Cinco
años atrás, el intendente Ramón Mestre reconoció oficialmente la
crisis ambiental derivada del deficiente tratamiento de los líquidos
cloacales en la ciudad.
El
5 de agosto de 2014, el jefe comunal firmó el decreto 2.442 (de seis
páginas) y determinó la “emergencia ambiental y sanitaria en el
Establecimiento Depurador de Aguas Residuales (Edar) de Bajo Grande y
en la zona ubicada aguas abajo, dentro del ejido municipal de la
ciudad de Córdoba”.
Luego
de un lustro de emergencia, los índices de contaminación de la
planta de Bajo Grande se mantienen por encima de los parámetros que
permite la legislación. Recientemente, La Voz reveló un informe de
Policía Ambiental de la Provincia donde se daba cuenta de que el
grado de contaminación con el que salen los efluentes cloacales de
la estación depuradora es prácticamente el mismo que cuando
ingresan.
Los
registros fueron refrendados por las muestras secuestradas por la
Justicia federal, a las que también tuvo acceso este medio. La
Municipalidad de Córdoba insistió en señalar que en los últimos
cinco años se llevaron adelante importantes inversiones.
Sin
embargo, los desembolsos previstos a través del convenio urbanístico
firmado con la Corporación América para realizar los trabajos en la
planta se cumplieron sólo en parte.
Hasta
el momento, el holding empresario que comanda Eduardo Eurnekian
solamente pagó 30 millones de pesos para el arreglo de la planta. La
firma indicó que tiene voluntad de cumplir con las cuotas pendientes
y también con la deuda impositiva. La intención municipal es “no
dar de baja” el convenio.
De
acuerdo a lo que dijeron funcionarios municipales el mes pasado, las
obras previstas para el fin de la gestión de Mestre estarán
completas en un 50 por ciento.
La
emergencia ambiental dictada por la Municipalidad fue refrendada en
otras cinco oportunidades. De hecho, el último decreto que firmó el
intendente con fecha del 1° de noviembre de 2018 estableció un
plazo de 180 días para la continuidad de la situación excepcional.
Es
precisamente ese decreto el más extenso de la media docena que firmó
la actual gestión municipal. A lo largo de siete páginas, el
escrito puede considerarse como el más preciso, y, además de
referirse a las razones de la sanción, los problemas en la planta y
las unidades por arreglar, da mayores precisiones sobre el plan de
mitigación, que data del primer decreto en 2014.
Mitigación
Desde
la Municipalidad de Córdoba señalaron que el plan de mitigación,
en el que participan cuatro áreas, se está cumpliendo.
La
conexión de agua potable para garantizar el recurso a los vecinos de
Chacra de la Merced se concluyó en julio pasado, de acuerdo con un
informe oficial del municipio capitalino. Ese era uno de los
principales puntos del plan de mitigación.
En
materia de salud, el municipio cuenta con dos centros de asistencia
primaria en la zona. Uno en Bajo Grande y, otro, donde funciona la
organización Las Omas, en donde se llevan adelante otras tareas
comunitarias.
En
2019 se aplicaron 822 dosis de vacunas a los vecinos. En ambos
centros sanitarios, durante el período 2017-2018, no se registraron
casos de hepatitis, meningoencefalitis ni de Síndrome Urémico
Hemolítico.
La
Justicia, el otro lugar donde se decide
La
planta de Bajo Grande tiene también un aniversario judicial en
ciernes. El 14 de octubre próximo se cumplirán 15 años de la
primera sentencia de la Justicia provincial, que ordenó frenar la
contaminación. Corría el año 2004.
El
fallo, firmado por el juez Fernando Rubiolo, dio lugar a la acción
de amparo presentada por el Centro de Derechos Humanos y Medio
Ambiente (Cedha), por ese entonces presidido por Romina Picolloti, a
la postre secretaria de Ambiente de la Nación.
Allí
se le ordenó a la Municipalidad de Córdoba “adoptar todas las
medidas necesarias relativas al funcionamiento de la Estación
Depuradora de Aguas Residuales (Edar) de Bajo Grande a efectos de
minimizar el impacto ambiental producido por la misma, hasta tanto se
arribe a una solución definitiva respecto a su funcionamiento; y a
la Provincia de Córdoba a asegurar a los amparistas una provisión
mínima de 200 litros diarios de agua potable”.
Como
consecuencia de esa sentencia, durante la administración de Luis
Juez, se gestionaron fondos para la realización de los nuevos
desarenadores que se realizaron con fondos del Ente Nacional de Obras
Hídricas de Saneamiento (Enohsa), en 2007.
Durante
la gestión de Daniel Giacomino se decretó también una emergencia
ambiental producto de la extensión en los plazos de ejecución de
aquellos trabajos. Fue el 30 de marzo de 2010 y la situación de
excepción se estableció por 60 días. En ese escrito se especificó
de manera detallada el tiempo de duración de cada una de las etapas
de la obra.
En
2010, Cedha inició otra causa por reparación, que todavía está
abierta en la Justicia provincial. Es posible que en unas semanas el
fallo esté listo, señalaron fuentes judiciales. El juez Julio
Fontaine espera que el municipio y Policía Ambiental le actualicen
los informes ambientales para emitir su sentencia.
A
su vez, en los tribunales cordobeses también hay una causa contra 55
empleados de la planta, luego de que realizaran una huelga y por la
que se habrían vertido líquidos cloacales crudos al río. La
Municipalidad es la querellante.
Causa
federal
La
Justicia federal tiene otra causa en sus manos por la contaminación
de Bajo Grande. En ella están imputados ocho funcionarios
municipales.
Se
abrió en septiembre de 2018, luego de una denuncia del concejal
Santiago Gómez a la que se sumaron otro de los dirigentes del
Partido Obrero, Eduardo Salas, y Cintia Frencia.
A
esa denuncia se incorporaron luego el Foro Ambiental Córdoba y los
vecinos de Chacra de la Merced. Se presume que los efluentes de la
Edar llegan a contaminar la laguna Mar Chiquita, considerada una
reserva por la Unesco.
Luego
de los primeros estudios que realizó el Centro de Química Aplicada
(Cequimap) de la Universidad Nacional de Córdoba, la fiscal federal
Graciela López de Filoñuk está aguardando los fondos para la
realización de los análisis sobre toda la cuenca del río.
De
comprobarse la contaminación en la laguna, la causa que lleva
adelante el juez Miguel Hugo Vaca Narvaja quedaría firme en la
órbita federal por tratarse de una cuenca interprovincial.
Pasivo
ambiental: reparación necesaria
El
producto de la contaminación de al menos los últimos cinco años
desde la sanción de la emergencia deja un pasivo ambiental que
tardará en recuperarse. “La reparación llevará tiempo. El primer
paso es que no se viertan más efluentes al río sin el tratamiento
correspondiente, para que la naturaleza pueda realizar un proceso de
autodepuración. Pero serán necesarias también medidas de
restauración”, señala el presidente del Foro Ambiental Córdoba
Federico Kopta. Para el biólogo, la situación es más compleja en
Laguna del Plata, donde desemboca el río antes de llegar a la laguna
Mar Chiquita.
Fuente:
Bajo Grande: emergencia no solucionó la contaminación, 15 agosto 2019, La Voz del Interior. Consultado 16 agosto 2019.
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