Recientemente
se viralizaron en redes sociales videos que dan cuenta de cómo el
agua de los canales venecianos se tornó más clara. Incluso se
registró la aparición de peces, patos y cisnes.
por
Ramiro Thomás
Muchos
usuarios de redes sociales compartieron, sorprendidos, postales que
muestran los canales de la emblemática ciudad como hace décadas no
se los veía: agua clara, peces y hasta con presencia de cisnes. Esto
se debe a la abrupta paralización de la actividad turística, que
derivó en menos góndolas y menos cruceros navegando en las
cercanías: "El agua ahora se ve más clara porque hay menos
tráfico en los canales, lo que permite que el sedimento permanezca
en el fondo", explicaron desde la oficina del Alcalde de la
ciudad a CNN.
Venecia,
como toda Italia, está bajo cuarentena obligatoria por la oleada de
contagios del COVID-19, que ya dejó miles de infectados y muertos en
el país del viejo continente: 31.506 casos confirmados, 2.503
muertes y 2.941 recuperados, hasta el día de hoy según el
Coronavirus Resource Center de la Johns Hopkins University.
No
son pocos los que compartieron publicaciones con sentencias
apresuradas como “la peor pandemia somos los humanos” o “el ser
humano es el problema”. Pero, ¿es la actividad humana, en
abstracto, la que provoca contaminación? ¿O es la actividad de los
humanos determinada por un sistema económico irracional específico?
A primera vista las dos preguntas parecen redundantes, pero nada más
lejos de la realidad. La afirmación de la primera da lugar a
“salidas” utópicas y reaccionarias como el control coercitivo de
la natalidad o la loca idea de la “extinción de la humanidad”
como solución a los desastres ambientales; la segunda, plantea que
la salida es más profunda e implica trastocar las bases mismas del
sistema capitalista.
La
cuestión de las responsabilidades sobre la contaminación del
planeta nunca estuvo tan clara (como el agua de los canales): los
humanos seguimos existiendo, no nos extinguimos, seguimos siendo
alrededor de 7.750 millones de habitantes a nivel mundial. Sin
embargo, los canales de Venecia amanecieron hermosamente más
cristalinos y con fauna que hacía tiempo no se avistaba. Lo que
llevaría a pensar que eso de que “somos el verdadero virus”
generalizando y abstrayendo a la especie humana, no tiene mucha base
en la realidad.
Lo
que sí sufrió profundos tropiezos estos días es la economía
capitalista, con caídas sin precedentes en todas las bolsas del
mundo, razón por la cual los Estados de los principales países
anunciaron salvatajes millonarios para sus empresas y, como no podía
ser de otra manera, son los millones de trabajadores y pobres los que
pagarán los platos rotos.
La
economía capitalista en picada le dio un “respiro” al paisaje
veneciano
Particularmente
en Venecia lo que benefició el aclaramiento del agua y la aparición
de peces y cisnes es la abrupta paralización de la actividad
turística que derivó en menos góndolas y cruceros navegando en las
cercanías y permitió que el sedimento, normalmente en suspensión,
se depositara en el fondo.
El
negocio de los cruceros no es menor, le representa a los empresarios
ganancias superiores a los 400 millones de euros anuales (3 % del
PBI). Venecia funciona como punto de partida o de llegada de estos
“rascacielos marítimos” porque, además de ser un gran atractivo
para los turistas, cuenta con el segundo puerto más grande de
Italia. Existen varias organizaciones, como el comité No Grandi Navi
(No a los grandes barcos), que protestan desde hace años para que
estos cruceros no se acerquen a los canales venecianos porque
argumentan que contaminan el medioambiente y destruyen la belleza del
paisaje. Con esto tampoco planteamos que la salida sería la
“depresión de la economía” que, como contraparte, impacta
principalmente el pueblo trabajador y pobre. ¿Es posible una gestión
racional, sustentable y planificada del turismo? Claro, siempre y
cuando se termine con la anarquía del mercado que solamente tiene en
cuenta la ganancia de los capitalistas.
Entonces,
volvemos a las ya mencionadas preguntas: ¿es la actividad de los
“humanos” en general, como ente ahistórico, la responsable de
que los canales de Venecia estén normalmente turbios? ¿O es, en
cambio, producto de un sistema que prioriza los negocios de un puñado
de empresarios que, en busca de más ganancias, destruyen a su paso
la belleza de los paisajes? Ustedes responderán.
Fuente:
Ramiro Thomás @heliotropos_ , Los canales de Venecia se volvieron cristalinos por la paralización del turismo, 18 marzo 2020, La Izquierda Diario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario