martes, 3 de septiembre de 2019

El misterio de Nenoksa: ¿explotó un reactor nuclear en Rusia en agosto?


Científicos han relatado en Nature cómo se está investigando una explosión ocurrida en una base naval al norte de Rusia que causó cinco muertos y provocó un pico de radiación a decenas de kilómetros de distancia.

El pasado 8 de agosto se registraron una serie de explosiones en la base naval de Nenoksa, mientras se hacían unas pruebas con un arma experimental. Cinco empleados de la corporación Rosatom, la agencia nuclear estatal de Rusia, murieron, y tres más resultaron heridos. Al mismo momento, se registró un repentino pico de radiación gamma que elevó sus niveles 16 veces por encima de los valores normales en Severodvinsk, una ciudad de 190.000 habitantes situada a 30 kilómetros de Nenoksa. El riesgo de este pico es bajo, en teoría: por ejemplo, los niveles de radiación gamma tras el accidente de Chernóbil aumentaron 7.000 veces por encima de los niveles de fondo.

Las autoridades rusas dieron información contradictoria y con cuentagotas. Finalmente, esta misma semana la agencia meteorológica de Rusia, Roshydromet, reveló nuevos detalles sobre la radiación nuclear liberada. Coincidiendo con otros informes, y tal como Nature ha constatado después de conocer la opinión de expertos independientes, la hipótesis más sólida sobre lo ocurrido en Nenoksa es que tuvo lugar un accidente mientras los rusos hacían pruebas con un nuevo misil conocido como Burevestintnik o Skyfall. Este nuevo arma está caracterizada por llevar a bordo un reactor nuclear que, teóricamente, le permite volar durante días y tener un alcance ilimitado.

La versión oficial

Según las autoridades rusas, el accidente ocurrió en Nenoksa, una de las instalaciones de investigación y desarrollo más importantes de la Armada de Rusia. Un día después del accidente, Rosatom comunicó que el suceso ocurrió durante unas «pruebas con un sistema de propulsión que involucra isótopos», en una plataforma marina situada cerca de la costa.

Por otra parte, Roshydromet alertó de un pico de radiación gamma en la ciudad de Severodvinsk. El pasado 26 de agosto, esta agencia reveló la presencia de isótopos de estroncio-91, bario-139, bario-140 y lantano-140 en muestras de lluvia y aire.

Gracias a esta información, varios científicos han sugerido qué pudo ocurrir en la base de Nenoksa.

¿Quiénes fallecieron?

Rosatom comunicó los nombres de los cinco investigadores muertos en el accidente: Alexei Viushin, Evgeny Kortaev, Vyacheslav Lipshev, Sergei Pichugin y Vladislav Yanovsky. Se desconoce si murieron a causa de la radiación o por salir despedidos de la plataforma marina donde se hicieron las pruebas.

Solo se sabe que estos investigadores trabajaban en el Centro de Investigación de Física Experimental de Sarov, en Rusia, y que Alexei Viushin trabajó en la colaboración ALICE, del laboratorio de física de partículas europeo CERN.

¿Qué dicen los isótopos?

Según ha dicho en Nature Claire Corkhill, científica nuclear de la Universidad de Sheffield (Reino Unido), los isótopos de estroncio, bario y lantano se producirían en un reactor nuclear y se podrían haber liberado después de la explosión de uno de ellos.

En este caso, también deberían haberse liberado isótopos de yodo y cesio, según Marco Kaltofen, investigador de Boston Chemical Data Corp. Hast ahora, solo hay dos informes no confirmados de la presencia de cesio-137 en músculos, según médicos locales dijeron en The Moscow Times y de yodo-131, en este caso detectado por la autoridad nuclear noruega, a 700 kilómetros de distancia del lugar de la explosión. Pero este yodo podría proceder de otras fuentes.

Según Boris Zhuikov, investigador de la Academia de Ciencias de Rusia, en Moscú, también es posible que esa mezcla de isótopos proceda de la fuga de gases desde un reactor nuclear pero no de la explosión de su núcleo. Sin embargo, las otras evidencias (como las explosiones) apuntan a daños en un núcleo, tal como ha opinado Kaltofen.

¿Se estaba probando un nuevo misil?

Varios expertos así lo creen. Aunque se sabe poco sobre el Burevestintnik o Skyfall, los investigadores especulan que podría ponerse en el aire por medio de combustible convencional y después arrancar un pequeño reactor nuclear capaz de calentar aire para mantenerle en vuelo, en teoría durante días.

Las imágenes por satélite tomadas antes y después de la explosión en la base de Nenoksa apuntan fuertemente a la prueba de un misil, tal como ha dicho en Nature Anne Pellegrino, investigadora en el James Martin Center for Nonproliferation Studies en Monterrey, Estados Unidos. Estas pistas son unas infraestructuras halladas en otra parte donde ya se hicieron pruebas con un misil propulsado por energía nuclear.

En opinión de Michael Kofman, investigador en el Wilson Center, Estados Unidos, el reactor nuclear accidentado podría ser parte de otros proyectos militares rusos. En primer lugar, considera que el reactor del misil no podría contar con contención frente a la radiación, con lo que no debería de haber personal a su alrededor. Además, estos no se suelen lanzar desde el mar, sino desde tierra.

Esto le lleva a deducir que el reactor nuclear explosionado podría haber formado parte de un torpedo, un reactor subacuático o un pequeño reactor para aplicaciones espaciales.

¿Se resolverá el misterio?

Michael Kofman está tratando de tomar muestras de ciertos objetos, como filtros de aire de los coches, en la zona próxima a la explosión. Pretende analizar los isótopos radiactivos y compararlos con los productos liberados en otros accidentes. Anne Pellegrino analizará las redes sociales y las publicaciones científicas de los investigadores fallecidos. Por último, la Comprehensive Nuclear-Test-Ban Treaty Organization (CTBTO) está monitorizando la presencia de radionucleidos (productos de la fisión nuclear) de ocho estaciones repartidas por Rusia.
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