lunes, 9 de diciembre de 2019

Nuevas voluntades para que los árboles vuelvan al cerro Champaquí

Se despegan apenas unos centímetros del piso. Viajaron horas, protegidos en botellas plásticas cortadas, dentro de mochilas, sobre las espaldas de voluntarios que caminaron kilómetros en plenas sierras.

por Carnia Mongi

No son sólo plantines de tabaquillos, el árbol emblema de las sierras altas. Son el principio de un sueño para empezar a revertir una situación de emergencia de las montañas cordobesas despojadas de vegetación.

Los pocos ejemplares grandes que subsisten lo hacen en sitios aislados: en la punta de un cerro o en quebradas. “Es el lugar que encontraron para sobrevivir”, explica Mariano Bearzotti, guía de montaña y socio de una empresa de turismo alternativo que tomó la iniciativa de resembrar tabaquillos al pie del cerro Champaquí, el más alto de Córdoba.

La iniciativa voluntaria suma ese punto del Valle de Calamuchita a otros que, en Punilla y Traslasierra, llevan años persiguiendo el mismo sueño. La tala indiscriminada, los incendios y el pastoreo de vacas, cabras y ovejas apuraron el proceso de extinción del único árbol nativo y endémico de la altura serrana. En ese contexto de escasez, tampoco se activa el proceso natural de regeneración a través de semillas. En la base del Champaquí, donde se esparcen ocho refugios con casi mil camas para excursionistas, casi no quedan tabaquillos. Pero hay gente obstinada en que vuelvan.

Más manos

En dos viajes, uno con estudiantes del colegio Ipea 210 de Almafuerte (que a su vez suministró los plantines) y otro con voluntarios, ya plantaron 180 árboles, a 2.100 metros, en torno al refugio de la firma Alto Rumbo. Esperan colocar 500 en media hectárea, ya cerrada con alambrados para protegerlos del ganado. El grupo scout San Isidro, de Porteña, colaboró con esa tarea y más voluntarios se van sumando.

Gabriela Villalba, geóloga y docente universitaria, fue quien años atrás instaló la necesidad de un manejo ambiental de la actividad turística en la base del Champaquí. Así nació la idea de “1 montañista = 1 tabaquillo”, para empezar a reforestar la zona de los refugios. El primer intento chocó contra el apetito del ganado.

Este segundo –ya con la asistencia técnica del biólogo Daniel Renison, una autoridad en la materia– se perfila de otra manera. Sembrarlos en fecha correcta para que se adapten al régimen hídrico de la zona, y dentro de espacios alambrados, resulta clave.

El proyecto también es un homenaje a esa geóloga fallecida en un siniestro vial, hace tres años.

El tabaquillo es tan recio y adusto a las heladas, la sequía y las condiciones adversas de la montaña, como vulnerable a las amenazas del hombre, como el pastoreo excesivo, los incendios y la tala. Su crecimiento es muy lento, por lo que tarda para recuperarse de una agresión”, describe la página web churqui.org.

Paradójicamente, la reserva natural e hídrica Pampa de Achala (el principal reservorio de agua de la provincia) está casi desprovista de vegetación forestal, y sus suelos ya tienen escasa capacidad de retención. Resembrar bosques de tabaquillos ayudaría a remediar ese panorama y asegurar el “tanque de agua” de Córdoba.

Si logramos que cada persona que llevamos deje un árbol, vamos a lograr un bosque a largo plazo”, añora Bearzotti, al menos para ese punto en la inmensidad de la base del Champaquí.

10 mil en cinco años

Lo que empezó siendo una movida para remediar apenas una cárcava y resembrar el contorno de un refugio turístico ya adquirió otro vuelo, amparados ahora dentro de los proyectos de las ONG Ecosistemas Argentinos y Ecosistemas Andinos. Por esa vía, recibirán ahora soporte técnico y capacitación, que les permitirá pensar a otra escala la siembra e ingresar a métricas internacionales.

La producción de plantines para este sitio estará a cargo de una escuela con orientación agropecuaria de Almafuerte y se sumarán el colegio San Francisco de Asís y la Asociación de Fomento de Santa Mónica, ambos de Santa Rosa de Calamuchita.

La idea es sembrar allí mil tabaquillos en 2020 y más de 10 mil en los próximos cinco años. Un bosque se vería, así, en un sitio donde hoy apenas se divisa un puñado de pequeños ejemplares.

Sumando voluntades

Ana Lund Peterson es una ingeniera agrónoma de Río Cuarto que se acopló al grupo de voluntarios. Contó que en el último viaje subieron las plantas en mochilas, que regaron antes y después de las seis horas de marcha. “Son plantines muy chiquitos, con cinco o seis hojas, no más”, precisó.

Además de la restauración, importante en lo ecológico, vale la educación ambiental, eso de llevar el mensaje a otras mentes”, citó.

La vegetación protege al suelo y cuando falta, es como una piel expuesta a todo, sin crema, sin ropa, sin nada; en invierno con el frío se congela, el suelo se afecta y con las lluvias de verano se lava y no retiene el agua; por eso es importante generar una cubierta vegetal, para que esté protegido”, marcó la agrónoma.

Peterson opinó que además de avanzar con reforestación, otro paso ambiental en torno al Champaquí debería apuntar a remediar la erosión por los excursionistas, buscando senderos de menor impacto que hagan más sostenible la actividad turística.

Mariana Enriquez coordina un proyecto de la Asociación de Fomento Santa Mónica, que promueve las especies nativas en la ciudad de Santa Rosa de Calamuchita. Se cruzaron con el proyecto de Alto Rumbo y se sumaron: ahora, planean producir también plantines de tabaquillos en un vivero que están diseñando.

Proteger suelos, agua y biodiversidad allá arriba

La presencia de bosques y de pastizales nativos en las sierras altas, medias y bajas es clave para la sustentabilidad ambiental e hídrica de Córdoba. Los suelos cubiertos con vegetación, y no sujetos a erosión, son el único modo en que actúan como esponjas con el fin de retener el agua de las lluvias para que el ciclo hídrico sea equilibrado. Sin esa prestación, las sequías serán más extremas cuando no llueve (porque no queda agua reservada en la montaña para ir alimentando arroyos, ríos y embalses) y, a la vez, las crecidas, más impresionantes cuando llueve mucho (porque los suelos erosionados no retienen nada y sólo aceleran los caudales, en pendientes serranas). También cumplen un rol clave para sostener la biodiversidad y para mitigar los efectos del cambio climático.

En las zonas de sierras más altas, para parte de ese rol clave son vitales los tabaquillos.

Carnia Mongi, Corresponsalía Calamuchita

Fuente:
Carnia Mongi, Nuevas voluntades para que los árboles vuelvan al cerro Champaquí, 7 diciembre 2019, La Voz del Interior. Consultado 9 diciembre 2019.

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