Si
no bastase con enfrentar la basura arrojada a los océanos y a los
pescadores que de forma incidental las atrapan en sus redes, ahora
las tortugas marinas tienen que lidiar en Brasil con las manchas de
petróleo que han llegado a las playas del litoral noreste del país.
por
Waldheim García Montoya
Derrame
de petróleo
Las
manchas de petróleo, vistas en 166 playas de 72 municipios de los
nueves estados de la región noreste, han provocado desde septiembre
la muerte de tortugas marinas, aves, delfines y crustáceos y
amenazan ballenas, peces y al manatí marino, el mamífero con más
peligro de extinción en el país suramericano.
El
estatal Instituto Brasileño del Medio Ambiente y los Recursos
Naturales Renovables (Ibama, regulador) había contabilizado hasta el
domingo un ave y doce tortugas marinas muertas y catorce quelonios
rescatados con vida de los chapapotes de crudo.
No
obstante, la organización no gubernamental Instituto Verdeluz
informó de la muerte de 23 tortugas, dos delfines y un ave en las
playas del noreste como consecuencia del vertido de crudo ocurrido en
altamar.
Las
autoridades aseguran que el crudo no es de origen brasileño y el
ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, llegó a insinuar de que,
por las características, se trata de petróleo venezolano, pero el
Gobierno no ha confirmado la hipótesis y continúa con las
investigaciones.
Tortugas
marinas
El
biólogo Flavio Lima, coordinador del proyecto científico Cetáceos
da Costa Branca, una iniciativa de la Universidad Estatal de Río
Grande do Norte (UERN), además de advertir sobre el peligro que
corre el manatí marino, dijo a EFE que las cinco especies de
tortugas marinas que tiene Brasil están seriamente amenazadas por el
chapapote.
El
proyecto Tamar-Fundación Pro Tamar, un conjunto de iniciativas para
la preservación de las tortugas marinas que actúa en prácticamente
toda la costa brasileña desde hace cuarenta años, indicó a EFE
que, “debido a la presencia significativa de petróleo en algunas
áreas, los bebés tortuga son retenidos y sueltos en áreas más
seguras”.
“Como
el escenario de la presencia de petróleo está alterándose
periódicamente, debido a la dispersión de las manchas a lo largo de
la costa, la suelta de crías ha ocurrido con base en los estudios de
detección de manchas por parte de las autoridades”, apuntó la
institución.
Además
de constituir una “barrera física” que impide el desplazamiento
de las tortugas, “principalmente las crías”, las manchas de
crudo contienen “altas concentraciones de petróleo que también
pueden ocasionar cuadros de intoxicación aguda, desestabilizando las
funciones metabólicas del animal, con riesgo de causar su óbito”,
agregó.
La
entidad manifestó que continúa con sus labores cotidianas de
“observación” de las áreas reproductivas, con “esfuerzo
intensificado” en las zonas “más impactadas con la presencia de
petróleo” para la protección de hembras, nidos y crías hasta el
final de la temporada, sin “contemplar suspender las actividades”.
La
coordinadora veterinaria del proyecto, Thais Pires, señaló a EFE
que las consecuencias directas en los quelonios tienen “una
respuesta individual diferente”, dependiendo de la “cantidad”
de petróleo ingerido por el animal rescatado y el “tiempo de
exposición” al que fue sometido.
“Como
desconocemos el origen, la cantidad y la dirección que puede tomar
el crudo, es muy difícil cuantificar las amenazas, pero es una
situación de extrema gravedad que requiere una evaluación diaria y
poder contemplar, con la autorización de las autoridades
ambientales, el traslado de la puesta de huevos”, subrayó Pires.
La
presencia del chapapote, que completa más de un mes, incide en todo
el proceso reproductivo de las tortugas marinas, en el que las
hembras buscan las playas para depositar los huevos y, tras su
eclosión, las crías buscan el mar.
Entrada relacionada:
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Fuente:
Waldheim García Montoya, Las tortugas marinas son las mayores víctimas del derrame de petróleo, 17 octubre 2019, EFEverde. Consultado 19 octubre 2019.
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