El fuego que arrasa la selva se produce en medio de la creciente preocupación por el debilitamiento de las políticas ambientales de Brasil, lo que puede poner en peligro el comercio y las relaciones exteriores del país.
por
Manuela Andreoni, Letícia Casado y Ernesto Londoño
RÍO
DE JANEIRO - Mientras docenas de incendios arrasan grandes
extensiones de la Amazonía, el gobierno brasileño luchaba el jueves
para contener la creciente indignación mundial por sus políticas
ambientales, que han allanado el camino para la deforestación de la
selva tropical más grande del mundo.
Mientras
los incendios se extienden -muchos fueron provocados
intencionalmente- Alemania y Noruega parecen estar a punto de
abandonar un proyecto de conservación del Amazonas valorado en 1,2
mil millones de dólares.
La
preocupación por las políticas ambientales del presidente Jair
Bolsonaro, que han priorizado los intereses de las industrias que
desean mayor acceso a tierras protegidas, también ha puesto en
peligro un acuerdo comercial que la Unión Europea y un grupo de
naciones suramericanas alcanzaron en junio después de décadas de
negociaciones
“Los
incendios forestales en Brasil son profundamente preocupantes”,
dijo la Comisión Europea en un comunicado el jueves. “Los bosques
son nuestros pulmones y sistemas de soporte vital”.
Organismos
gubernamentales como la NASA, además de políticos y celebridades,
han compartido fotos de los incendios de esta semana, lo que provocó
diversas acciones en las redes sociales con la etiqueta
#PrayForAmazon.
El
actor Leonardo DiCaprio hizo un llamado a sus casi 34 millones de
seguidores de Instagram para que fueran más conscientes sobre la
situación del medioambiente en una publicación que advierte: “Los
pulmones de la Tierra están en llamas”.
El
gobierno brasileño ha reaccionado con indignación a las críticas y
alega, sin presentar ninguna evidencia, que las organizaciones no
gubernamentales podrían haber comenzado los incendios para afectar
la gestión del presidente de extrema derecha.
En
el estado norteño de Rondônia, que ha estado entre los más
afectados por los incendios, los líderes indígenas describieron
cómo los animales salvajes salían corriendo de los bosques a medida
que se acercaban las llamas.
“Vimos
cerdos salvajes, tapires, armadillos, osos hormigueros y serpientes
en mayor cantidad de lo que estamos acostumbrados”, dijo Adriano
Karipuna, líder de la comunidad indígena de Karipuna, cuyo
territorio se ha visto afectado por los incendios. “Vimos el bosque
cubierto de humo y el cielo se oscureció. Nuestros ojos enrojecieron
por el humo”.
Karipuna
dijo que los madereros están avanzando hacia las áreas protegidas,
envalentonados por las opiniones de Bolsonaro de que las protecciones
legales otorgadas a las tierras indígenas son un impedimento
irrazonable para beneficiarse de los recursos de la Amazonía.
“Él
los autorizó, les dijo que invadieran”, dijo Karipuna en una
entrevista telefónica.
El
jueves, altos funcionarios del gobierno de Brasil se refirieron a la
cobertura periodística internacional y a las críticas de los
gobiernos occidentales calificando sus comentarios sobre los
incendios como intencionalmente erróneos.
“Hay
una razón por la que Brasil tiene las mejores credenciales
ambientales y los bosques mejor conservados del planeta: sabemos cómo
proteger y cuidar lo que es nuestro”, escribió Filipe Martins,
asesor de política exterior de Bolsonaro en una serie de mensajes en Twitter. “Si se preguntan quién va a salvar el Amazonas, aquí hay
una respuesta muy directa: no será la retórica vacía, histérica y
engañosa de los principales medios de comunicación, los burócratas
transnacionales y las ONG”.
Brasil
tiene leyes y regulaciones ambientales estrictas, pero a menudo son
violadas con impunidad. La gran mayoría de las multas por infringir
las leyes ambientales no se pagan o acarrean pocas o ninguna
consecuencia para los infractores.
Los
incendios forestales son comunes en Brasil durante esta época del
año, que tiende a ser más aireada y seca. Pero la cantidad actual
de incendios es inusualmente alta.
Los
datos publicados por el Instituto Nacional de Investigación Espacial
de Brasil muestran que, de enero a julio, los incendios habían
consumido más de 1,8 millones de hectáreas de la Amazonía
brasileña, un aumento del 62 por ciento en comparación con el año
pasado.
Joênia
Wapichana, legisladora federal del estado norteño de Roraima, se
encontraba entre un grupo de miembros del Congreso que pidió el
jueves la destitución del ministro de Medioambiente de Bolsonaro,
Ricardo Salles.
“El
gobierno tiene el deber de implementar un plan de emergencia para la
Amazonía”, dijo Wapichana, la primera mujer indígena elegida para
el congreso brasileño. “No hay respuesta del gobierno. El gobierno
está actuando de manera defensiva y desesperada”.
En
los meses recientes, mientras el gobierno de Bolsonaro ha cuestionado
la utilidad del Fondo Amazonía que es financiado por los
contribuyentes alemanes y noruegos, los líderes de esos países han
considerado abandonarlo por completo.
El
fondo se inició en 2008, cuando Brasil avanzaba en frenar la
deforestación a través de un ambicioso conjunto de políticas que
incluían esfuerzos agresivos de aplicación de la ley y las
políticas de conservación.
“Las
políticas del gobierno brasileño en la región amazónica hacen que
nos preguntemos si todavía están persiguiendo el objetivo de
reducir constantemente las tasas de deforestación”, dijo el
Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania en un comunicado este
mes. “Debemos tener esa seguridad antes de poder continuar la
cooperación del proyecto”.
El
acuerdo comercial entre la Unión Europea y Brasil, Argentina,
Paraguay y Uruguay aún debe ser ratificado por el Parlamento
Europeo, y se enfrenta a la resistencia de activistas ambientales que
presionan a los legisladores sobre el tema.
El
presidente de Francia, Emmanuel Macron, publicó un tweet el jueves
calificando a los incendios como “una crisis internacional” y
pidió que esa “emergencia” sea discutida en la reunión del
Grupo de los 7 que se celebrará este fin de semana.
La
cambiante reputación de Brasil en los temas medioambientales ha
hecho que sus misiones diplomáticas en el extranjero sean el blanco
de diversas protestas de los grupos conservacionistas.
La
semana pasada, la policía de Londres arrestó a seis activistas del
grupo Extinction Rebellion que se pegaron a las ventanas de la
embajada de Brasil.
“Necesitamos
hacer lo que podamos para proteger lo que el gobierno de Bolsonaro
está tratando de destruir”, dijo Lazer Sorrë, un estudiante de
secundaria de 18 años que participó en la protesta en Londres, en
un comunicado publicado por el grupo.
Waldez
Góes, el gobernador del estado norteño de Amapá, se encuentra
entre un grupo de gobernadores que están pidiendo a los líderes
europeos que continúen financiando iniciativas de conservación, sin
pasar por el gobierno federal. Góes dijo que temía que la continua
degradación de la Amazonía provocara un boicot a los productos
brasileños.
“Vivimos
en un país que produce alimentos”, dijo en una entrevista. “El
precio podría ser muy alto para los productores y para la nación”.
Jerônimo
Goergen, un legislador federal del llamado grupo ruralista, que
defiende a las industrias que buscan un acceso más amplio a la
Amazonía, dijo que estaba profundamente preocupado por la reputación
de Brasil en el extranjero porque su enfoque ambiental ha sido objeto
de un escrutinio riguroso.
“Esto
crea una imagen terrible para Brasil”, dijo. “El sector agrícola
es el que más sufre debido a la manera en que se trata este debate”.
Manuela Andreoni reportó desde Río de Janeiro, Letícia Casado desde Brasilia y Ernesto Londoño desde Nueva York. Matina Stevis-Gridneff colaboró en este reportaje desde Bruselas y Palko Karasz desde Londres.
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"Estamos viviendo un proceso de extinción masiva"
Sobre los incendios forestales en el AmazonasFuente:
Manuela Andreoni, Letícia Casado, Ernesto Londoño, ‘Los pulmones de la Tierra están en llamas’: Brasil enfrenta críticas mundiales por los incendios en la Amazonía, 23 agosto 2019, The New York Times. Consultado 23 agosto 2019.
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