En
la mañana, el concierto de más de un millón aves anuncia el fin de
la noche.
por
Lioman Lima
Los
lobos se han refugiado ya en sus madrigueras y los bisontes y linces
abrevan sin prisa en las márgenes del Prípiat, el río que hasta
hace poco era una serpiente de hielo en su curso entre Bielorrusia y
Ucrania.
Es
la señal inequívoca de que la primavera ha llegado finalmente a
Polesia, la prístina región entre cuatro países de Europa del Este
donde la naturaleza, todavía, permanece prácticamente intacta.
"Es
considerada la Amazonía de Europa no solo por su tamaño, sino
también por su inmensa riqueza biológica. Es la mayor zona
pantanosa del continente, con bosques vírgenes, grandes humedales y
cientos de miles de especies de todo tipo", le dice a BBC Mundo
la ecóloga bielorrusa Volha Kaskevich.
Al
estar "oculta" por años tras la Cortina de Hierro que
separó la zona de influencia soviética del resto del continente,
Polesia, según Kaskevich, logró conservarse y convertirse en uno de
los principales refugios de animales del área.
"Ahora,
se está volviendo cada vez más un destino turístico. Muchas
personas están viniendo y comenzando a descubrir este lugar que
muchos ni siquiera sabían dónde estaba", asegura.
Sin
embargo, desde hace meses organizaciones ambientalistas temen que el
vasto humedal que sirve de puerta de entrada al este del continente
esté en peligro.
Y
nada tiene que ver con el turismo.
Desde
hace años, Bielorrusia, Polonia y Ucrania han venido planeado la
construcción de una hidrovía de más de 2.000 km que busca conectar
el Mar Negro y el Báltico a través de sus principales ríos de la
región.
Le
llaman la E40 o Ruta Vikinga y, de concretarse, se convertiría una
de las obras más vastas de ingeniería jamás realizadas en Europa
del Este.
Ya
en abril pasado, el Parlamento de Ucrania dio la luz verde para el
inicio de los trabajos, mientras Bielorrusia anunció que iniciará
las tareas de dragado este mes.
Los
anuncios, sin embargo, han disparado las alertas entre los
ambientalistas: no solo por lo que la construcción de la vía
significará para los cientos de especies que viven allí o para el
equilibrio biológico de la zona, sino también por un temido
fantasma del pasado.
La
E40 pasaría necesariamente muy cerca de Chernóbil: cruzaría el río
de sus cercanías y, en consecuencia, para dragarlo, habría que
remover el lodo y el temor radioactivo que ha plagado la zona desde
el accidente nuclear de 1986.
Una
Amazonía en Europa
Polesia
es un vasto manto de tierras, ríos y pantanos en el mapa de Europa:
va desde las fronteras de Polonia hasta Bielorrusia y Ucrania para
morir finalmente en los límites de Rusia.
Con
sus más de 186.000 km2, abarca un área superior a la que ocuparían
Bélgica, Holanda y Austria juntos, mientras en términos
latinoamericanos, su espacio sería el equivalente de toda la
superficie de Belice, El Salvador y Guatemala.
Una
sucesión de ríos marcan su geografía: el Bug, en Polonia, el
Dniéper, en Ucrania, y el Prípiat, el que fluye cerca de Chernóbil.
"Sus
zonas vírgenes albergan algunas de las partes con mayor
biodiversidad de Europa. La supervivencia de muchos mamíferos en
peligro de extinción y millones de aves depende de este paisaje
virgen", cuenta a BBC Mundo Helen Byron, coordinadora del
proyecto ambiental Save Polesia.
Pero
de acuerdo con la también experta de la Sociedad Zoológica de
Fráncfort, el área no solo tiene un valor puramente natural.
"También
proporciona beneficios inconmensurables para las comunidades locales
y las economías nacionales. Los poleshuks, por ejemplo, son la
población indígena de Polesia y el área tiene un fuerte patrimonio
cultural", asegura.
Kaskevich,
que dirige Bahna, otra organización ambiental para la protección de
Polesia, señala la importancia de la región para biodiversidad de
los países que cruza.
"Más
del 90% de las aves de Bielorrusia se encuentran en Polesia. Cada
primavera llegan allí un millón y medio de pájaros de toda Europa,
además de que hay ecosistemas únicos, como bosques de alcornocales
o de aliso negro", señala.
¿Qué
es la Ruta Vikinga?
Desde
la caída del bloque socialista, la posibilidad de una ruta fluvial
que una el Báltico con el mar Negro ha sido una idea que ha rondando
las discusiones gubernamentales entre Ucrania, Bielorrusia y Polonia.
Se
dice que desde hace siglos, los vikingos utilizaban los ríos de
Polesia para sus frecuentes ataques a Constantinopla y por décadas
el curso de sus aguas ha sido también utilizado por comunidades
locales para su subsistencia.
Sin
embargo, el proyecto de la hidrovía E40 es mayor en alcance
ingenieril que cualquier conquista vikinga: implica la construcción
de presas y diques, y la reestructuración de meandros y canales para
permitir el paso de barcos de hasta 80 metros de largo.
De
acuerdo con estudio de factibilidad realizado por el Instituto
Marítimo de Gdansk, la obra cruzaría cinco ríos, que será
necesario dragar hasta 2,5 metros de profundidad: el Vístula, el
Bug, el Pina, el Prípiat y el Dniéper hasta conectar los puertos de
Gdansk, en Polonia, con el de Kherson en Ucrania.
"En
el caso de Bielorrusia, que no tienen salida al mar, lo ven como una
alternativa interesante. Creo que eso es lo que más le llama la
atención", opina Kaskevich.
Cálculos
de los tres países indican que serán necesarios US$20.000 millones
para su construcción y los gobiernos implicados, que cuentan con
apoyos de la Unión Europea (UE) y EE.UU. indicaron que ya comenzaron
a buscar alternativas para su financiación.
Sin
embargo, medios locales han alertado en las últimas semanas que el
impacto del coronavirus sobre la economía de estos países podría
retrasar el inicio de las obras, que en casos como el de Bielorrusia
estaban pronosticados comenzar ahora en mayo.
¿Cuáles
serían sus beneficios?
Según
un reporte del gobierno ucraniano, una vez completada, la hidrovía
podría transportar de cinco a siete millones de toneladas de
mercancías cada año, de forma más rápida y práctica que las que
se utilizan actualmente.
Un
análisis del centro de estudios Consejo de Diálogo de Minsk sobre
Relaciones Internacionales indica, además, que la vía fluvial
podría facilitar el comercio multilateral entre la Unión Europea y
los países del este.
"También
hay posibles impactos socioeconómicos positivos, por ejemplo, nuevos
empleos, desarrollo sostenible de las regiones, mayor cohesión
territorial de los países socios y nuevas posibilidades de
integración. La vía fluvial podría hacer posible que las regiones
fronterizas mejoren sus roles internacionales al convertirse en
´puertas comerciales´ para la UE", indica.
Una
de las de compañías detrás de las obras, la Empresa Republicana de
Mantenimiento y Construcción Unitaria Dnieper-Bug, por su parte,
considera que la vía podría contribuir a la reducción de las
emisiones de CO2 y otros contaminantes utilizados por vías
tradicionales.
Mientras,
otro análisis del Instituto St John Murphy de Bielorrusia, que se
especializa en estudios sobre Europa del Este, sugiere que el
potencial geopolítico de estas obras será tan importante como el
económico.
De
acuerdo con el análisis, la E40 ayudará también a reducir la
influencia rusa sobre estos países, a lo que atribuyen la oposición
que ha mostrado desde el principio Moscú a la construcción de
hidrovía.
¿Por
qué causa preocupación ambiental?
De
acuerdo con Kaskevich, las obras para el dragado de los ríos para la
construcción de la E40 significarían el fin de Polesia como uno de
los últimos reservorios naturales vírgenes de Europa.
"La
construcción cambiaría la hidromorfología del río y sus
alrededores y esto afectaría no solo a los peces que viven allí,
sino también a millones de aves y de otras especies. Acabaría con
entornos naturales que se han conservado intactos", dice.
"Al
menos 12 reservas de vida silvestre de importancia internacional que
son hogar de millones de animales y plantas se verían amenazadas.
Además de los riesgos que conllevaría el traslado de fertilizantes
y petróleo por esta vía", dice.
Byron,
por su parte, señala que la construcción de la E40 implicaría no
solo "impactos muy serios" en el patrimonio natural y
cultural de Polesia, sino también efectos más amplios en las
economías y el balance global de carbono.
"El
alcance del megaproyecto propuesto es tan enorme que amenaza una
catástrofe ambiental en la región: ríos secos, paisajes dañados,
vida silvestre muerta, medios de vida de la población local
destruidos. Además de que se convertiría un importante sumidero de
carbono en una zona que es ahora fuente de control de carbono",
indica.
Pero
para las dos expertas, uno de los mayores peligros radica ya no solo
en los daños que pueden implicar para el ecosistema sino en uno de
los tramos que debe cruzar hidrovía: la zona de exclusión de
Chernóbil.
El
fantasma de Chernóbil
Chernóbil,
la ciudad fantasma cercana a la frontera entre Ucrania y Bielorrusia
fue por años la comunidad más importante que creció dentro de
Polesia.
Y,
paradójicamente, sigue siendo todavía la que más atracción
genera.
"El
accidente en la planta de energía nuclear de Chernóbil resultó en
el abandono completo de una gran área de Polesia, paradójicamente
estableciendo el mayor estudio jamás realizado sobre cómo la
naturaleza se recupera cuando las personas abandonan un área en
masa", comenta Byron.
"Tres
décadas después, Chernóbil es un lugar donde la naturaleza puede
ser naturaleza y ahora es una de las zonas más salvajes de Europa",
agrega.
Sin
embargo, varios lugares cercanos a la planta todavía tienen niveles
de radiación que son incompatibles con la vida humana.
Y,
según el trazado del proyecto, la E40, debería cruzar en su camino
de agua un área del río Prípiat que está a solo 2,5 km del
reactor nuclear que se incendió en 1986 y que provocó la mayor
catástrofe nuclear de la historia.
"Varios
estudios han demostrado que el lecho del río en esa zona está
todavía cargado de material radioactivo. Es por eso que es probable
que esos sedimentos se remuevan durante los trabajos de dragado y se
rieguen aguas abajo con todo lo que eso implica", indica
Kaskevich.
"Esto
no solo generaría un desastre ambiental terrible en una zona que
todavía no se ha recuperado del todo de lo que pasó en Chernóbil,
sino que pondría en peligro la vida y la salud de casi 20 millones
de personas que viven en esa área", considera.
Fuente:
Lioman Lima - @liomanlima, Chernobyl: cómo es Polesia, la "Amazonía" de Europa amenazada por el fantasma del accidente nuclear, 24 mayo 2020, BBC Mundo. Consultado 25 mayo 2020.
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