viernes, 27 de diciembre de 2019

Garoña: una pequeña lucha III


Historia de la lucha contra la central nuclear de Garoña desde sus orígenes hasta su cierre y el día después.

por Concha Hernani

Viene de la segunda parte.

Una buena experiencia de trabajo en común

La idea de crear la Coordinadora contra Garoña partió de la existencia de varios grupos, en distintas comunidades autónomas, que venían realizando esfuerzos individuales y dispersos contra la central nuclear. Se producían actividades separadas en la misma provincia, e incluso en la misma ciudad. En sus inicios, la coordinadora era tan solo una suma de grupos de procedencias, ideas y posturas distintas: ecologistas antinucleares, partidos de izquierda, sindicatos obreros y otros. Con este mosaico, unidos por el objetivo común de crear un movimiento social de oposición a Garoña, se retomaron las tareas de una forma colectiva.

Se utilizaron formas flexibles para lograr el consenso y compatibilizar las tareas colectivas con las que realizaba cada grupo. Con el tiempo se produjo un entendimiento cada vez mayor, generando un trabajo colectivo fluido que permitió impulsar a la coordinadora como organismo común.

Los efectos positivos de este proceso son evidentes: potencia y multiplica los esfuerzos individuales; aporta solidez de funcionamiento. Hace de la coordinadora un organismo compacto y sólido, que afronta de mejor manera las dificultades y trabajos. Desde la coordinadora se combinaron las acciones, la constancia, flexibilidad e imaginación con una firme voluntad de conseguir el cierre de la central.

Aunque en los primeros años, los lugares de movilización fueron Miranda de Ebro y la central nuclear, se fueron cambiando las formas de movilización, orientándose las luchas a la obtención de una mayor influencia social. Con el fin de concienciar a todos los sectores afectados, se realizaron actividades diversas en otros lugares como Burgos, Vitoria, Logroño y Bilbao, a fin de extender la oposición antinuclear y combinando actividades conjuntas con otras descentralizadas.

Igualmente, se buscó comprometer a las instituciones públicas de todas las comunidades autónomas, en tareas de información, atención y denuncia, aunque con desigual fortuna. Se enviaron escritos a estos organismos para que tomaran postura ante Garoña, en demanda de información o para adoptar políticas de emergencia o protección concretas.

Se prestó una especial atención al apoyo a los núcleos de oposición existentes en el Valle de Tobalina, ubicación de la central nuclear, dando así continuidad a los contactos, que de forma individual se habían manteniendo hacía tempo, con personas preocupadas por la contaminación de la central y el futuro del Valle. Fue un motivo de satisfacción la creación en 1988, del grupo JEREA, formado por personas de los distintos pueblos del valle de Tobalina, que se integró en la coordinadora contra Garoña.

Este es un breve resumen de la lucha contra Garoña, y del trabajo que se realizó contra la política de desinformación de los propietarios de la central. La dirección de Garoña realizaba una política de control social sistemático sobre los habitantes de la zona. Chantajeaba con ofertas de trabajo y practicaba la corrupción con regalos y prebendas a ayuntamientos sociedades, etc. Todo ello apoyado en la existencia de un No Consejo de Seguridad Nuclear.
Artículo basado en el libro del que soy coautora, Amanecer sin Garoña.
Fuente:
Concha Hernani, Garoña: una pequeña lucha III, 23 diciembre 2019, El Salto Diario. Consultado 26 diciembre 2019.

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