Se
despegan apenas unos centímetros del piso. Viajaron horas,
protegidos en botellas plásticas cortadas, dentro de mochilas, sobre
las espaldas de voluntarios que caminaron kilómetros en plenas
sierras.
por
Carnia Mongi
No
son sólo plantines de tabaquillos, el árbol emblema de las sierras
altas. Son el principio de un sueño para empezar a revertir una
situación de emergencia de las montañas cordobesas despojadas de
vegetación.
Los
pocos ejemplares grandes que subsisten lo hacen en sitios aislados:
en la punta de un cerro o en quebradas. “Es el lugar que
encontraron para sobrevivir”, explica Mariano Bearzotti, guía de
montaña y socio de una empresa de turismo alternativo que tomó la
iniciativa de resembrar tabaquillos al pie del cerro Champaquí, el
más alto de Córdoba.
La
iniciativa voluntaria suma ese punto del Valle de Calamuchita a otros
que, en Punilla y Traslasierra, llevan años persiguiendo el mismo
sueño. La tala indiscriminada, los incendios y el pastoreo de vacas,
cabras y ovejas apuraron el proceso de extinción del único árbol
nativo y endémico de la altura serrana. En ese contexto de escasez,
tampoco se activa el proceso natural de regeneración a través de
semillas. En la base del Champaquí, donde se esparcen ocho refugios
con casi mil camas para excursionistas, casi no quedan tabaquillos.
Pero hay gente obstinada en que vuelvan.
Más
manos
En
dos viajes, uno con estudiantes del colegio Ipea 210 de Almafuerte
(que a su vez suministró los plantines) y otro con voluntarios, ya
plantaron 180 árboles, a 2.100 metros, en torno al refugio de la
firma Alto Rumbo. Esperan colocar 500 en media hectárea, ya cerrada
con alambrados para protegerlos del ganado. El grupo scout San
Isidro, de Porteña, colaboró con esa tarea y más voluntarios se
van sumando.
Gabriela
Villalba, geóloga y docente universitaria, fue quien años atrás
instaló la necesidad de un manejo ambiental de la actividad
turística en la base del Champaquí. Así nació la idea de “1
montañista = 1 tabaquillo”, para empezar a reforestar la zona de
los refugios. El primer intento chocó contra el apetito del ganado.
Este
segundo –ya con la asistencia técnica del biólogo Daniel Renison,
una autoridad en la materia– se perfila de otra manera. Sembrarlos
en fecha correcta para que se adapten al régimen hídrico de la
zona, y dentro de espacios alambrados, resulta clave.
El
proyecto también es un homenaje a esa geóloga fallecida en un
siniestro vial, hace tres años.
“El
tabaquillo es tan recio y adusto a las heladas, la sequía y las
condiciones adversas de la montaña, como vulnerable a las amenazas
del hombre, como el pastoreo excesivo, los incendios y la tala. Su
crecimiento es muy lento, por lo que tarda para recuperarse de una
agresión”, describe la página web churqui.org.
Paradójicamente,
la reserva natural e hídrica Pampa de Achala (el principal
reservorio de agua de la provincia) está casi desprovista de
vegetación forestal, y sus suelos ya tienen escasa capacidad de
retención. Resembrar bosques de tabaquillos ayudaría a remediar ese
panorama y asegurar el “tanque de agua” de Córdoba.
“Si
logramos que cada persona que llevamos deje un árbol, vamos a lograr
un bosque a largo plazo”, añora Bearzotti, al menos para ese punto
en la inmensidad de la base del Champaquí.
10
mil en cinco años
Lo
que empezó siendo una movida para remediar apenas una cárcava y
resembrar el contorno de un refugio turístico ya adquirió otro
vuelo, amparados ahora dentro de los proyectos de las ONG Ecosistemas
Argentinos y Ecosistemas Andinos. Por esa vía, recibirán ahora
soporte técnico y capacitación, que les permitirá pensar a otra
escala la siembra e ingresar a métricas internacionales.
La
producción de plantines para este sitio estará a cargo de una
escuela con orientación agropecuaria de Almafuerte y se sumarán el
colegio San Francisco de Asís y la Asociación de Fomento de Santa
Mónica, ambos de Santa Rosa de Calamuchita.
La
idea es sembrar allí mil tabaquillos en 2020 y más de 10 mil en los
próximos cinco años. Un bosque se vería, así, en un sitio donde
hoy apenas se divisa un puñado de pequeños ejemplares.
Sumando
voluntades
Ana
Lund Peterson es una ingeniera agrónoma de Río Cuarto que se acopló
al grupo de voluntarios. Contó que en el último viaje subieron las
plantas en mochilas, que regaron antes y después de las seis horas
de marcha. “Son plantines muy chiquitos, con cinco o seis hojas, no
más”, precisó.
“Además
de la restauración, importante en lo ecológico, vale la educación
ambiental, eso de llevar el mensaje a otras mentes”, citó.
“La
vegetación protege al suelo y cuando falta, es como una piel
expuesta a todo, sin crema, sin ropa, sin nada; en invierno con el
frío se congela, el suelo se afecta y con las lluvias de verano se
lava y no retiene el agua; por eso es importante generar una cubierta
vegetal, para que esté protegido”, marcó la agrónoma.
Peterson
opinó que además de avanzar con reforestación, otro paso ambiental
en torno al Champaquí debería apuntar a remediar la erosión por
los excursionistas, buscando senderos de menor impacto que hagan más
sostenible la actividad turística.
Mariana
Enriquez coordina un proyecto de la Asociación de Fomento Santa
Mónica, que promueve las especies nativas en la ciudad de Santa Rosa
de Calamuchita. Se cruzaron con el proyecto de Alto Rumbo y se
sumaron: ahora, planean producir también plantines de tabaquillos en
un vivero que están diseñando.
Proteger
suelos, agua y biodiversidad allá arriba
La
presencia de bosques y de pastizales nativos en las sierras altas,
medias y bajas es clave para la sustentabilidad ambiental e hídrica
de Córdoba. Los suelos cubiertos con vegetación, y no sujetos a
erosión, son el único modo en que actúan como esponjas con el fin
de retener el agua de las lluvias para que el ciclo hídrico sea
equilibrado. Sin esa prestación, las sequías serán más extremas
cuando no llueve (porque no queda agua reservada en la montaña para
ir alimentando arroyos, ríos y embalses) y, a la vez, las crecidas,
más impresionantes cuando llueve mucho (porque los suelos
erosionados no retienen nada y sólo aceleran los caudales, en
pendientes serranas). También cumplen un rol clave para sostener la
biodiversidad y para mitigar los efectos del cambio climático.
En
las zonas de sierras más altas, para parte de ese rol clave son
vitales los tabaquillos.
Carnia
Mongi, Corresponsalía Calamuchita
Fuente:
Carnia Mongi, Nuevas voluntades para que los árboles vuelvan al cerro Champaquí, 7 diciembre 2019, La Voz del Interior. Consultado 9 diciembre 2019.
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