Temor a un desastre. Tiene dos reactores. Dicen que es “insumergible”, capaz de soportar colisiones con témpanos y a prueba de tsunamis.
por
Andrew Roth, en Murmansk
“Siento
como si fuera uno de los primeros cosmonautas que va al espacio”,
dice Vladimir Irminku, uno de los ingenieros jefes del Akademik
Lomonosov, de pie en la cubierta de la plataforma gigante, una mañana
fresca de verano en la Bahía de Kola del Mar de Barents.
Rusia
está planificando despachar el buque, su primera estación de
energía nuclear flotante, en un viaje de 6.400 kilómetros por la
Ruta del Mar del Norte, en un hito para el país en el uso creciente
de la energía nuclear en sus plantas para la expansión por el
Ártico.
Para
2035, el Ártico ruso “tendrá por lejos, las aguas más
nuclearizadas del planeta”.
Si
todo va como está planificado, el Akademik Lomonosov será remolcado
hasta el puerto ártico de Pevek este mes, donde utilizará sus
reactores nucleares gemelos para proveer calor y energía a los
hogares y dará soporte a las operaciones de minería y perforación
en la región de Chukotka rica en minerales en Rusia.
Rusia
afirma que el proyecto proveerá energía limpia a la región remota
y permitirá a las autoridades retirar una planta nuclear antigua y
una central eléctrica de carbón.
Pero
el Akademik Lomonosov hizo surgir preocupaciones sobre la seguridad
entre los grupos ambientalistas, incluidas las acusaciones de
Greenpeace de que podría ser un "Chernobyl flotante", y
las dudas acerca de si las centrales nucleares que tuvieron la
intención de suministrar energía a regiones remotas son viables
económicamente.
“Esto
y 'Chernobyl sobre hielo' son el día y la noche; estamos hablando de
sistemas totalmente diferentes."
La
ruta del Mar del Norte, canales de navegación abiertos por las
placas de hielo derretidas en el Ártico, presenta nuevas rutas
comerciales entre China y Europa que Rusia espera hacer navegables
todo el año.
La
perspectiva de las rutas comerciales lucrativas, como así también
la importancia militar de la región, condujo a la proliferación de
rompehielos, submarinos impulsados con energía nuclear y otras
tecnologías nucleares de avanzada en la región del Ártico.
Thomas
Nilsen, editor del diario Barents Observer, que reside en la ciudad
noruega de Kirkenes, estimó que para 2035, el Ártico ruso “tendrá
por lejos, las aguas más nuclearizadas del planeta”.
Las
centrales de energía nuclear pueden tener un rol. Mientras desde
hace generaciones, siempre existieron planes y Estados Unidos
desplegó un pequeño reactor nuclear a bordo de una embarcación en
la zona del Canal de Panamá en los años ´60 y ´70, nunca habían
sido producidas masivamente.
Plantas
nucleares flotantes para todos
Rosatom,
la empresa de energía nuclear estatal de Rusia, espera cambiar eso y
vender plantas nucleares flotantes a medida a países de todo el
mundo. Rosatom afirmó que ha firmado un convenio de desarrollo de
proyectos para explorar la posibilidad de construir una central
nuclear flotante para Sudán, entre otros.
El
plan de negocios de Rosatom, el Akademik Lomonosov es parte del
argumento de ventas. La plataforma, recientemente pintada de blanco
brilloso y con el logo del ente de energía estampado, es un costoso
proyecto piloto con algunos detalles extravagantes, que incluyen un
gimnasio, piscina y bar (sin venta de alcohol) para los miembros de
la tripulación.
La
seguridad es estricta y los periodistas visitantes fueron seguidos a
sol y sombra por guardias de seguridad privados mientras estuvieron a
bordo.
El
Akademik Lomonosov, cuya construcción tardó más de una década,
transporta dos reactores nucleares KLT-40S, similares a los
utilizados en los rompehielos nucleares de Rusia.
Los
reactores utilizan uranio poco enriquecido y son capaces de producir
electricidad combinada de 70MW, que Rosatom estima suficiente para
100.000 hogares.
Rosatom
también afirma que la plataforma es “virtualmente insumergible”
y capaz de soportar colisiones con témpanos y el impacto de olas de
siete metros de altura.
"Titanic
nuclear"
Greenpeace
describió el proyecto como un “Titanic nuclear” y “Chernobyl
sobre hielo”, en una época en la cual la atención popular hacia
la amenaza de accidentes nucleares fue reflotada por la popular
miniserie Chernobyl de HBO, que recrea el desastre nuclear de 1986.
Los países vecinos incluyendo Noruega hicieron un lobby exitoso para
que Rosatom no cargara combustible nuclear en la plataforma hasta
después de que fuera trasladado fuera de sus fronteras.
Funcionarios
de Rosatom se enfurecieron visiblemente por las comparaciones con
accidentes nucleares previos, argumentando que Chernobyl utilizaba
reactores muchos más grandes de tipo diferente y la tecnología
nuclear a bordo del Akademik Lomonosov ya fue empleada en la flota de
rompehielos nucleares de Rusia.
Irminku
comentó: “Esto y 'Chernobyl sobre hielo' son el día y la noche;
estamos hablando de sistemas totalmente diferentes. Siempre hay
escepticismo hacia las nuevas tecnologías. Pero van por la borda. Si
dicen que hay posibilidad de un accidente con el reactor, entonces,
tendrán que presentar pruebas”.
En
caso de accidente y salida de funcionamiento de un reactor, dice
Irminku, el agua helada por debajo del reactor se podría usar como
refrigerante hasta que llegue la ayuda.
The
Bellona Foundation, que cubre temas ambientales en la región de
Ártico, teorizó en un informe de 2011 que las olas de un tsunami
podrían alejar la planta de energía nuclear de su lugar de origen
hacia la costa, causando un “accidente nuclear con consecuencias
graves”.
Rosatom
dice que los peligros de las olas se mitigan por una dársena
construida alrededor de la central de energía, y que si fuera
arrojada hacia la costa, los sistemas de emergencia de los reactores
pueden refrigerarlas sin suministro de electricidad durante 24 horas.
Dmitry
Alekseyenko, subjefe de construcción y operación de la plataforma,
afirmó: “Estudiamos la experiencia de Fukushima con mucho detalle.
¿Qué sucede si la plataforma es golpeada por un tsunami? ¿O
arrastrada a la costa? De acuerdo con nuestras pruebas, un tsunami
causado por un terremoto de nueve puntos no la separará de su base”.
Anna
Kireeva de Bellona dijo que la organización has seguido con sumo
detalle el desarrollo del Akademik Lomonosov; los expertos rusos
pueden operar con seguridad una planta de energía nuclear flotante,
aunque los planes para dar licencias de la tecnología hizo surgir
preocupaciones mayores.
“Nuestra
preocupación real es la razón por la cual están construyendo esta
planta flotante, quieren vender esta tecnología a países como
Sudán,” dijo en una entrevista telefónica.
“Estoy
realmente preocupada porque esas tecnologías nucleares se puedan
utilizar en países donde los niveles de seguridad de la radiación,
las regulaciones y los estándares de seguridad no son elevados como
en Rusia. ¿Qué harán para emplear el combustible nuclear? ¿Cómo
reaccionarán en caso de emergencias?”.
El
otro interrogante es si las plantas de energía flotantes son viales
económicamente. Mientras los ejecutivos de Rosatom han promocionado
el interés en las plataformas, los potenciales compradores todavía
tienen que poner el dinero sobre la mesa. Algunos críticos han
considerado al proyecto como frívolo.
Nilsen
lo describió como “proyecto PR”, al mencionar la falta de
pedidos adicionales y la disponibilidad de gas natural licuado en la
región del Ártico como una alternativa a la energía nuclear.
“Si
esta hubiera sido una buena manera de proveer electricidad a la costa
norte de Siberia, entonces deberíamos haber visto más en
construcción… Creo que va a ser un proyecto de una sola vez”,
afirmó.
Los
funcionarios de Rosatom se negaron a decir cuánto cuesta el Akademik
Lomonosov, aunque sí dijeron que esperaban que los precios bajaran a
medida que se construyeran nuevas plantas. En 2016, un funcionario
relacionado con el proyecto dijo que la estación de energía nuclear
flotante costaría aproximadamente 21,5 mil millones de rublos
(US$333 millones), y la infraestructura necesaria constaría un
adicional de 7 mil millones de rublos.
Después
de años de exceso en los costos y demoras, Alekseyenko denominó a
la terminación de la planta como un “hito” para Rosatom y la
industria naviera de Rusia. Y agregó: “Desde hace tiempo que no se
termina un pedido como este”.
guardian.co.uk
© Guardian News and Media 2019
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Fuente:
Andrew Roth, “Chernobyl en el mar”: Rusia lleva al Ártico una plataforma nuclear flotante, 6 agosto 2019, Clarín. Consultado 8 agosto 2019.
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