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Seguramente
lo ha leído por muchos lugares, y bueno, ¡éste será otro más!
El
Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) de las Naciones
Unidas revisa todo lo concerniente a cambio climático por supuesto,
pero desde una perspectiva bastante amplia: no es solamente que andan
contando chimeneas, sino que revisan cuándo dióxido de carbono hay,
de dónde viene y qué escenarios se nos presentan a futuro
dependiendo de si esas emisiones aumentan, disminuyen o se mantienen
constantes.
Todas
las flechas apuntaron siempre al mundo del petróleo (y siguen
apuntando, claro) más las emisiones naturales del océano, que nos
devuelve gentilmente el dióxido de carbono absorbido hace muchos
años, y también revisaron esta vez qué actividades humanas, además
del fanatismo petrolero, podían hacer mover la aguja en términos de
emisiones problemáticas.
Y
dijeron que es imposible mantener la temperatura en niveles seguros
si no hay también una transformación del modelo de producción de
alimentos y de la gestión de los suelos. Los expertos proponen una
alimentación con más vegetales y si implica carne, que sea ‘baja
en emisiones’. ¿a qué se refieren?
El
informe “Suelos y cambio climático” fue aprobado en Ginebra por
el Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático de la
ONU y señala que la humanidad usa un tercio de las tierras
disponibles para todo (alimentos, semillas, fibras, madera, energía).
Indicaron
que la agricultura, la selvicultura y otras actividades vinculadas a
los usos del suelo aportan un 23 % del conjunto de los gases de
efectos invernadero que calientan el planeta. ¡Casi una cuarta parte
viene del uso del suelo! Y que si encima le agregamos el
procesamiento de esos alimentos que la tierra nos da (su
transformación, su transporte, los residuos) llegamos al 37 %!!.
Pensemos
además en la inequidad: una cuarta parte de los alimentos se pierden
o van a la basura. Mientras que 2000 millones de personas son obesos
y más de 800 millones están desnutridos. Es muy loco, ¿no?
Algo
estamos haciendo mal.
Las
emisiones, la erosión del suelo, la destrucción de bosques y ahora
se agrega la enorme emisión que genera el ganado y las prácticas
agrícolas intensivas (y resalto lo de intensivas, los desiertos
verdes) vienen a ser una respuesta más bien equivocada a la crisis
climática y a la crisis alimentaria.
En
la escuela nos han enseñado que el suelo y las plantas tienen una
capacidad limitada para absorber el CO2 procedente de las actividades
humanas. Tienen un límite, un punto de saturación. Y si se trata de
tierras estériles, debido al sobreuso, desnudas, erosionados, sin
cubierta vegetal, no absorben nada de nada.
Agreguemos
al problema las emisiones de los óxidos de nitrógeno y del metano,
¿de dónde? de la fertilización y los cambios de uso de las
tierras, y no solo deforestación sino degradación de las turberas,
por ejemplo, las zonas húmedas, los pastizales, los manglares, los
bosques.
Pero
¿por qué de todo esto solo la prensa salió a hablar de la
ganadería?
Porque
una cosa es que toque el tema a una selva que está lejos y no la
veo, pero otra muy diferente es que meta la mano en mi plato (bueno,
en el plato de los que comen carne).
El
informe pide que busquemos dietas más equilibradas con legumbres,
frutas, y también con alimentos de origen animal, pero… en
sistemas orgánicos, biológicos, a campo, asociados a sistemas
productivos sustentables, bajos en emisiones de gases de efecto
invernadero.
Resumiendo:
que se hizo foco en comer menos carne, que ya lo sabíamos, solo que
esta vez no se lo dice su cardiólogo, se lo dice el IPCC.
Que
la que se haga, sea orgánica, a pasto, respetando las rotaciones, no
un feed lot. Que se aumente la producción de vegetales de consumo,
no los desiertos verdes transgénico-químicos. Que no se deforeste
más.
Esto
va mucho más allá de su plato (y se lo dice una vegetariana) sino
que va al concepto mimo de alimentación, para, un día, quizás, que
no haya esta crisis climática, que no haya 2000 millones de obesos,
viendo cómo se cultiva para meternos harina el cuerpo, y se
desprecia la agricultura campesina (que no produce gases de efecto
invernadero) y se echa a la basura una descomunal cantidad de
alimentos, frente a mil millones de personas que pasan hambre.
Contenido
-
¿Maíz transgénico en Misiones? Enso Ortt
En Misiones, desde hace algunos meses, hay un intenso debate por la posibilidad de emplear variantes transgénicas de maíz. Por supuesto, que viene con el "paquete" incluido de agroquímicos. Pero son numerosos los interrogantes que se plantean, hablamos con Enso Ortt, especialista en agricultura orgánica de la zona sobre este conflicto
-
De Pachamamita libros: Maristella Svampa y Alicia Massarini
Ecología,
desarrollo Sustentable y Culturas
ECOS
se halla al aire en la región desde 1998. Vino a llenar el espacio
creíble de información y debate en el que se trabajan cuestiones
globales (convenios internacionales, problemáticas generales)
nacionales (cuestiones de las diferentes provincias o sobre recursos
interjurisdiccionales) provinciales (problemáticas de cuenca,
radicación de industrias, costas, pesca, educación ambiental) y
locales (los temas de sustentabilidad en el municipio).
Objetivo
general Promoción del pensamiento crítico a partir de la difusión
de las temáticas ambientales y culturales en aras de la
concientización y la educación para un desarrollo sustentable.
Objetivos
específicos
-
Aumentar el bagaje de información disponible para el público en
general.
-
Difundir las cuestiones ambientales y culturales que se problematizan
en la región.
-
Acompañar los emprendimientos productivos que tiendan al desarrollo
sustentable.
-
Facilitar el acceso a las informaciones generadas en el seno de las
instituciones formales dedicadas al medio ambiente y a la
recuperación de las culturas tradicionales.
-
Poner en conocimiento del público en general disposiciones vigentes
que protejan el ambiente, los derechos de las comunidades nativas y
regulen el marco ambiental de la provincia.
Conductora
Silvana
Buján es Argentina, licenciada en Ciencias de la Comunicación
Social y periodista científico y ambiental, ejerciendo desde hace
más de dos décadas de manera ininterrumpida a través de radios y
medios gráficos del país y del exterior.
Es
activista ecologista y participa, dirige o coordina organizaciones no
gubernamentales y redes temáticas. Es conferencista y consultora en
temas de ambiente y desarrollo. Ha obtenido tres veces el 1º Premio
a la Divulgación Científica de la Universidad de Buenos Aires
(2009, 2012, 2014) y el 2º Premio en 2010; el 1º Premio
Latinoamericano y del Caribe del Agua CATHALAC-UNESCO 2009; Ocho
Premios Martin Fierro por sus trabajos en radio y 21 nominaciones. Ha
sido Premio Nacional de Periodismo en el año 2007, 1º Premio del
Congreso Tabaco o Salud 2010, 1º Premio de Periodismo en Salud de la
Asociación Médica Argentina 2010 Distinción honorífica Colegio de
Ingenieros DII por su labor en difusión ambiental, 2013.
Lleva
adelante desde 1998 ECOS ciclo de periodismo científico abocado al
ambiente y las culturas. Y CALIDAD EN VIDA, de periodismo médico,
cultura y salud. Dirige BIOS, ONG miembro de la Red Nacional de
Acción Ecologista y la Coalición Ciudadana Antiincineración. Es
miembro del Comité Consultivo de GAIA internacional. Es miembro de
la Red Argentina de Periodismo Científico y la Red Latinoamericana
de Periodismo Ambiental. Vive en Mar del Plata.
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