RANCAGUA, Chile.- Son la otra cara de la minería. Centenares de embalses o depósitos con la tierra que se desecha de la extracción del cobre, el principal producto de exportación de Chile, jalonan el territorio como testigos mudos de la acción del hombre en la naturaleza.
Esta
fina tierra blanquecina y viscosa cuando se humedece se acumula en
quebradas, zonas cordilleranas, lechos de ríos o embalses.
Basta
volar en avión por el norte o el centro del país para divisar estas
represas gigantescas de colores brillantes o aguas azuladas y
verdosas alrededor de las ciudades de Coquimbo, Antofagasta, Atacama
-en el árido desierto homónimo- y en la región metropolitana, que
alberga dos de los más grandes vertederos.
Los
recientes desastres medioambientales y humanos causados en Brasil por
la rotura de dos represas de la minera Vale han activado las alarmas
en Chile, que produce cerca de un tercio del cobre mundial.
"No
es que no pueda ocurrir pero es muy difícil, porque a diferencia de
Brasil somos un país muy sísmico y las medidas adoptadas a partir
de 1965 hacen que la parte húmeda del tranque no esté en la cortina
(muro de contención) sino en la parte trasera", explica a la
AFP el ministro de Minería, Baldo Prokurica, quien recuerda que el
último gran accidente de un relave en Chile fue en 1965, tras un
sismo de 7,4, y dejó más de 300 muertos.
Ahora
estos depósitos o "pasivos mineros" se construyen con las
mismas regulaciones antisísmicas que los edificios, afirma el
profesor de minería de la Universidad Católica Gustavo Lagos.
Chile
tiene 740 depósitos de relaves, según el Servicio Nacional de
Geología y Minería. De estos, 469 están inactivos y 170
abandonados.
Por
cada tonelada de mineral se generan unas 30 toneladas de residuos.
Con 1,5 millones de toneladas de relaves diarios, Chile es también
el líder mundial de desechos mineros.
Cada
vez más alejados de las minas, estos residuos se trasladan mediante
canalizaciones arrastrados por agua a fuerte presión.
Sin
legislación que regule el cierre de los tranques, el gobierno
trabaja en mejorar su seguridad con la instalación de un sistema de
monitoreo como el de los volcanes activos y ha empezado a vincular
los nuevos permisos con la adopción de vertederos abandonados para
su tratamiento.
Las
autoridades barajan el traslado de viejos depósitos a zonas más
seguras, la instalación de plantas solares en su superficie o
cubrirlos con materia orgánica para reforestarlos e
impermeabilizarlos.
Otras
empresas, como la minera Valle Central, se dedica a recuperar el
cobre y el molibdeno que contienen los residuos de la minera El
Teniente, de la cuprífera estatal Codelco, y de paso da trabajo a
700 familias de la región.
"Le
damos valor económico al descarte. Es como un reciclaje", dice
su gerente general, Cristian Cáceres, aunque eso no resuelve el
problema del vertedero.
La
idea es que la innovación tecnológica facilite una "minería
sin relaves", aboga el ministro.
Fuerte:
En Chile: impactantes imágenes de los desechos de una minera, 25 julio 2019, La Nación. Consultado 26 julio 2019.
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