SANTIAGO,
15 oct 2019 (IPS) - América Latina y el Caribe es responsable de 20
por ciento de la cantidad global de alimentos que se pierden desde la
poscosecha hasta el nivel minorista, excluido este último, de
acuerdo a un nuevo informe de la FAO.
La
región solo alberga nueve por ciento de la población mundial, una
quinta parte de todos los alimentos que se pierden a nivel mundial
desde la poscosecha hasta la etapa minorista, se producen en América
Latina y el Caribe, asegura El estado mundial de la alimentación y la agricultura 2019 (Sofa, en inglés).
El
informe señala que, en todo el mundo, las causas de la pérdida y
desperdicio de alimentos difieren ampliamente a lo largo de la cadena
de suministro de alimentos.
Las
causas principales de pérdidas en la granja incluyen cosechar en el
momento inadecuado, malas condiciones climáticas, prácticas
erróneas en la cosecha y el manejo, y desafíos en la
comercialización de los productos.
Las
condiciones de almacenamiento inadecuadas, así como decisiones
inapropiadas tomadas en las primeras etapas de la cadena de
suministro, generan pérdidas significativas y una vida útil más
corta a algunos productos. Por otra parte, un almacenamiento en frío
adecuado puede ser crucial para evitar pérdidas cuantitativas y
cualitativas de alimentos.
Durante
el transporte, una buena infraestructura física y una logística
comercial eficiente son clave para evitar la pérdida de alimento. El
procesamiento y el envasado pueden desempeñar un papel importante en
la conservación de los alimentos, mientras que las pérdidas pueden
ser causadas por instalaciones inadecuadas, así como por fallas en
el funcionamiento técnico o por errores humanos.
Calorías
perdidas en América Latina y el Caribe
Centrándose
solo en las pérdidas que ocurren en América Latina y el Caribe,
según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la
Agricultura y la Alimentación), la región pierde 12 por ciento de
sus alimentos desde la post cosecha hasta, pero excluyendo, la etapa
minorista.
Esa
cifra es ligeramente inferior que el promedio global, que alcanza 14
por ciento.
Cuando
se considera esta misma pérdida en términos de calorías, los
países de América Latina y el Caribe pierden 14 por ciento de las
calorías que producen.
Huella
de carbono, agua, tierra
Según
el Sofa, las pérdidas y desperdicios de alimentos tienen tres tipos
de huellas ambientales cuantificables: de carbono, de tierra y de
agua.
La
huella de carbono de los alimentos es la cantidad total de gases de
efecto invernadero que se emiten a lo largo del ciclo de vida de los
alimentos, expresado en dióxido de carbono (CO2) equivalente.
América
Latina y el Caribe responde por 16 por ciento de la huella de carbono
mundial producto de las pérdidas y desperdicios de alimentos.
La
huella de la tierra es la superficie de tierra necesaria para
producir los alimentos. La región responde por nueve por ciento de
la huella de la tierra mundial debido a la pérdida y desperdicio de
alimentos.
En
términos de la huella de agua -la medida de toda el agua dulce
utilizada para producir y suministrar los alimentos al consumidor
final- la región responde por cinco por ciento de la huella de
agua mundial.
Todos
estos impactos consideran los efectos ambientales de la pérdida y
desperdicio de alimentos desde la poscosecha hasta la venta
minorista, pero incluyendo esta última etapa, a diferencia de las
cifras presentadas anteriormente.
Iniciativas
nacionales
La
publicación destaca que varios países de la región han adoptado
políticas para detener este problema: en 2017, por ejemplo, Chile
estableció el Comité Nacional para la Prevención y Reducción de
Pérdidas y Desperdicios de Alimentos, con el fin de facilitar y
coordinar estrategias para prevenir y reducir la pérdida y el
desperdicio de alimentos.
De
manera similar, Argentina creó un Programa Nacional para la
Reducción de la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos en 2015;
desde entonces, más de 80 instituciones públicas y privadas se han
unido para formar la Red Nacional para la Reducción de la Pérdida y
el Desperdicio de Alimentos.
Como
parte del programa, se lanzó una campaña nacional llamada
“Valoremos los Alimentos”, que proporciona información y videos
sobre cómo prevenir la pérdida y el desperdicio de alimentos.
En
Brasil, la red nacional de bancos de alimentos, Mesa Brasil SESC, ha
entregado comida a más de 1,4 millones de brasileños a través de
asociaciones público-privadas en más de 500 municipios en 2017, con
alimentos que habrían acabado en la basura.
El
Banco Interamericano de Desarrollo ha creado #SinDesperdicio, una
plataforma destinada a promover la innovación y mejorar la calidad
de las intervenciones públicas sobre la pérdida y desperdicio de
alimentos en la región, en la cual participan actores como la FAO,
el Foro de Bienes de Consumo, la Red Global de Bancos de Alimentos,
IBM y otras compañías.
Este
artículo fue publicado originalmente por la oficina regional de la FAO en América Latina y el Caribe.
RV:
EG
Fuente:
América Latina, responsable de 20 por ciento del desperdicio de comida, 15 octubre 2019, Inter Press Service.
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