por
Fernando Colautti
Fueron
11 mil hectáreas quemadas en apenas 10 días, en una sucesión de
incendios muy complejos.
Córdoba
mostró estar preparada para enfrentar las llamas. Hubo 1.500
bomberos corriendo de un foco a otro, sin descanso, ante condiciones
climáticas muy desfavorables. No se quemó ni una vivienda, aunque
las llamas rozaron a muchas. No hubo una sola persona herida, aunque
ese riesgo era latente.
La
capacidad operativa y humana del combate al fuego avanzó respecto de
décadas atrás. Los bomberos están más equipados y capacitados que
nunca y siguen demostrando una entrega que conmueve.
La
Provincia es la única del país con aviones hidrantes propios. El
sistema de combate al fuego funciona, más allá de cuestiones por
optimizar.
Lo
que en todo caso habilita más debates es lo que falta para prevenir
más incendios y para remediar los daños que estos dejan luego. Ya
no es, en ambos casos, una cuestión de bomberos.
En
prevención, las preguntas que quedan es cuánto mejor se puede hacer
en concientización y en educación, sobre todo en los territorios de
mayor riesgo. También, en el control sobre las forestaciones
implantadas mal mantenidas y con excesiva carga combustible, o sobre
las redes eléctricas rurales que suelen ser causa de inicio.
En
remediación es, quizá, donde menos se avanzó: el qué hacer para
que no sólo tengamos inventarios de daños, sino también planes
para su restauración.
Una
clave es de decisión política: asegurar realmente que las áreas
con bosque nativo no puedan cambiar de uso aunque ese monte se haya
quemado, porque eso dice la ley.
Otra
podría ser una planificación que involucrara el cuidado de los
suelos dañados (con riesgo de perderse para siempre por la erosión),
para facilitar la regeneración natural e incluir modelos de
reforestación, con criterio científico. Córdoba tiene núcleos
académicos preparados, pero nunca aprovechados.
Remediar
daños ya es más una cuestión del área ambiental que del Plan de
Manejo del Fuego.
Pero,
en los últimos 15 años, Córdoba vio arder un millón de hectáreas.
A la Provincia le queda el tres por ciento del bosque denso que tuvo
hace un siglo. Son datos que evidencian enormes daños acumulativos,
que comprometen ya la sustentabilidad ambiental de una provincia que,
por razones geográficas y climáticas, seguirá teniendo fuegos.
Fuente:
Fernando Colautti, Remediar los daños, el plan posfuego faltante, 6 octubre 2019, La Voz del Interior.
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