El
informe del Panel Intergubernamental del Cambio Climático sobre el
estado de los mares exige una limitación drástica de las emisiones
e inversiones urgentes para evitar las terribles consecuencias del
deshielo.
por
Ajit Niranjan
Según
advierte el más reciente informe del Grupo IntergubernamentaI de Expertos sobre el Cambio Climático (IPPC por sus siglas en inglés),
la temperatura y el nivel de los mares se elevan cada vez más
rápido. Es algo que tiene dramáticas consecuencias para las
personas y para el planeta. En el informe sobre los mares y regiones
heladas de la Tierra han colaborado más de 100 científicos. Este
miércoles (25.09.2019) fueron presentadas sus conclusiones.
El
rápido calentamiento de los océanos y las regiones polares y
glaciares mata cada vez más organismos marinos y acelera el cambio
climático. Incluso en el caso óptimo de que consigamos una notable
reducción de los gases de efecto invernadero, para el año 2050
habrá varias ciudades costeras y varios países insulares sepultados
por las corrientes extremas. Hasta ahora, eso sucedía una vez cada
100 años.
"Aunque
la criosfera (las regiones heladas de la Tierra) y los océanos
parecen encontrarse lejos de la mayoría de los hombres, están
unidos a nosotros”, dice Lijing Cheng, oceonógrafa de la Academia
china de las Ciencias y una de las principales autoras del informe.
"La conclusión más importante es que ambos sistemas se están
transformando con bastante rapidez y eso tiene ya consecuencias
serias sobre la gente”.
Los
puntos clave del informe
-
La velocidad del calentamiento del mar se ha duplicado desde 1993 y
la subida del nivel del mar se ha acelarado por la pérdida de hielo
en Groenlandia y la Antártida.
-
Si las emisiones continúan siendo elevadas, el nivel medio del mar
subirá hasta finales de la centuria 0,84 centímetros, esto es, 10
centímetros más de lo que hasta ahora pensábamos. La reducción de
las emisiones podría reducir esa subida hasta la mitad.
-
Los océanos más calientes entrañan el riesgo de generar
consecuencias "más graves” para la naturaleza y los
ecosistemas costeros, aunque el calentamiento global quede limitado a
1,5 grados.
-
La adaptación coordinada debe ir acompañada por una reducción
"urgente y ambiciosa” de las emisiones, si queremos evitar las
peores consecuencias del cambio climático.
Malas
noticias
Aproximadamente
una de cada 10 personas habita en una región a menos de 10 metros
sobre el nivel del mar. A muchos habitantes costeros ya les afectan
las inundaciones y las fuertes tormentas más que a sus progenitores
y abuelos. Algunos de los autores del informe advierten en
entrevistas que el calentamiento también tendrá cada vez
consecuencias más acusadas en el interior de los países, porque
disminuirán las reservas de alimentos y los habitantes de la costa
se verán obligados a abandonar sus regiones.
Según
el informe, el nivel más elevado del mar conducirá a tormentas más
fuertes y a una mayor salinización, por ejemplo en la región del
sureste asiático del Delta del Río Mekong. Los rendimientos de las
cosechas podrían disminuir y provocar el aumento del precio de los
alimentos también en países sin mar y en otros continentes. Al
mismo tiempo, el permafrost que se derrite en el Ártico emite cada
vez más metano y dióxido de carbono a la atmósfera. De esa manera,
se acelera aún más el calentamiento global y existe el riesgo de
que se produzca un círculo vicioso de retroalimentación.
En
las montañas de la zona del Himalaya, cuyos ríos dan de comer hoy a
casi dos mil millones de personas, un tercio del hielo se habrá
derretido previsiblemente por completo cuando los niños de ahora
sean mayores. Como consecuencia del derretimiento de los glaciares,
corrientes de agua dulce fluirán hasta el océano, con graves
consecuencias para las ciudades costeras. Una vez derretido el hielo,
los ríos se secarán más y escaseará el agua río abajo.
"No
podemos esperar más”
Los
mares reaccionan lentamente a las transformaciones del clima. Eso
significa que las emisiones anteriores seguirán calentando los
mares, incluso aunque dejáramos hoy mismo de talar árboles y
utilizar combustibles fósiles. "Como no podemos llevar el clima
a su estado original, debemos adaptarnos”, explica Hans-Otto
Pörtner, investigador climático del Centro Helmholtz para la
Investigación Polar y Marítima en Alemania y copresidente del grupo
de trabajo que ha elaborado el informe. "No podemos esperar
más", asegura categórico.
Los
límites de la adaptación
Las
ciudades costeras y los atolones ya han comenzado a adaptarse a la
cada vez más amenazante confrontación con las fuerzas de la
naturaleza. Megaciudades como Yakarta y Shanghái han construído
gigantescos muros para proteger a la gente de la subida del nivel del
mar y las mareas cada vez más fuertes. Países insulares poco
poblados, como Fiyi, hacen reasentamientos de población.
"Islas
y pequeños países insulares están especialmente amenazados, porque
les faltan recursos”, asegura Helene Jacot Des Combes, una experta
en prevención de catástrofes de la Universidad del Pacífico Sur,
asentada en Fiyi y también autora principal del informe. "Cualquiera
que sea la solución, debe hallarse en colaboración con la comunidad
global", dice la experta.
"Pero
la adaptación tiene límites si las emisiones siguen subiendo”,
dice Matthias Garschagen, profesor de Geografía en la Universidad
Ludwig Maximilian, de Múnich, y otro de los autores principales del
informe. "Con cada metro de subida del nivel del mar, se elevan
los costos para asegurar las zonas costeras y disminuye la superficie
de las islas pequeñas”, dice Garschagen. "Los modelos
muestran que solo en escenarios de bajas emisiones hay posibilidades
de que la adaptación tenga éxito”, agrega.
¿Quién
está más amenazado?
Los
científicos del IPCC recalcan que aquellos que son menos
responsables del cambio climático serán los más afectados por las
transformaciones en los océanos y la criosfera. Según el informe,
el derretimiento del hielo en las montañas y el Ártico tiene sobre
todo consecuencias negativas para la salud de la gente, su sustento e
incluso su capacidad para comer y beber.
La
pérdida de poblaciones de peces debido a la sobreacidificación de
los mares podría amenazar la base alimentaria de cientos de millones
de personas. Muchas de ellas tienen ya hoy día problemas para
conseguir alimentos. Según la FAO, el pescado conforma el 17 por
ciento de la proteína animal que consumimos.
Algunas
comunidades indígenas de las montañas verán cómo sus fuentes de agua se agotan. "Hay poco positivo en todo ello”, dice John
Tanzer, experto en océanos en la organización medioambiental World
Wildlife Fund. "No sé si los países ricos están conscientes
de la magnitud de las posibles consecuencias humanitarias”, agrega,
aunque el investigador cree que los daños podrían ser menores "si
los Gobiernos actúan ahora”.
(ms/ers)
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Fuente:
Ajit Niranjan, Las devastadoras consecuencias del calentamiento de los océanos, 25 septiembre 2019, Deutsche Welle.
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