martes, 27 de agosto de 2019

Programa ECOS 24 agosto 2019 - Más allá de la ONU y no comer tanta carne

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Seguramente lo ha leído por muchos lugares, y bueno, ¡éste será otro más!

El Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) de las Naciones Unidas revisa todo lo concerniente a cambio climático por supuesto, pero desde una perspectiva bastante amplia: no es solamente que andan contando chimeneas, sino que revisan cuándo dióxido de carbono hay, de dónde viene y qué escenarios se nos presentan a futuro dependiendo de si esas emisiones aumentan, disminuyen o se mantienen constantes.

Todas las flechas apuntaron siempre al mundo del petróleo (y siguen apuntando, claro) más las emisiones naturales del océano, que nos devuelve gentilmente el dióxido de carbono absorbido hace muchos años, y también revisaron esta vez qué actividades humanas, además del fanatismo petrolero, podían hacer mover la aguja en términos de emisiones problemáticas.

Y el detector les apuntó al plato de comida. O más exactamente a cierta comida.

Y dijeron que es imposible mantener la temperatura en niveles seguros si no hay también una transformación del modelo de producción de alimentos y de la gestión de los suelos. Los expertos proponen una alimentación con más vegetales y si implica carne, que sea ‘baja en emisiones’. ¿a qué se refieren?

El informe “Suelos y cambio climático” fue aprobado en Ginebra por el Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático de la ONU y señala que la humanidad usa un tercio de las tierras disponibles para todo (alimentos, semillas, fibras, madera, energía).

Indicaron que la agricultura, la selvicultura y otras actividades vinculadas a los usos del suelo aportan un 23 % del conjunto de los gases de efectos invernadero que calientan el planeta. ¡Casi una cuarta parte viene del uso del suelo! Y que si encima le agregamos el procesamiento de esos alimentos que la tierra nos da (su transformación, su transporte, los residuos) llegamos al 37 %!!.

Pensemos además en la inequidad: una cuarta parte de los alimentos se pierden o van a la basura. Mientras que 2000 millones de personas son obesos y más de 800 millones están desnutridos. Es muy loco, ¿no?

Algo estamos haciendo mal.

Las emisiones, la erosión del suelo, la destrucción de bosques y ahora se agrega la enorme emisión que genera el ganado y las prácticas agrícolas intensivas (y resalto lo de intensivas, los desiertos verdes) vienen a ser una respuesta más bien equivocada a la crisis climática y a la crisis alimentaria.

En la escuela nos han enseñado que el suelo y las plantas tienen una capacidad limitada para absorber el CO2 procedente de las actividades humanas. Tienen un límite, un punto de saturación. Y si se trata de tierras estériles, debido al sobreuso, desnudas, erosionados, sin cubierta vegetal, no absorben nada de nada.

Agreguemos al problema las emisiones de los óxidos de nitrógeno y del metano, ¿de dónde? de la fertilización y los cambios de uso de las tierras, y no solo deforestación sino degradación de las turberas, por ejemplo, las zonas húmedas, los pastizales, los manglares, los bosques.

Pero ¿por qué de todo esto solo la prensa salió a hablar de la ganadería?

Porque una cosa es que toque el tema a una selva que está lejos y no la veo, pero otra muy diferente es que meta la mano en mi plato (bueno, en el plato de los que comen carne).

El informe pide que busquemos dietas más equilibradas con legumbres, frutas, y también con alimentos de origen animal, pero… en sistemas orgánicos, biológicos, a campo, asociados a sistemas productivos sustentables, bajos en emisiones de gases de efecto invernadero.

Resumiendo: que se hizo foco en comer menos carne, que ya lo sabíamos, solo que esta vez no se lo dice su cardiólogo, se lo dice el IPCC.

Que la que se haga, sea orgánica, a pasto, respetando las rotaciones, no un feed lot. Que se aumente la producción de vegetales de consumo, no los desiertos verdes transgénico-químicos. Que no se deforeste más.

Esto va mucho más allá de su plato (y se lo dice una vegetariana) sino que va al concepto mimo de alimentación, para, un día, quizás, que no haya esta crisis climática, que no haya 2000 millones de obesos, viendo cómo se cultiva para meternos harina el cuerpo, y se desprecia la agricultura campesina (que no produce gases de efecto invernadero) y se echa a la basura una descomunal cantidad de alimentos, frente a mil millones de personas que pasan hambre.

Contenido

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Ecología, desarrollo Sustentable y Culturas

ECOS se halla al aire en la región desde 1998. Vino a llenar el espacio creíble de información y debate en el que se trabajan cuestiones globales (convenios internacionales, problemáticas generales) nacionales (cuestiones de las diferentes provincias o sobre recursos interjurisdiccionales) provinciales (problemáticas de cuenca, radicación de industrias, costas, pesca, educación ambiental) y locales (los temas de sustentabilidad en el municipio).

Objetivo general Promoción del pensamiento crítico a partir de la difusión de las temáticas ambientales y culturales en aras de la concientización y la educación para un desarrollo sustentable.

Objetivos específicos

- Aumentar el bagaje de información disponible para el público en general.
- Difundir las cuestiones ambientales y culturales que se problematizan en la región.
- Acompañar los emprendimientos productivos que tiendan al desarrollo sustentable.
- Facilitar el acceso a las informaciones generadas en el seno de las instituciones formales dedicadas al medio ambiente y a la recuperación de las culturas tradicionales.
- Poner en conocimiento del público en general disposiciones vigentes que protejan el ambiente, los derechos de las comunidades nativas y regulen el marco ambiental de la provincia.

Conductora

Silvana Buján es Argentina, licenciada en Ciencias de la Comunicación Social y periodista científico y ambiental, ejerciendo desde hace más de dos décadas de manera ininterrumpida a través de radios y medios gráficos del país y del exterior.

Es activista ecologista y participa, dirige o coordina organizaciones no gubernamentales y redes temáticas. Es conferencista y consultora en temas de ambiente y desarrollo. Ha obtenido tres veces el 1º Premio a la Divulgación Científica de la Universidad de Buenos Aires (2009, 2012, 2014) y el 2º Premio en 2010; el 1º Premio Latinoamericano y del Caribe del Agua CATHALAC-UNESCO 2009; Ocho Premios Martin Fierro por sus trabajos en radio y 21 nominaciones. Ha sido Premio Nacional de Periodismo en el año 2007, 1º Premio del Congreso Tabaco o Salud 2010, 1º Premio de Periodismo en Salud de la Asociación Médica Argentina 2010 Distinción honorífica Colegio de Ingenieros DII por su labor en difusión ambiental, 2013.

Lleva adelante desde 1998 ECOS ciclo de periodismo científico abocado al ambiente y las culturas. Y CALIDAD EN VIDA, de periodismo médico, cultura y salud. Dirige BIOS, ONG miembro de la Red Nacional de Acción Ecologista y la Coalición Ciudadana Antiincineración. Es miembro del Comité Consultivo de GAIA internacional. Es miembro de la Red Argentina de Periodismo Científico y la Red Latinoamericana de Periodismo Ambiental. Vive en Mar del Plata.

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