es
además el tiempo del desove y de la migración de los pájaros hacia
el norte por lo que desgraciadamente se producirán muchas muertes de
los organismos vivos en el río y en sus orillas”, añade el
ambientalista, que alerta además de los efectos a largo plazo debido
a que quedarán sustancias tóxicas flotando en un río donde se
encuentra fauna especialmente protegida, como los esturiones
siberianos.
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Fuente:
María R. Sahuquillo, Emergencia en una ciudad del Ártico ruso tras un vertido de 20.000 toneladas de combustible a un río, 2 junio 2020, El País. Consultado 8 junio 2020.
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