Las
derivas de las fumigaciones en la periferia urbana son un problema
recurrente en Berrotarán, una localidad donde la principal actividad
económica es la agricultura intensiva.
por
Cristian Basualdo
BERROTARÁN,
4 noviembre 2019.- En el salón de usos múltiples municipal se
realizó una reunión en la que participaron el intendente Fredi
Decarlini (Cambiemos), el Concejo Deliberante, productores
agropecuarios, ingenieros agrónomos y un grupo de vecinos
autoconvocados por las fumigaciones en la localidad.
Por
parte de los vecinos que se ven afectados, Valeria Balmaceda expresó
la preocupación por las aplicaciones de agroquímicos, su
almacenamiento, la situación de los aplicadores, y cómo el ente
regulador municipal se encarga de los controles, “estamos
convencidos que debe ser tratado como un tema de salud pública y
ambiental, donde se garantice el bienestar y buen vivir de todos los
habitantes de la localidad”.
Berrotarán
está ubicado en el departamento Río Cuarto, a 133 kilómetros de la
Ciudad de Córdoba por la Ruta Nacional No 36. La principal actividad
económica es la agricultura intensiva, el casco urbano se encuentra
rodeado de soja y maíz, dentro del mismo coexisten las viviendas con
importantes acopios de cereales, las máquinas fumigadoras
“mosquitos” transitan diariamente sus calles, desde los lugares
de guarda hacia los campos circundantes y viceversa.
La
localidad tiene menos de 10 mil habitantes, y ha experimentado un
proceso de urbanización con escasa planificación. El documento Plan Estratégico Berrotarán 2030 describe su periferia: “el medio natural y el medio construido
presentan límites a veces claros y plausibles de medición
milimétrica. Otras veces, la línea divisoria no llega a ser
totalmente categórica y se desdibuja en una zona difusa, tentacular,
pixelada o simplemente mixturada y es difícil decir donde empieza o
donde termina uno u otro”.
Las
derivas de las fumigaciones son un problema recurrente. En 2012 el
intendente Decarlini emitió la Resolución N.o 13 que establece una Zona de Resguardo Ambiental, donde “no se
autorizará y no será posible la aplicación de productos
agroquímicos de uso agrícola en el radio de 200 metros a partir del
límite de las plantas urbanas del municipio”. Basta escuchar a los
damnificados o ver una imagen satelital mediante Google Maps, para
darse cuenta que dicho límite no se respeta.
Las
fumigaciones de octubre
Cristina
Sosa, vecina del barrio Cooperativo 24 Viviendas manifestó a Radio Berrotarán su
preocupación porque el lunes 7 de octubre de 2019, además de
percibir el olor a los productos que se aplican, aparecieron abejas
muertas y plantas secas.
La
misma radio consultó a la secretaria de Gobierno Municipal, Leticia Gribaudo, quien explicó que es el Área de Bromatología donde se tramita el pedido de
fumigación, y hay una encargada de controlar que se cumplan los 200
metros establecidos.
El
jueves 31 de octubre de 2019, vecinos de los barrios Las Flores y 25
de Mayo, descubrieron a primera hora de la mañana una máquina
mosquito aescasa distancia de sus viviendas. “Estaban fumigando a
85 metros, porque lo medimos con un odómetro, y en partes mucho
menos, 30 o 40 metros”, explicó Eduardo Oviedo, preocupado por
cómo puede afectar esta práctica a la salud de sus hijos, y aseguró
que es algo que se repite regularmente, al menos desde que él se
mudó, hace 3 años. Esta vez la secretaria Gribaudo dijo a Radio Berrotarán que “se pide disculpas, porque realmente no estaba dentro de los
200 metros”.
Los
vecinos llamaron a la policía que les impidió sacar fotos y les
dijo que se trataba de una aplicación en regla. En la
correspondiente receta fitosanitaria consta que esa madrugada estaban
fumigando en el período de barbecho químico con los principios
activos sulfentrazone, s-metolacloro, glifosato equivalente ácido,
diclosulfam, y alcohol lineal etoxilado. Con una validez de 20 días,
la receta indica además que los químicos se deben aplicar con una
temperatura entre 10 y 30 °C, una humedad entre 50 y 90 %, y vientos
entre 0 y 10 kilómetros por hora en dirección norte - noroeste.
Los
hechos relatados hasta aquí, impulsaron a los damnificados a
presentar ante la Municipalidad una nota con unas 150 firmas,
solicitando una reunión con las autoridades locales.
Volviendo
al debate en el salón de usos múltiples, tanto las autoridades
municipales, como los ingenieros agrónomos y los productores,
presentaron una postura única basada basada en la Ley Provincial N.o 9164, de Productos químicos y biológicos de uso agropecuario.
El intendente Decarlini leyó el Artículo 59 que prohíbe la
aplicación terrestre dentro de un radio de 500 metros a partir del
límite de las plantas urbanas, de productos de las clases
toxicológicas Ia y Ib (banda roja) y II (banda amarilla), pero
permite las III (banda azul) y IV (banda verde) (1). Los radios de
exclusión y las bandas de color son una herramienta de comunicación
ideal: si se cumplen no hay impacto en la salud. Para los medios y el
público, es más fácil; para las autoridades y los productores, es
perfecto: el debate está cerrado. Pero las bandas de colores están
lejos de ser infalibles, neutrales o un mero acto de asepsia
científica, se basan en la dosis letal cincuenta, que evalúa la
toxicidad aguda de un principio activo, y sirven de poco para avaluar
la toxicidad crónica, los efectos de los aditivos o las mezclas de
diferentes pesticidas.
María
Godoy, una de las Madres de Ituzaingó Anexo línea fundadora (2),
estuvo presente en el debate y advirtió que en dicho barrio cordobés
la Zona de Resguardo Ambiental de 2500 metros no tuvo ningún efecto
práctico. Además señaló que las bandas de colores no contemplan
los numerosos estudios que prueban los efectos deletéreos del
glifosato.
Un
vecino de la localidad de Alcira Gigena relató que el año pasado
fumigaron con un avión a 50 metros de las casas, “estábamos
haciendo las parcelas para el sorgo forrajero para la hacienda, nos
pasaron arriba de la camioneta con la lluvia (...) era día lunes, el
martes el sorgo estaba marrón, nos quemaron todo el pasto, toda la
alfalfa, teníamos sesenta árboles frutales, no nos quedó nada, ni
alfalfa, ni árboles, por eso vine a la reunión”.
Los
Pesticidas Altamente Peligrosos
Una
nueva categoría internacional clasifica como “highly hazardous
pesticides” (pesticidas altamente peligrosos) aquellos que surgen
de 2 acuerdos de la Organización de Naciones Unidas (3). En el Informe sobre los plaguicidas altamente peligrosos registrados en Argentina,
el ingeniero agrónomo Javier Souza Casadinho advierte que de los 433
principios activos registrados en la Argentina, hay 123
pesticidasaltamente peligrosos, de los cuales 30 tienen banda verde,
incluyendo al glifosato.
Han
transcurrido unos 9 años desde que un grupo de vecinas se instaló
en la plaza Saturnina Berrotarán con un cartel en el cual se leía:
“Queremos un pueblo libre de fumigaciones, basta de fumigaciones a
20 metros de nuestras viviendas, queremos un futuro sano para
nuestros hijos”. Diarreas, erupciones en la piel, problemas de
garganta y respiratorios son algunas de las manifestaciones en la
salud que enumeraron. “A mi hijo se le inflama la glotis apenas
empiezan a fumigar; hoy no pudo ir al colegio porque pierde la voz
cuando esto ocurre”, le dijo en aquella oportunidad María Elisa Quevedo al Puntal de Río Cuarto.
Ahora
Decarlini se comprometió a implementar una demarcación visible de
los 200 metros con varillas de más de 2 metros de alto y banderines,
para que los vecinos puedan corroborar tanto la distancia como la
dirección del viento. Una hectárea de soja en la zona en cuestión
genera un ingreso de unos 13 mil pesos, y resguardar una franja de
200 metros implica dejar de explotar de forma intensiva unas 240
hectáreas.
La
reunión transcurrió en un marco de respeto mutuo, al fin y al cabo,
al día siguiente todos debían compartir la cotidianidad del lugar
que eligieron para vivir. El debate por las fumigaciones en
Berrotarán no está cerrado, ya sea porque los agrotóxicos se
evaporan, porque pueden solubilizarse en el agua, porque se
bioacumulan en las cadenas alimenticias, o porque permanecen mucho
tiempo en el suelo, todos estamos expuestos a sus efectos nocivos.
Referencia:
- El Senasa utiliza la siguiente clasificación toxicológica: Ia) Extremadamente peligroso; Ib) Altamente peligroso; II) Moderadamente peligroso; III)Ligeramente peligroso; IV) Producto que normalmente no ofrece peligro. Está basada en la dosis letal cincuenta (DL50), que indica los miligramos del principio activo por kilogramo de peso del animal de laboratorio, necesarios para matar al 50 % de la población usada en el estudio. La resolución Senasa N.o 367/2014 especifica que la etiqueta debe presentar en su parte inferior una banda de color que identifique la categoría toxicológica.
- El barrio Ituzaingó Anexo está ubicado al sureste de la Ciudad de Córdoba, el caso se conoció como el “Juicio a la fumigación”, la Justicia de la Provincia de Córdoba pudo establecer cómo los productos que se usan en la agricultura intensiva tienen la suficiente entidad como para afectar la salud humana, además de contaminar el agua, el suelo y el aire.
- Enfoque Estratégico para la Gestión de los Productos Químicos a Nivel Internacional (SAICM) y Código de Conducta sobra la Gestión de Plaguicidas, promovido por la FAO. Con base en estos acuerdos, y considerando otras variables tales como los disruptores endocrinos, aquellos capaces de acumularse en sedimentos o de producir cáncer, Pesticide Action Network generó un listado de pesticidas altamente peligrosos.
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