"Estoy
indignada. Me voy. Esta audiencia es una mentira. En once años, no
mejoró en nada la calidad de vida de la gente que vive en el
Riachuelo. Es más, diría que empeoró, porque la contaminación
industrial se incrementó y no se controla". Quien sale de la
quinta audiencia pública por el saneamiento de la cuenca Matanza
Riachuelo con esa estrepitosa declaración es Beatriz Mendoza, la
vecina que hace 11 años le dio el nombre al fallo de la Corte
Suprema de Justicia que ordenó a los gobiernos nacional, provincial
y de la Ciudad llevar adelante obras para sanear el Riachuelo.
El
fallo Mendoza se convirtió en un hito en el derecho ambiental: por
primera vez la Justicia apuntaba a los responsables no de la
contaminación sino de las pésimas condiciones de vida de los
habitantes de la cuenca y mandaba a los gobiernos a tomar acciones
concretas para cambiar esa realidad. Pero, a once años de ese fallo
histórico los cambios no llegaron, según denuncian Mendoza y muchos
de los vecinos que esta mañana participaron de la audiencia pública.
El
contrapunto era evidente entre los funcionarios que presentaban obras
y avances como hitos en la historia del sanitarismo argentino y los
vecinos y representantes de las organizaciones sociales que hablaban
desde el hartazgo para decir que los cambios no se veían. Incluso
hubo un vecino que se quebró y terminó su presentación entre
lágrimas.
"Ayer
llovió y el agua está al borde de nuestra casa. Nos seguimos
inundando porque las obras en el arroyo Santa Catalina no se hacen.
Los basurales, dicen que los sacaron pero cuando venía para acá
veía basura cada 50 metros. Basta de mandarnos chapas y colchones
cuando nos inundamos. Necesitamos que no nos abandonen", dijo
Ramón Acosta, un vecino que forma parte del foro hídrico de Lomas
de Zamora. "Hace poco vinieron a mi casa a hacer un censo con
vecinos, pero las preguntas eran muy básicas. No se interesaron en
la salud. No preguntaron cuántos casos de cáncer hubo en las
familias, son muchos", apuntó Natalia Noga, su esposa.
La
voz de las autoridades
"El
fallo Mendoza lleva 11 años y cuando se plantea así, la gente
internaliza que no se hizo nada. Y no es cierto. Eso es una prueba de
que esta es una política de Estado y que los proyectos son a largo
plazo", argumenta Lucas Figueras, presidente de la Acumar, el
ente tripartito que integran Nación, provincia y ciudad de Buenos
Aires y que está mandado por la Corte a sanear el Riachuelo.
Figueras
asumió hace cuatro meses, después de la renuncia de la directora
anterior, que recibió fuertes cuestionamientos por los pocos avances
que hace dos años fueron estimados por el cuerpo colegiado de
organizaciones que creó la Corte para monitorear las obras. Sólo se
avanzó en el 20 % del plan, se dijo entonces. El año pasado, las
críticas fueron a que los informes presentados por Acumar eran
inconsistentes y no les permitían evaluar los avances, que a juzgar
por la opinión de los vecinos no les estaban cambiando la calidad de
vida a la gente.
"No
podemos hablar de plazos. Todas las políticas públicas que se
hicieron hasta ahora con el Riachuelo fracasaron. Esta es la primera
vez que se está trabajando en serio. La obra del colector del margen
izquierdo y la construcción del emisario van a permitir para 2021 o
2022 reducir un 50 % el problema de contaminación de la cuenca. Y esa
obra tiene un 50 % de avance", asegura Figueras. Es decir, que
hasta ahora, el avance rondaría el 25 %, número que no es enunciado
oficialmente por los funcionarios.
"Sólo
el 5 % de la contaminación del Riachuelo y su cuenca proviene de las
industrias. Y en ese sentido se están haciendo obras que serán de
gran importancia, como la planta de tratamiento de efluentes conjunta
en Lanús y otras", dice Figueras. "El 95% de la
contaminación del río tiene que ver con vertidos cloacales y a eso
hay que sumarle el problema de los residuos sólidos urbanos",
apunta el director de Acumar.
Cuando
distintos funcionarios planearon números similares en la audiencia
pública, hubo indignación entre los vecinos presentes. Uno de los
funcionarios contó que se habían cerrado los dos macrobasurales que
quedaban en la cuenca: los de Marcos Paz y el de Cañuelas. Pero, en
algunos casos, todavía subsisten los microbasurales en las márgenes,
dijo y mostró fotos de cómo se habían hecho limpieza de los
terrenos en la zona y a los tres días estaba otra vez lleno de
montañas de basura.
"Siempre
se responsabiliza al vecino, pero yo me pregunto qué haría
cualquier vecino si saca la basura y no se la pasan a recolectar.
¿Dónde la lleva? En mi barrio, el camión recolector pasa tres
veces por semana, cuando en el centro pasa todos los días. Lo mismo
se dice de las cloacas. Se están haciendo obras de plantas de
tratamientos. Pero la conexión domiciliaria va a quedar a cargo de
los vecinos. Prometen créditos y subsidios, pero piensen qué muchos
somos vecinos que no podemos pagar una tarifa social, si van a
esperar solucionar la contaminación cloacal con obras que paguen los
vecinos, estamos hechos", dice Sergio González, vecino de Lanús
que participó como orador.
"Nosotros
vamos a tener en cuenta las posibilidades de cada vecino, y se prevén
subsidios para quienes no puedan pagar. En dos años ya se conectaron
más de mil hogares con subsidios del 100% a la red", apunta
Figueras. Un número que contrasta contra los casi 2,2 millones de
habitantes de la cuenca que no tienen cloacas.
Un
funcionario proyectó los números y los plazos de conexión a las 15
plantas de tratamiento de desechos cloacales: once están en
servicio, dos proyectadas, una en obra y una planificada. Un vecino
le contestó que era una utopía. Una de las plantas en
funcionamiento, la de Lanús, conectará a las cloacas a unos 90.000
vecinos. Hoy, sólo 7000 vecinos están conectados. "Y 4000 de
ellos son vecinos porteños, no del partido", denunció
González.
"Estamos
cansados de escuchar siempre los mismos argumentos. En cada audiencia
se habla de lo mismo. Se habla de obras, como si el objetivo del
saneamiento del Riachuelo fuera descontaminar un río. Lo que el
fallo de la Corte ordenó es un abordaje integral. El problema no es
un río, no es el agua, es la sociedad que vive en un territorio",
apunta Horacio Corti, defensor general del Ministerio Público de la
Ciudad.
"Siguen
haciendo diagnósticos técnicos sin entender el verdadero problema.
A otras audiencias veníamos preocupados, ahora venimos angustiados.
Porque vemos que no hay una decisión política de sanear el
Riachuelo. La gestión de Acumar oscila entre subejecución y
desfinanciamiento. En este informe que nos presentan no tenemos
datos, no se puede realizar un control. No sabemos si se tira más
plomo o benceno. La Corte produjo un diseño institucional de cómo
sanear el Riachuelo. Hoy ese diseño no existe. Para controlar que se
cumpla el fallo se creó un cuerpo colegiado, formado por
organizaciones ambientales y vecinales y presidida por la Defensoría
del Pueblo de la Nación. Pero como no tenemos un defensor, no hay
quién lidere esa defensa. Y la Corte no hace nada. Sólo manda una
vez al año un pedido al Congreso para que se designe un defensor",
advirtió Fernando Fimognare, de la Defensoría del Pueblo porteña.
La
Fundación Ambiente y Recursos Naturales es una de las cinco
organizaciones que conforman el cuerpo colegiado, junto a Greenpeace,
el Cels, la Comisión de Vecinos de La Boca y la Asociación Civil de
Derechos Humanos que son responsables de monitorear el Plan Integral
de Saneamiento Ambiental (Pisa) que surgió a partir del fallo de la
Corte. "No entiendo para qué es esta audiencia. ¿Para qué
venimos? ¿Para escucharlos actualizar el estado del Pisa? Nosotros
venimos a repetir lo mismo que en las audiencias anteriores. Porque
muy poco ha cambiado, no se está avanzando", aseguró Santiago
Cane, de Farn. "Acumar coordina la política pública de
limpieza del Riachuelo. ¿Quién la define? Los gobiernos, que son
los condenados en el fallo de la Corte, a mejorar la calidad de vida
de los habitantes. Esa política no se ve", aseguró el
representante de Farn.
"Usted
va a terminar procesado por inacción, porque no hace nada por la
contaminación del aire y del agua", terminó su presentación,
indignado, Raul Estrada Oyuela, de la Asociación de Vecinos de La
Boca, parte del cuerpo colegiado, apuntando al director de Acumar.
"Le
pusieron mi nombre a uno de los caños de la obra del margen
izquierdo del Riachuelo. Soy el emisario Beatriz Mendoza, cosa que me
indignó. Soy el nombre de un fallo histórico. Pero sabés qué es
lo triste. Que eso no le cambió la vida a nadie. Cuando la Corte se
pronunció, me llené de esperanzas. Pero ahora veo que la gente vive
igual o peor. Y la Corte no hace nada. No exige el cumplimiento del
fallo. La Acumar y todos los funcionarios juegan a la obsolescencia,
a decir que están haciendo mucho pero que no se ve. El problema es
que la contaminación es un ente abstracto. Y sus consecuencias no se
ven, hasta que llega una inundación como la de La Plata y se cobra
muchas vidas. Es lamentable", asegura Mendoza, mientras sale del
Centro Metropolitano de Diseño donde se realizó la audiencia.
Fuentes:
Evangelina Himitian, Reunión por el Riachuelo: entre la indignación de los vecinos y las explicaciones de los funcionarios, 12 julio 2019, La Nación.
La obra de arte que acompaña esta entrada es "El Puerto", de Víctor Cunsolo.
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