En
la década del setenta todavía faltaban un poco más de 20 años
para que comenzara a hablarse de la economía verde, del cambio
climático o del peligro de los desmontes. ¿Cómo fue entonces que
el economista Antonio Elio Brailovsky se interesó en el tema
ambiental y se convirtió en un referente histórico del ecologismo
argentino?
Una
mañana en el bar Homero Manzi Brailovsky dice: “Fue durante la
dictadura que las cuestiones sociales estaban prohibidas, pero los
temas ambientales eran demasiado nuevos como para que se les
ocurriera prohibirlos, Entonces había un borde en el cual uno podía
actuar, con alguna precaución, pero podía actuar, je”.
Desde
ese entonces, lleva una lucha sin pausa por el medio ambiente:
escribió libros sobre el tema (Memoria verde, Historia ecológica de
la Ciudad de Buenos Aires, entre otros), investigó y redactó los
textos básicos para el capítulo ambiental de la Constitución de la
Ciudad de Buenos Aires. Ejerció la docencia y hoy conduce el
Programa de Política Ambiental de la Defensoría del Pueblo porteña.
Atento
a lo que va pasando, Brailovsky sube a su muro de Facebook noticias
que solemos no enterarnos, de medios que solemos no leer. Recorrer su
espacio en la red social es, sin embargo, una buena posibilidad para
unir ejes que suelen presentarnos sin puntos de contacto entre sí,
como el ambiente, las sociedades y la economía.
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¿La dicotomía de economía versus ecologismo es algo que sigue
existiendo?
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En casi todo el mundo no. Se usa como pretexto en la Argentina para
permitir cosas que no deberían permitirse, como el uso masivo del
glifosato, el fracking o la gran minería con cianuro, pero en el
resto del mundo simplemente se compatibiliza el ambiente con los
aspectos económicos.
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¿Entonces puede hablarse de un desarrollo que no afecte el ambiente?
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O que lo afecte lo menos posible, bastante menos de lo que lo está
haciendo ahora.
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Dentro de un sistema capitalista.
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Lo que pasa es que hace falta un capitalismo con intervención
estatal fuerte, no un capitalismo de puro mercado. Si uno espera que
el puro mercado arregle los problemas el resultado es que los
empeora. Simplemente porque es más rentable envenenar a la gente que
protegerla.
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Desde mediados de los setenta en adelante el neoliberalismo ha sido
la forma del capitalismo predominante.
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Con altibajos en distintos países. Digamos que ha habido cada vez
más controles estatales en algunos países europeos y hay políticas
ambientales más serias en la mayor parte de los países
latinoamericanos que en la Argentina.
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¿Si?
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Con mi mujer estuvimos en enero de 2015 en Perú. En ese momento
había un anuncio de que a mediados de año iba a haber un fenómeno
Niño importante. Todos los días vimos en los medios de comunicación
la discusión de cómo se preparaba el país para el fenómeno. Qué
presupuesto se le asignaba, si era correcto, si era incorrecto, qué
obras se iban a hacer, qué estrategias de prevención, qué zonas ya
se sabía que había que evacuar, qué se iba a inundar, dónde podía
haber aludes, qué municipios recibían un refuerzo presupuestario
para hacer esas obras, cómo se entrenaba a la población, si les
daban más plata a los que eran oficialistas que a los opositores, si
se habían hecho los estudios correctos. El país debatió meses el
fenómeno Niño. Cuando el Niño llegó a la Argentina, una línea al
final de una nota periodística decía “los científicos ya habían
avisado que se venía”. Esta es la diferencia, en Perú una
sociedad preparada. Aquí los informes científicos no se usaron. Y
no estoy comparando con Noruega, estoy comparando con Perú.
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Tal vez esperaba que me dijera que en Latinoamérica se tiende a
caracterizar a esta región como víctima de capitales extranjeros
que vienen a depredar el ambiente.
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Por supuesto, pero hay más políticas públicas que en Argentina.
México prohíbe los transgénicos, en México no hay maíz
transgénico. Cero. Y eso con el anterior gobierno, de Peña Nieto,
que era neoliberal. En Colombia hay centenares de poblaciones
movilizadas para que no se use el glifosato para erradicar los
cultivos de la droga. El gobierno de Iván Duque quiere fumigar con
glifosato, hay centenares de poblaciones rurales que dicen no. Y
estamos hablando no de rentabilidad empresaria sino de un problema
que para Colombia es de vida o muerte: cómo se combate el
narcotráfico. Y aun así hay un rechazo social al uso de glifosato.
Entonces hay mucha diferencia. Por supuesto, hay infinitos problemas,
por algo en Colombia, en México y en Brasil asesinan a los líderes
sociales.
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En Argentina tenemos una ley de bosques, de glaciares y se crean
reservas naturales.
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Hay montones de leyes que no se cumplen. Es decir, la ley de bosques
ha servido para encubrir políticas de deforestación, mientras los
ecologistas se quedaban tranquilos con que había ley de bosques.
Cuando se aprobó la ley de bosques se aprobó una ley a la cual
nadie le dio importancia, que fue la ley de quema de pastizales.
Ahora, una vez que algo se quemó -y no algo que estuviera al lado de
la ruta, sino en la montaña- ¿seguro que era pastizal? ¿O era
bosque nativo?
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En teoría tendría que estar delimitado por un mapa.
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Por supuesto, pero los mapas se arreglan, en las provincias del norte
lo habitual es que las tierras de las comunidades indígenas se las
den a las mineras. ¿Por qué? Porque las comunidades indígenas no
tienen los papeles en regla, porque las tierras vienen desde hace mil
años, entonces alguien anota la tierra a nombre de las mineras y un
dia echan a los indios. Esto en Salta, Catamarca, Tucuman, Jujuy. En
el caso del Riachuelo no se ha hecho nada, nada es cero, la calidad
del agua es la misma que el dia que la Corte Suprema sentenció que
hay que limpiarlo, hace 12 años.
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Algo que hicieron fue sacar los barcos que estaban hundidos.
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Sacaron barcos y parquizaron la costa. La calidad del agua es
exactamente la misma. Peor, hay un proyecto de Acumar y de Aysa de
enviar las cloacas en crudo al Río de la Plata. Con el cambio
climático, el nivel del mar sube y las cloacas proyectadas para ir
al mar van a volver. Simplemente porque el nivel del mar sube. Están
empeorando la cuestión cambiando la contaminación de lugar para que
no se vea. La gran obra del gobierno actual. Pero puede afectar
severamente las tomas de agua, que ya están en estado crítico.
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¿Por qué en estado crítico?
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Porque tenemos una sola toma de agua en aeroparque para seis millones
de personas, y tenemos las descargas industriales y las cloacas que
desembocan, que van al río Reconquista, de ahí desembocan al río
Luján y vienen justamente al Río de la Plata a las tomas de agua.
Aclaremos, en caso de contaminación severa no hay plan B, o sea si
falla algo en esa toma de agua no hay otra, Y lo único que puede
depurar son bacterias. O sea, no depura residuos industriales que es
lo que están tirando. El resultado es que tenemos agua con residuos
industriales, plaguicidas, etcétera. Se supone que en niveles bajos,
niveles admisibles, con las comillas que quieras. Pero como no hay
estudios públicos confiables, nadie sabe si todos los días tenemos
niveles bajos o si algún día nos pasamos de esos niveles.
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Es un promedio.
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Es un promedio, y además las cifras no se publican, y el régimen de
corrientes y mareas del Río de la Plata hace que a veces la
sudestada te detenga los contaminantes: cuando tenés viento norte se
van, porque empujan el agua del río. Cuando tenés viento contrario
los contaminantes se quedan. Todos los días tiene que salir agua de
la canilla y mandan el agua de la calidad que sea.
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Recién mencionaba que los ecologistas se quedan tranquilos cuando se
sanciona una ley. Sobre eso, ¿hay un movimiento ecologista inocente
o ingenuo?
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Cuando se aprueba una ley la gente cree que se aprueba para
cumplirla, hay leyes que se aprueban para sacarse la foto. En el caso
de la ley de bosques hubo muchas críticas a la forma en que se
delimitaron las áreas y además está esa carta en la manga de la
ley de pastizales. En el caso de la ley de glaciares, en los sitios
que hay explotación minera la ley se suspendió porque las empresas
plantearon que era inconstitucional. Los jueces provinciales,
especialmente en San Juan, donde hay más explotación minera de
glaciares, dijeron “suspendemos la aplicación de la ley, que la
Corte Suprema lo resuelva”. La Corte Suprema acaba de sentenciar
que es constitucional. Pero mientras tanto se siguió haciendo
minería sobre glaciares. El Presidente de la Nación prometió
impulsar el cambio de la ley para que se pudiera seguir operando
sobre glaciares y si bien la Corte Suprema declara que es
constitucional, de allí a que desalojen las mineras que están en
glaciares hay una distancia importante, porque es competencia de las
provincias. Al fin y al cabo, ¿quién paga las campañas electorales
en todas partes? Las grandes empresas. Las de A y las de B, de los
dos lados de la grieta.
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En la presentación de su candidatura en el Senado, Pichetto habló
de la minería, la energía atómica y del petróleo como pilares de
nuestra economía.
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Como pilares de la campaña electoral. Alguien se la tiene que
financiar. Ahora, una central atómica produce energía durante una
generación, 30 años se puede estirar la vida útil, 50 años.
Después se la cierra y hay que hacer una gestión de los residuos
radiactivos. El proyecto de gestión de residuos radiactivos de
Finlandia, que es el único país que se planteó hasta ahora una
gestión de largo plazo, tiene un horizonte de un millón de años.
Ellos consideran que es el margen de seguridad y se plantean
instalaciones que resistan tiempos geológicos, un basurero nuclear
que se pueda mantener aislado de la biosfera. ¿Cuál es la lógica
económica, ni siquiera ambiental? ¿Cuál es la lógica económica
de que algo te de beneficios durante una generación y te genere
problemas que hay que atender durante un millón de años? No cierra,
carece de sentido económico para el país. Para el contratismo es
una gran negocio, por supuesto, porque como siempre hay márgenes de
secreto, con el asunto de la tecnología, que la va a copiar la
competencia,.. Nunca se analizan los costos, entonces es un gran
negocio, con un riesgo formidable y una sociedad que carga con un
problema por un millón de años. ¿Y el fracking? Acaba de quebrar
una de las grandes empresas de fracking en Estados Unidos porque no
la subsidiaban. El fracking las empresas lo hacen a pérdida. En
Argentina subsidian a las empresas. Primero el gobierno anterior y
ahora el actual Entonces se da esa paradoja de nos quitan el subsidio
a la energía pero se lo dan a las empresas para que extraigan
petróleo y gas. ¿Cual es la lógica de subsidiar una actividad que
es escandalosamente cara, que no puede trabajar sin subsidios porque
va a pérdida y que está consumiendo agua en zonas desérticas?
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Entiendo que es un negocio para un sector muy reducido, solo en ese
sentido se encuentra la lógica.
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Por supuesto. Con este problema uno dice que afectan el subsuelo.
Efectivamente afectan el subsuelo, porque bombean millones de metros
cúbicos de agua a presión para romper las rocas, etcétera, pero
cualquier cosa que afecte el agua, que la contamine o que la sobre
utilice en la montaña, nos deja sin agua abajo. En ese viaje que
comentaba que fui a Perú volvimos por Chile. Llega el cruce de la
cordillera y yo con mi cámara me asomo por la ventanilla del avión
a fotografiar las nieves eternas y lo que veo es marrón, marrón,
marrón y los oasis de riego. No vi nieves eternas, no hay más.
Estoy hablando de la cordillera argentina. El agua de los ríos, de
Mendoza, San Juan, etcétera, viene de ahí, de esas nieves. Está
nevando poquísimo en la cordillera, entonces ese agua hay que usarla
para los viñedos y para las ciudades, no se puede gastar agua en la
minería o el petróleo quitando a la gente. Lo que da trabajo en
Cuyo es la agricultura, no la minería.
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Ante toda esta enumeración de realidades desfavorables, ¿su mirada
sobre el futuro es pesimista u optimista a pesar de todo?
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Yo creo que es un pesimismo activo, es decir, la situación puede
empeorar tanto pero tanto que estamos dependiendo de acciones
ciudadanas fuertes para que no empeore demasiado. Porque los riesgos
son realmente altos. En Buenos Aires el riesgo de que el agua de la
canilla ya no sea potable es muy alto. Los riesgos de enfermedades
por plaguicidas son muy altos. Tenemos glifosato en el cuerpo por lo
que estamos comiendo, Obviamente que son cancerígenos, entonces no
es algo que uno diga que afecta al campo y ya está. Estamos comiendo
y bebiendo plaguicidas cancerígenos. Esto requiere volver a discutir
el modelo de producción de alimentos. Son problemas de gran escala.
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¿La llamada soberanía alimentaria le parece un modelo que puede
llegar a dar sus frutos?
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Todo lo que sea bajar la toxicidad de lo que estamos comiendo va
bien. Después vamos probando. Por lo menos, bajar la toxicidad,
claramente, esto es imperativo. No puede ser que cada vez que vamos
al baño estemos expulsando orina con glifosato y varios plaguicidas
más. No es algo que debamos tener en el cuerpo. A partir de eso,
¿qué hacemos para no tener plaguicidas en el cuerpo? Si el tema es
cuál es la cotización de la soja y todas estas cosas, ¿cómo
entran los seres humanos en esta variable, además de las
cotizaciones?
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El problema es que no entran.
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No entran, pero para eso se inventaron los movimientos sociales.
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¿Ve en nuestro país una sociedad cercana y consciente de estos
temas o más bien alejada y más preocupada por otras cosas?
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Yo veo una enorme distancia entre la clase política y la gente
común, que está mucho más preocupada que la clase política. La
gente en general está desinformada. La clase política está
informada y no quiere que la gente se informe. Cuando el Presidente
de la Nación dice que dejar de fumigar las escuelas es una pena
porque se pierde mucho dinero sabe perfectamente qué es lo que
significa fumigar escuelas. La gente común todavía confía
demasiado en los medios masivos de comunicación, que estos temas los
ocultan. Otra vez vuelvo al tema América Latina. Un trabajo que
hicimos en la UBA con los alumnos fue que tomaran un medio de
comunicación argentino y uno de otro país, generalmente España,
Portugal o de América Latina y compararan medios de comunicación de
ideologías parecidas -es decir un medio conservador con uno
conservador, uno progresista con uno progresista, etcétera- y que
contaran las noticias ambientales en un mes. La diferencia podía ser
de diez a uno. Con España, con Colombia, con Brasil, con México,
con Perú, con Chile. Entonces hay una prioridad de los medios de
información de no hablar del tema, que se traduce en que la sociedad
no se entera de los debates, de los problemas, sabe vagamente que
existen, pero no se entera de la magnitud de los problemas.
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¿Está bien que esperemos que estos temas sean incluidos por los
partidos tradicionales en sus agendas o estamos esperando en vano?
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Yo creo que no hay que esperar, hay que reclamar. Alguna vez en
algunas ONG lo que hicimos fue organizar debates con candidatos, y en
algunos colegios escuelas de distintos puntos del interior se hacen.
Es decir, “¿vos querés mi voto?”, “¿Qué van a hacer con el
medio ambiente?“, ¿Cuál es tu propuesta, la tuya y la tuya?”.
Algunos amigos en el oeste bonaerense están haciendo encuentros con
candidatos a concejales, y plantean sobre las fumigaciones, los
plaguicidas. ¿Cómo hacés los controles de agua? ¿El hospital
municipal tiene forma de controlar pacientes con arsenicismo, con
problemas de intoxicación por plaguicidas? En el oeste bonaerense el
agua de red no es potable, tiene arsénico. No tenés ningún
hospital municipal que haga análisis de arsenicismo. Todo el mundo
tiene arsénico en el cuerpo. Entonces de eso no se habla. Hospitales
públicos que hagan análisis de intoxicación por plaguicidas tenés
poquísimos en el país y es el país que hecha más kilos de
plaguicidas por habitante. Reclamar localmente, exigirle a los
candidatos definiciones creo que es el rol de los ciudadanos
preocupados. Yo creo que estamos sub utilizando la democracia, que te
da estas posibilidades. En dictadura intentabas hacer esto y te
mataban. Bueno, ¿en democracia qué estamos esperando?
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En Europa surgen los verdes como una fuerza nueva. ¿Algo así
debería pasar acá?
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No, yo creo que tienen que incorporarse los temas ambientales en
todos los partidos. En Europa los verdes lograron que los demás
tomaran los temas ambientales. Creo que es lo que hay que hacer.
Después, si hay un partido verde o no, no importa. El tema verde
tiene que estar en todos lados, cada uno con su ideología. Después
los liberales dirán que lo resuelva el mercado, o los populares
dirán que hace falta más intervención estatal, pero tiene que
estar en los debates, y no está. El rol ciudadano es meterlo en los
debates.
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Daría la impresión de que la coyuntura no favorece que esos temas
se incluyan, por ejemplo, con Bolsonaro en Brasil.
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Pero nunca lo favoreció. El tema ambiental en la Argentina lo
introduce Juan Perón, en 1972. Perón escribe un manifiesto
ecologista titulado “Mensaje ambiental a los pueblos y gobiernos
del mundo”, donde plantea una plataforma política ecologista.
¿Cómo lo recibieron en Argentina en 1972-73? Los antiperonistas
dijeron que era la prueba de que Perón estaba senil, por darle
importancia a un tema irrelevante. Los peronistas lo escondieron
porque les creyeron a los antiperonistas de que el tema no tenía
ninguna importancia y nadie sabía por qué el viejo había tratado
el tema ambiental (se ríe Brailovsky). Entonces peronistas y anti se
pusieron de acuerdo en enterrar el tema ambiental mientras el líder
del peronismo gritaba “ocúpense de esto”. No le dieron pelota.
Ni los suyos ni los del otro lado.
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Parece haber una barrera muy difícil de traspasar.
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Si fuera un tema fácil nos dedicaríamos a otra cosa. Justamente uno
tiene que ocuparse de los temas difíciles.
Fuente:
Nicolás de la Barrera, Antonio Elio Brailovsky: un llamado urgente a la acción ecologista, agosto 2019, Revista Almagro. Consultado 27 agosto 2019.
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