Esta enorme
monstruosidad es la primera central nuclear flotante construida en el
mundo. Está destinada al Ártico.
No, no estamos
bromeando. No, esto no es ciencia ficción. Esto está
sucediendo realmente.
Rosatom, el
gigante nuclear ruso controlado por el estado, está botando el
"Akademik Lomonosov", el primero de su tipo en el mundo.
Actualmente está siendo remolcado a través del mar Báltico, donde
recorrerá toda Escandinavia hasta Murmansk, para ser cargado con
combustible nuclear y probado, antes de partir en un viaje de 5.000
kilómetros por el Ártico. Planean construir y vender más centrales
como estas a otros países, como China, Indonesia y Sudán.
Ya conocemos los riesgos de la perforación de petróleo en una región tan frágil y
salvaje, pero un reactor nuclear flotante podría ser aún peor.
Estos son los por qué:
1. Es una
catástrofe esperando a suceder
Las centrales
nucleares flotando alrededor del océano Ártico representan una
amenaza sorprendentemente obvia para este entorno frágil y salvaje.
Rosatom ha dicho
que la planta "está diseñada con el [sic] gran margen de
seguridad que excede todas las amenazas posibles y hace que los
reactores nucleares sean invencibles para tsunamis y otros desastres
naturales". ¿Recuerdas la última vez que un barco fue llamado
"insumergible"?
Nada es
invencible. El problema de este titanic nuclear es que fue construido
sin expertos independientes que lo verifiquen. En Chernóbil, hubo
una similar falta de supervisión.
El casco de fondo
plano de esta central la hace particularmente vulnerable a tsunamis y
ciclones. Una ola grande puede empujar la central nuclear hacia la
costa. Tampoco puede moverse sola. Si se suelta de sus amarras, no
puede alejarse de una amenaza (un iceberg o un buque extraño, por
ejemplo) aumentando el riesgo de un incidente mortal. Una colisión
podría dañar sus funciones vitales, y provocar una pérdida de
potencia y dañar sus sistemas de enfriamiento, y esto podría provocar la
liberación de sustancias radiactivas al medio ambiente.
2. Imagina lo
difícil que será lidiar con las consecuencias
Hay tantas cosas
que podrían salir mal aquí: podría inundarse, hundirse o encallar.
Todos estos escenarios podrían llevar a la fuga de sustancias
radiactivas al medio ambiente.
En el caso de un
colapso, el núcleo será enfriado por el agua de mar circundante. Si
bien parece una buena idea, al fundirse las barras de combustible con
agua de mar, primero se producirá una explosión de agua de mar y
posibles explosiones de hidrógeno que propagarán una gran cantidad
de isótopos radiactivos a la atmósfera.
Un reactor dañado
podría contaminar gran parte de la fauna marina en las cercanías.
Eso significa que las poblaciones de peces podrían estar
contaminadas en los próximos años. Un Ártico radiactivo no es un
escenario bonito. Las áreas alrededor de Fukushima y Chernóbil ya
son difíciles de limpiar; imagina la noche polar, las temperaturas
bajo cero y las tormentas árticas.
3. El terrible
historial de naves nucleares, rompehielos y submarinos
Hay una lista muy
larga de incidentes y accidentes con los submarinos nucleares y
rompehielos existentes.
El primer
rompehielos nuclear, Lenin, sufrió un accidente de refrigeración en
1965, lo que provocó una fusión parcial del núcleo. El núcleo
radiactivo dañado fue vertido en la bahía de Tsivolki cerca del
archipiélago Novaya Zemlya en 1967. En 1970, el reactor de un
submarino nuclear (K-320) se encendió por su cuenta en el muelle de
Krasnoye Sormovo en Rusia, liberando grandes cantidades de radiación
y causando la exposición de cientos de personas. Un accidente
durante la carga de combustible del reactor de un submarino nuclear
en Chazma en 1985 irradió 290 trabajadores, causando 10 bajas y
49 heridos. La lista continua…
Los planes de
Rosatom de construir una flota de centrales nucleares flotantes
significan un aumento sin precedentes del riesgo de incidentes y
accidentes nucleares en el Ártico.
4. Un vertedero
nuclear en el agua
Ya tenemos más
desechos nucleares de los que podemos gestionar. No necesitamos más.
Los reactores en
esta central son más pequeños que las centrales nucleares
convencionales situadas en tierra y necesitarán repostar cada dos o
tres años. El residuo nuclear se almacenará a bordo hasta que
regrese después de los 12 años de operación designados. Eso
significa que a su vez los desechos radiactivos se dejarán flotando
en el Ártico durante años.
Esto no solo es
increíblemente riesgoso, todavía no hay ningún lugar seguro para
que el combustible gastado sea transportado una vez que esté en
tierra. Ninguna fuente de energía debe generar residuos que serán
peligrosos durante milenios.
5. Está usando
energía nuclear para ayudar a extraer más combustibles fósiles
Como si esta
pesadilla flotante no fuera lo suficientemente absurda, la razón por
la que está siendo remolcada al Ártico es para ayudar a Rusia a
cavar en busca de más combustibles fósiles. La razón principal por
la que fue creada es proporcionar electricidad a las industrias de extracción de petróleo, gas, carbón y minerales del norte.
Y no necesitamos
repetir las razones por las que más combustibles fósiles son malas noticias para el clima. Solo tenemos que proteger el Ártico de este
potencial desastre.
Jan Haverkamp es consultor de energía nuclear y políticas energéticas para Greenpeace del centro y este de Europa.
Fuente:
Jan Haverkamp, 5 razones por las cuales una central nuclear flotante en el Ártico es una idea terrible, 02/05/18, Greenpeace Internacional.
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