Nadie
sabe cómo será el mundo el día después del COVID-19, pero parece
crecer la tendencia hacia una mayor toma de conciencia. Análisis de
los posibles escenarios jurídicos y financieros por no cuidar el
planeta.
por
Patricia Fernández Mainardi
“¿Cómo
sería el día después del COVID-19? ¿Cuáles serán las
oportunidades?”. Con estas preguntas, comenzó su presentación
sobre riesgo social, legal y financiero ligado al cambio climático
el experto en finanzas verdes Rodolfo Tarraubella, principal orador
del último webinar organizado por la Fundación Criteria y la
Universidad del CEMA.
En
esta ocasión, Mauricio Fernández Funes, director ejecutivo de la
Fundación, compartió su fuerte creencia en que, con la colaboración
de todos los actores, podremos salir de esta circunstancia tan
compleja que plantea la pandemia. Sin embargo, también alertó sobre
la importancia de no perder de vista el grave deterioro de nuestro
planeta. “No debemos dejar que se muevan del tope de la agenda los
problemas medioambientales”, advirtió.
Para
Tarraubella, la mitigación del cambio climático ha ido ganando
espacio en los reclamos colectivos hasta, finalmente, llegar a 2015.
De acuerdo con el fundador de la iniciativa de desarrollo de bonos
verdes y financiamiento climático en Argentina, ese año constituyó
un momento bisagra: “En 2015, Laudato Si’ (la segunda encíclica
del papa Francisco) se nos advirtió sobre el cuidado de la casa
común en un alegato acerca de una acción mundial rápida y
unificada para combatir la degradación ambiental y el cambio
climático. Además, también se firmó la Agenda 2030, que dio lugar
a los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y a la financiación
de los flujos de fondo orientados a proyectos que cristalicen estas
metas”. Como explica el experto en finanzas verdes, esos objetivos
cambiaron la concepción del desarrollo sostenible, que ya no será
más exclusivamente ambiental, sino que también tendrá una arista
social. Los ODS buscarán desterrar el hambre y la pobreza del mundo,
combatiendo la desigualdad y protegiendo el planeta.
Finalmente,
sostiene, en diciembre de ese año, 195 países acordaron buscar la
reducción de la temperatura de la Tierra y se abordaron temas
vinculados a la mitigación, adaptación y resiliencia al cambio
climático.
Dos
años después de aquel hito, apareció en escena la joven activista
Greta Thunberg, que, como describe Tarraubella, logró cuestionar a
los líderes mundiales con “un grito de indignación, visceral e
instintivo”. Según él, el pedido de Greta representó a la
humanidad y a la ciencia, cuyas últimas investigaciones advertían
sobre la necesidad de hacer algo con respecto al cambio climático,
pero que no lograban generar el impacto necesario. “Ella marca la
diferencia con su grito, que se escucha, y el de los científicos,
que no logra tener eco. En su rostro, está la emoción de la
indignación. Finalmente, el sujeto va a aprender cuándo hay emoción
de la mano de la cognición”, concluyó.
“Justicia
climática”, el concepto del futuro
En
el evento, Tarraubella adelantó una tendencia mundial: los juicios a
las petroleras por su impacto ambiental. Además, según el, la
llegada de las regulaciones socioambientales marcan “un
direccionamiento de las finanzas, porque ya no se costearán
proyectos que no sean sostenibles”. Además, explicó que se
comenzará a ponerle un valor al servicio que “la naturaleza le da
al hombre por su capacidad productiva”.
“Se
tuvieron que adoptar normas para uniformar a toda la banca sobre cómo
hacer salvaguardas ambientales y sociales para poder equilibrar, y
que se pueda prestar dinero del mismo modo, porque, si no, algunos le
otorgaban ese préstamo a deforestadores, cobrándoles más tasas, y
otros decidían no hacerlo por ser más éticos”, agregó.
Según
él, la llegada de las regulaciones socioambientales marca un
direccionamiento de las finanzas. Ya no se costearán proyectos que
no sean sostenibles y, además, se comenzará a valorizar el servicio
que la naturaleza le da al hombre en su capacidad productiva.
¿Por
qué para Tarraubella es importante el antecedente de las
tabacaleras? Según él, se trató de una industria absolutamente
negacionista de los efectos que sus productos generaban en la salud
de los consumidores. Hoy, deben acompañar los packagings de imágenes
que le advierten al comprador lo que puede generar el consumo de
cigarrillos. Entonces, cabe preguntarse, ¿puede ocurrir lo mismo con
los negacionistas del cambio climático? De acuerdo con el experto,
la clave es entender que existe un concepto nuevo, el de justicia
climática. “Si, por excederme en mi consumo de combustibles
fósiles o en mis emisiones de dióxido de carbono, mato a las
generaciones venideras, ¿quién me va a juzgar cuando ellos
mueran?”, cuestionó el experto al tiempo que explicó que el
concepto tiene que ver también con el impacto del calentamiento
global en los países menos desarrollados.
“En
noviembre, se dio a conocer el juicio a Exxon por el cambio
climático, con un exfuncionario de Trump como testigo clave. Se le
hará juicio a una petrolera por engañar a un consumidor y no
decirle que estaba dañando el planeta cuando consumía”,
reflexionó, al tiempo que advirtió que esta compañía no es la
única de su tipo que tiene demandas en Estados Unidos.
Panorama
post COVID-19
“No
somos seres racionales sino emocionales, y la emoción nos lleva a la
acción. ¿Dónde actúa la experiencia comunitaria del coronavirus?
Va a sumar nuevas historias a la de la humanidad. La comunidad se va
a capacitar en nuevas habilidades y valores. Nos está pasando,
estamos teniendo una vinculación digital y nuevas experiencias, como
el temor”, describió Rodolfo Tarraubella en la última parte del
encuentro.
En
ese contexto, se refirió al panorama posterior al coronavirus
planteado por el Instituto de las Naciones Unidas para la
Capacitación y la Investigación. En opinión de esta organización,
no existirá sustituto para la solidaridad y la cooperación. En ese
sentido, recordó que estamos a la vanguardia de las catástrofes
naturales para las que nos hemos estado preparando y que venimos
discutiendo desde el inicio de la ONU. Además, la entidad advierte
que volver a nuestra vida diaria y normal puede no ser lo que
esperamos, ya que, al menos durante dos o tres años, vamos a estar
acompañados por los cambios que provocó el virus.
“Esta
pandemia nos deja con la búsqueda comprometida de abordar la
desigualdad, la pobreza y los conflictos sociales, cuestiones que
veníamos desoyendo. Esperamos cambios políticos teniendo en cuenta
los enfoques multidimensionales necesarios para abordar la situación
global. Debemos aprender a adaptar nuestras actividades de
capacitación y desarrollo, especialmente en aquellas poblaciones con
acceso limitado a internet y a las tecnologías”, sostuvo
Tarraubella, al tiempo que explicó que, para este Instituto de la
ONU, la salud deberá ser transversal a la mayoría de los temas y a
los ODS. En ese sentido, el experto subrayó la importancia de
aprender de esta pandemia para construir identidades resilientes a
nivel de gobierno local y nacional.
El
día después, ¿a qué temas les va a prestar atención el ser
humano? Para Tarraubella, el foco estará puesto en la
sustentabilidad socioambiental -equidad, género y ecosistemas-, en
la salud, en la cooperación, en las nuevas tecnologías y en la
alimentación saludable.
Fuente:
Patricia Fernández Mainardi, Cambio climático: ¿cuáles son los riesgos legales de no cuidar el planeta?, 16 mayo 2020, Infobae. Consultado 18 mayo 2020.
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