Los
científicos avisaron del cambio climático en 1979, pero su mensaje
tardó décadas en ser asumido.
por Neville Nicholls
Hace
unas semanas, el mundo celebraba el 50° aniversario de la llegada
del hombre a la Luna. Sin embargo, ha pasado casi inadvertido otro
aniversario científico, quizá de igual importancia para el futuro
de nuestra civilización.
Hace
cuarenta años, un grupo de científicos se reunió en la Institución
Oceanográfica de Woods Hole, en Massachussetts, para la primera
sesión del "Grupo Ad Hoc sobre Dióxido de Carbono y Clima".
La reunión dio lugar a la preparación del llamado Informe Charney,
la primera evaluación exhaustiva sobre el cambio climático mundial
debido al dióxido de carbono.
No
suena tan increíble como el aterrizaje en la Luna y, desde luego, no
había millones de personas conteniendo la respiración a la espera
de los resultados de la reunión.
Sin
embargo, el Informe Charney es un buen trabajo científico y el éxito
de sus predicciones a lo largo de estos 40 años ha establecido
firmemente la ciencia del calentamiento global.
¿Qué
es ese 'gas de efecto invernadero'?
Ya
en el siglo XIX, otros científicos habían demostrado que el dióxido
de carbono era lo que hoy llamamos un "gas de efecto invernadero". En la década de los 50 del siglo XX, los
científicos predijeron el aumento de la temperatura en varios grados
producido por la quema de combustibles fósiles.
En
1972, John Sawyer, responsable de investigación de la Oficina
Meteorológica del Reino Unido, escribió un artículo de cuatro
páginas publicado en la revista Nature que resumía lo que se sabía
hasta ese momento. El artículo predecía un calentamiento de casi
0,6 ℃ para finales del siglo XX.
Pero
estas predicciones eran todavía controvertidas en los años 70. En
todo caso, el mundo se había enfriado a mediados del siglo XX y
todavía se especulaba en los medios de comunicación con que quizá
nos estábamos dirigiendo hacia una nueva edad de hielo.
El
encuentro de Woods Hole reunió a 10 distinguidos científicos del
clima, que habían solicitado asesoramiento a otros investigadores de
todo el mundo. El grupo estaba liderado por Jule Charney, del
Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), uno de los
estudiosos de la atmósfera más respetados del siglo XX.
El
informe expone claramente lo que se sabía sobre los posibles efectos
del incremento de dióxido de carbono en el clima, así como las
incertidumbres. La conclusión del informe fue clara: Estimamos que
el calentamiento más probable al duplicar las emisiones de CO₂
estará cerca de 3 ℃ con un margen de error de 1,5 ℃.
Durante
los 40 años transcurridos desde aquella reunión, la media anual de
concentración de CO₂ en la atmósfera, medida en Mauna Loa ,Hawaii, se ha incrementado cerca de un 21 %. Durante el mismo
periodo, la temperatura media global de la superficie terrestre se ha
incrementado en torno a 0,66 ℃, casi exactamente lo que podría
haberse esperado si una duplicación de CO₂ produce cerca de 2,5 ℃
de calentamiento, justo un poco por debajo de su mejor estimación.
Un pronóstico notablemente premonitorio.
Repercusión
del artículo
A
pesar de la gran consideración con la que los autores del Informe
Charney fueron recibidos por sus compañeros científicos de aquella
época, el informe no produjo cambios inmediatos de comportamiento
por parte de los ciudadanos o los políticos.
Con
el tiempo, como el mundo ha continuado calentándose como se predijo,
el informe ha sido considerado como un hito relevante para calibrar
las consecuencias que nuestros actos tienen sobre el clima. La nueva
hornada de científicos del clima venera a Charney y sus coautores
por su perspicacia y claridad.
Base
científica
El
informe ejemplifica cómo trabaja la buena ciencia: tras un examen
desde los puntos de vista físico y químico, se establece una
hipótesis, y, basándose en los resultados de su investigación, se
hacen predicciones sólidas. Aquí, "predicciones sólidas"
significa algo que sería improbable que suceda si sus hipótesis y
sus investigaciones fueran incorrectas.
En
este caso, sus predicciones más específicas fueron que el
calentamiento entre 1,5 ℃ y 4,5 ℃ vendría acompañado de una
duplicación del CO₂ atmosférico. En ese momento, las temperaturas
globales, a falta de sus hipótesis y ciencia, podría haberse
esperado que se mantuvieran prácticamente iguales durante los 40
años posteriores, que se enfriaran un poco, posiblemente incluso que
enfriaran mucho, o que calentaran un montón (o un poco).
En
ausencia de una ciencia del calentamiento global, cualquiera de estos
resultados podría haber sido factible, así que sus predicciones
específicas reflejaron una prueba muy rigurosa de su ciencia.
Los
autores del Informe Charney no resumieron sin sentido crítico la
ciencia. También actuaron de forma escéptica, intentando encontrar
factores que pudiesen invalidar sus conclusiones. Así, determinaron:
Hemos intentado, pero no ha sido posible encontrar efectos físicos
pasados por alto o subestimados que puedan reducir el calentamiento
global estimado actual como consecuencia de la duplicación del CO₂
atmosférico a proporciones insignificantes o revertirlas
completamente.
El
informe y la exitosa verificación de su predicción aportan una base
científica firme para el debate sobre qué debemos hacer ante el
calentamiento global.
Durante
los 40 años siguientes, como el mundo se calentó tal y como Charney
y sus compañeros esperaban, la ciencia del cambio climático mejoró,
con modelos que incluyeron varios de los factores que faltaban en las
conclusiones de 1979.
Sin
embargo, esta ciencia posterior solo ha confirmado las conclusiones
del Informe Charney, aunque ahora son posibles muchas más
predicciones detalladas sobre el cambio climático.
Neville
Nicholls es profesor emérito de la Escuela de la Tierra, la
Atmósfera y el Ambiente de la Monash University
Publicado
originalmente por The Conversation
Fuente:
Neville Nicholls, Hace 40 años, los científicos predijeron el cambio climático y tenían razón, 7 agosto 2019, Infobae.
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