Manuel García Rodríguez, "Inundación de la Alameda de Hércules"
El cuadro pertenece a una colección particular sevillana, inmortaliza la inundación de Sevilla de 1892. A su paso por la urbe, el río Guadalquivir posee un caudal notable -muy superior a los niveles alcanzados en el curso medio-, tras haber recibido las aportaciones de todos sus grandes afluentes. El Guadalquivir presenta un régimen hidrológico preferentemente pluvial, que determina fuertes variaciones de su caudal.
A la irregularidad de este régimen hidrológico se añade la ubicación de Sevilla sobre una llanura aluvial, en plena zona de inundaciones, lo que ha condicionado históricamente el trazado urbanístico de la ciudad. El cauce natural del río ha sido modificado por infraestructuras dirigidas a prevenir las grandes avenidas. Antes de la regulación actual, las crecidas elevaban las aguas a una cota entre 7 y 10 m y las zonas más bajas de la urbe, como la Alameda de Hércules, están situadas a una cota de tan solo 4,30 m.
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