Los
incendios reducen la flora y fauna, contaminan el aire, destruyen el
suelo e impactan en los diques.
por
Lucas Viano
Si
la suerte y la pericia de los bomberos están de nuestro lado, no se
perderán vidas ni infraestructura. Pero cada incendio que afecta a
nuestras sierras tiene un impacto múltiple.
El
más evidente es que el fuego arrasa el paisaje y la biodiversidad.
Desde el suelo hasta las aves, todo cambia, aseguran distintos
estudios realizados por científicos de Córdoba. Aquí resumimos
algunas de las conclusiones.
Dos
años después de un incendio, un predio con bosque nativo tiene un
10 por ciento menos de especies vegetales que uno sin quemar.
Un
monte quemado significa menos alimento y refugio para los animales.
Un predio que padeció seis incendios hace una década tenía el 41,5
por ciento de especies de aves que otro predio aledaño que no había
sido afectado por el fuego en décadas.
En
un predio incendiado hace 14 años la cantidad de ejemplares de
lagartijas había disminuido en un 80 por ciento en comparación con
una zona vecina sin incendios.
A
su vez, en un monte que fue quemado, muchos mamíferos no vuelven.
Sólo se animan a visitarlo especies pequeñas, generalistas y
habituadas a los espacios abiertos.
En
el suelo
Los
incendios dejan una capa superficial del suelo o humus cinco veces
más delgada en sitios incendiados. Ese material quemado se arrastra
hasta los cursos de agua y de allí hacia los diques.
Un
lago con más materia orgánica tiende a eutrofizarse más rápido y
a padecer blooming de algas con más frecuencia. Entonces, la calidad
del agua baja. Se convierte en inhabitable para la fauna acuática,
pero también limita las actividades recreativas que podemos hacer en
el espejo de agua y dificulta el proceso de potabilización.
En
el aire
Los
incendios generan gases tóxicos y material particulado que llega a
las zonas urbanas y aumenta los riesgos de padecer problemas
respiratorios, al tiempo que incrementa el riesgo de otras
enfermedades.
El
monte quemado también contribuye a acelerar el calentamiento global
producido por la presencia de gases de efecto invernadero en la
atmósfera. A nivel global se estima que entre el 5 y el 10 por
ciento de las emisiones de dióxido de carbono provienen de los
incendios forestales.
Pero
la relación entre incendios y cambio climático es mutua porque el
cambio climático está impactando en el régimen de los fuegos. En
otras partes del mundo están observando que los incendios son cada
vez más grandes y difíciles de controlar.
En
Córdoba, los períodos húmedos son cada vez más intensos debido a
la crisis climática. Eso genera un bosque más verde. Pero luego
puede sobrevenir un período seco igual de intenso (también producto
del cambio climático). Así, el monte frondoso se transforma en
toneladas de material combustible.
La
temporada de incendios también varía debido al cambio climático.
En Córdoba hay cada vez más fuegos en diciembre y en enero, una
época antes caracterizada por las lluvias.
Fuente:
Lucas Viano, El múltiple impacto de quemar las Sierras, 3 octubre 2019, La Voz del Interior. Consultado 7 octubre 2019.
No hay comentarios:
Publicar un comentario