El
viceministro de Ambiente y secretario de Control y Monitoreo
Ambiental, Sergio Federovisky, conversó con El Resaltador en una
entrevista exclusiva. El biólogo y periodista ambiental habló de
todo un poco con Maximiliano Taibi y dejó varios títulos a destacar
en una entrevista sin libreto. ¿Qué dice el Ministerio de Ambiente?
La
situación y el contexto actual hacen que no podamos dejar de lado el
ambiente. De hecho, debe ser trasversal a toda política que lleve a
cabo el Estado en todas sus jurisdicciones. Es por esto que
conversamos de todo un poco con Federovisky: Extractivismo,
agroquímicos, veganismos, coronavirus y 5G fueron alguno de los
temas a los que el viceministro de Ambiente se refirió.
El
actual secretario de Control y Monitoreo ambiental fue ganador de dos
Martín Fierro, con el programa Ambiente y Medio emitido por la TV
Pública. Ante esto, se le consultó ¿Cómo se hace para haber hecho
ese programa durante años y ahora formar parte del gobierno en el
sector de control?
“Puede
ser una contradicción, llegado al caso. De hecho, probablemente en
muchos otros momentos de la historia reciente de la Argentina no lo
hubiese hecho. Si yo hubiese interpretado que el gobierno actual
tiene una posición monolítica y fija sobre, por ejemplo, algunos
temas asociados a la política de activismo, al monocultivo, al poder
de Monsanto en el despliegue de la política agropecuaria, etc.
seguramente no hubiera aceptado. Pero yo entiendo que estamos en una
etapa diferente, en términos políticos porque interpreto que este
es un gobierno plural en el cual se puede compartir aun sin pensar
exactamente igual; pero eso no sólamente no es un desmerito para la
opinión de uno, sino que al contrario, es un trampolín frente al
cual uno puede trabajar para poner sus ideas o tratar de imponerlas a
través de la gestión”.
En
el mismo sentido de la primer pregunta, Sergio agregó que “hasta
hace no demasiado tiempo, la dirigencia política argentina pensaba
viejo en materia ambiental. En sentido de considerar que todo lo que
fuese la destrucción de la naturaleza era un sinónimo de progreso.
Hoy esa percepción está siendo muy cuestionada y está siendo
revisada internamente por muchos dirigentes políticos”.
¿Cuál
es la postura que tienen en relación al extractivismo del litio o
con el gas no convencional en lo que es la región de Vaca Muerta?
“Mi
opinión respecto de eso es que debemos discutir tema por tema,
porque en lo que no debemos caer es en el absolutismo de suponer que
el modo de desarrollo de la Argentina es determinado, es a través
del extractivismo y lo único que hay que hacer es ver cómo se
controla que ese extractivismo no sea lo más dañino. Me parece que
nosotros estamos en una etapa en la cual tenemos que discutir otra
cosa, y esa otra cosa es discutir cómo empezar a migrar, cómo
empezar a hacer una transición ecológica desde un modelo productivo
muy vazado en la lógica extractivista, en la lógica monocultivo, en
la lógica minera“.
El
viceministro también agregó “que Lo que debemos es empezar a
discutir cómo hacemos esa transición; no cómo controlamos cada uno
de esos pasos. Y esa transición probablemente tenga, como toda
transición, momentos de mayor avance y momentos de retroceso, y
probablemente algunas concesiones haya que hacer. El punto es tener
en claro cuál es la dirección“.
“La
minería de litio es una discusión a dar. ¿Es lo mismo la minería
de litio que la minería a cielo abierto de extracción de oro? No,
no es lo mismo. Por lo tanto no puede estar metida dentro de la misma
matriz, tiene que tener una discusión aparte. Y la discusión tiene
que centrarse no sólo en la materia ambiental sino en un ítem que
para mi va muy asociado a lo ambiental y en la Argentina nunca logró
ponerse en discusión que es el del desarrollo local. Yo creo que
cuando uno contrasta estos modos de desarrollo extractivistas con
modelos de desarrollo local, más armónicos, más sustentables en el
tiempo, con una trama social y productiva más firme, y más sólida,
de manera natural, va quedando en el camino el modelo extractivista y
va apareciendo el modelo de desarrollo local más sustentable”.
¿Esta
transición también se va a llevar a cabo en la agricultura;
principalmente para dejar de lado los agroquímicos y también para
evitar la fumigación de los pueblos del interior del país?
“El
problema es cómo presentamos la discusión. Y yo creo que la
discusión ha sido mal encarada desde el punto de vista político.
¿Porqué?, porque la Argentina tiene que romper con este discurso
que somos productores de alimentos para 300 millones de personas. Eso
es falso. Si nosotros arrancamos la discusión por ahí, se nos torna
un callejón sin salida, porque nadie va a estar dispuesto a aceptar
terminar con un modelo de producción que alimenta a 300 millones de
personas”.
“Nosotros
tenemos que rediscutir eso en dos ámbitos: el primero es señalar
con muchísima fuerza que la Argentina no es productora de alimento
para 300 millones de personas. La Argentina es productora de
commodities, el commodity es la soja pero podría ser adoquines, y si
lo que tuviera cotización internacional fueran adoquines no
estaríamos discutiendo que estaríamos produciendo adoquines para
300 millones de personas”.
En
relación a la segunda parte de la discusión que planea Federovisky,
y en la cual dejó en claro que aún no se dio en Argentina es que
“si nosotros volviéramos a un esquema como el que existía en la
Argentina en la década del ´40 o el ´50, de cinturones verdes de
abastecimiento frutihortícola para ciudades de más de 500 mil
habitantes es muy probable que arrinconáramos muy fuertemente la
producción insustentable que hoy día tenemos. Le daríamos
cercanía, baja toxicidad, estacionalidad a esa producción, y muy
probablemente pondríamos en jaque al monocultivo”.
Sergio
agregó que “el problema es que el que ganó esa batalla por
pulseada es el monocultivo. Lo que hay que hacer es redimensionar esa
discusión y volver a poner el foco en reconstituír los cinturones
frutihortícolas en todas las ciudades, tener un tambo por ciudad,
romper con esta lógica que la lechuga viaja 2000 kilómetros para
llegar a una góndola, o la leche viaja 1200 km para llegar a una
góndola. Y si nosotros rompemos con esa lógica ahí si vamos a
estar discutiendo de producción de alimentos y el monocultivo va a
quedar en off side por si sólo”.
¿Crees
que el coronavirus tiene este impacto por la degradación del
ambiente?
“Yo
no creo que haya una relación linea que pueda establecerse de
relación causa- efecto. Si creo que la sucesión de pandemias que
hemos vivido en los últimos 15 años: vaca loca, SARS, gripe aviar,
la gripe porcina y ahora el coronavirus; están demostrando que hay
un vínculo anómalo entre los animales silvestres y los animales
domésticos con el ser humano. Nosotros tenemos, llevamos
constantemente virus y bacterias que no nos afectan, porque en parte
ya son de nuestro ecosistema”.
Según
el viceministro de ambiente, el problema está cuando arrasamos el
hábitat natural de los animales silvestres, o cuando consumimos
animales para alimentación, vestimenta o medicina. Ahí es cuando
“favorecemos claramente la posibilidad de ese virus que está
confinado en esa especie, tenga a través de una mutación, la chance
de “saltar” a un ser humano que claramente no tiene las defensas
desarrolladas para la convivencia con ese virus o una bacteria”.
¿Como
ves al veganismo? ¿Hay alguna concepción dentro del equipo acerca
del veganismo o es algo que por el momento se deja de lado?
“Me
parece que hay un tránsito lento todavía, pero bastante persistente
desde la concepción del veganismo o el vegetarianismo. Como una
respuesta sistémica a un modelo de producción y consumo de
alimentos claramente nocivo, e insustentable. Hasta el momento
siempre se lo consideró casi una posición personal que uno tiene
que respetar porque yo no quiero comer animales, o quiero estar sano,
o quiero sentirme sano”.
“No
es el consumo particular de animales lo que genera el problema, sino
el modo de producción, que es fuertemente generador de emisiones de
dióxido de carbono a la atmósfera, por tanto es uno de los
efectores más grandes del cambio climático y el calentamiento
global. Es uno de los más grandes propulsores de la deforestación a
escala. Y fundamentalmente es uno de los más grandes contaminantes
sobre la tierra”.
“Si
nosotros vemos que para alimentar en promedio a una persona con una
dieta abierta, necesitas hasta 18 veces más tierra que para
alimentar a una personas con una dieta vegana, ahí tenes la
respuesta de que estamos frente a un problema sistémico y que
estamos frente a un problema ambiental. Que no está relacionado con
el gusto o con la elección individual, sino con una necesidad
colectiva“.
“En
ese contexto a mi me parece que lentamente va a tener que haber un
desarrollo de políticas públicas que alienten no el veganismo
obligatorio, porque sería una tontería, sino la posibilidad de
poder ir reduciendo progresivamente y a escala el consumo de animales
y alimentos procedentes de animales para poder resolver el problema
ambiental que el modo de producción de alimentos hoy tiene”.
¿Cuál
es la opinión y la postura que se tiene en relación al 5G?
“Ahí
tenemos un par de problemas: el primero es que a diferencia de
cuestiones ambientales donde quizás las bibliotecas son demasiado
homogéneas, acá tenemos bibliotecas muy dispares. Desde gente que
asegura que sistemas tecnológicos como el 4G o el 5G, por el nivel
de radiación que emiten, son claramente dañinos. Hasta aquellos que
sostienen y demuestran que son inocuos, y que no hay nada que pueda
hacer constatar ese nivel de daño”.
El
biólogo entiende que el principio precautorio debe prevalecer por
sobre los demás, pero ante esto se plantea: “¿Cómo hacemos en un
mundo hipertecnologizado, globalizado, para decirle a la gente que
descrea o descarte determinada tecnología porque existe el temor del
daño a la salud? La única manera, se me ocurre a mi, es teniendo
niveles de control muy exhaustivos y hay que reconocer que en eso la
Argentina no está a la vanguardia”.
“En
los últimos años lo que se ha hecho es consolidar el poder de las
empresas, casi diríamos, como parte de un perverso sistema donde se
controlan a sí mismas. Entonces si nosotros no logramos que el
estado tenga niveles de control independientes, externos a las
empresas, todo va a ser muy difícil y va a quedar siempre en el
marco de una discusión de: yo creo, vos crees; y no funciona de otro
modo”.
En
relación a la posibilidad de prohibirlo o autorizarlo, el
funcionario aseguró primero que hay tener datos. En relación a esto
dijo “mal haría yo en salir como un cruzado a decir que hay que
prohibir el 5G, si no tengo ningún dato. Haría mal en salir a
prohibirlo, como en salir a autorizarlo. En cualquiera de las dos
circunstancias el problema es que no tenemos datos”.
Para
finalizar la entrevista, el también periodista especializado en
ambiente, comentó que se está trabajando en un portal que reúna
todos los datos que influyan a la esta cartera. Al respecto Sergio
advirtió “yo soy funcionario de un ministerio que no tiene datos,
y la paradoja es que en la Argentina los datos los tienen los
privados o los tienen las ONGs, o los tiene el Estado en laboratorios
del ámbito o del sistema científico. Pero no lo tiene el Estado en
los espacios de gestión”.
“Nosotros
queremos montar, y tenemos el presupuesto asignado para ello, un
observatorio que permita ni más ni menos que tener los datos,
reunirlos y ponerlos en una sola plataforma. Ponerlos al servicio de
la comunidad, porque los datos tienen que ser públicos, y con
esopoder gestionar y hacer política pública en materia ambiental”.
Fuente:
Extractivismo, agroquímicos, veganismo y 5G ¿Qué dice el Ministerio de Ambiente?, 7 mayo 2020, #El Resaltador. Consultado 9 mayo 2020.
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