martes, 4 de junio de 2019

Y el Foro nos los recordó: internacionalicemos la lucha antinuclear


El Foro Social Mundial Antinuclear Madrid 2019 nos ha deparado grandes momentos durante tres intensos días. Echamos la mirada atrás para aprender de sus lecciones: la necesidad de una coordinación internacional y de solidaridad en las distintas luchas.

por Raúl Sánchez Saura

Para las decenas de personas que han organizado el Foro Social Mundial Antinuclear 2019 en Madrid, para las otras decenas que han acudido como invitadas y los cientos que han ejercido de público, los días del 31 de mayo al 2 de junio pertenecen ahora a una larga lista de gratas memorias. No solo nos hemos conocido varias, vengamos de donde vengamos: Turquía, Brasil, Argentina o Iberia (entre otros), no solo hemos compartido nuestras experiencias, sino también nuestras estrategias, nuestras alegrías y nuestras esperanzas, victorias en definitiva. Desde moratorias hasta cierres, de minería a residuos, hemos recordado lo conseguido para tomar impulso y verbalizado lo que nos queda por delante: el cierre definitivo de la nuclear.

Fruto de esto, una idea se volvió obvia y esperanzadora: internacionalizar la lucha antinuclear, como se internacionalizan los intereses nucleares. Tomar la antorcha de los Foros Sociales Mundiales y llevarla aún más lejos. Después de todo, esa es la motivación de los Foros: compartir la misma lucha por la vida, solo separada por la geografía y no por sentimiento.

De no haber sido así, no hubiésemos aprendido sobre la vibrante lucha antinuclear en Argentina, sobre los acuerdos intergubenamentales en Turquía, del nexo que une la energía nuclear con las armas desde su incepción, o de la lucha nativoamericana contra la minería de uranio, que padecen como nadie. Activistas y científicos han expresado sus preocupaciones, datos y razonamientos, pero algunas personas han ido más allá y hablado de sus experiencias en relación a las dos mayores catástrofes hasta la fecha: Chernóbil y Fukushima. La carne que se oculta tras los números y la desolación de las vidas que se pierden, que se olvidan.

La lucha ibérica también ha tenido, modestamente, su presencia desde Almaraz hasta Trillo, la minería y los residuos, con exposiciones, preguntas y visionados como el de La fuga radioactiva. Desde Portugal nos han recordado que ya hemos contaminado el río Tajo, que también es suyo, en el pasado. Que puede volver a suceder en tanto la peligrosidad aumenta con el envejecimiento de Almaraz. Que esta y Retortillo están a unos 100 kilómetros de la frontera y, de ir algo mal, no se librarían de la radiación. Ellos y ellas, que eligieron no tener nuclear, que no quieren tener nuclear y, sin embargo, viven bajo su amenaza.

Pese a todo, Portugal sigue siendo una fuente constante de alegría: no solo por su concienciación no por sus movilizaciones, sino también porque ofrece su ejemplo como país líder en renovables que ha prescindido por completo de la nuclear. El físico turcoamericano Hayrettin Kilic nos recordaba que algo parecido sucede en Japón. Tras Fukushima, la inmensa mayoría de sus reactores cerraron y a día de hoy no se han vuelto a abrir. ¿Ha colapsado el país? ¿Han entrado en una crisis económica? ¿Sufren de desabastecimiento? No, no a todas. Desde 2011, Japón ha apostado decididamente por la eficiencia energética y las energías renovables. La economía crece, la producción energética es óptima y, esto resulta fundamental, han avanzado hacia la jubilación de la nuclear al tiempo que reducían las emisiones. Tenemos mucho que aprender de este caso, esperemos que no a costa de sufrir ninguna tragedia.

La activista nortamericana de Isla Tortuga, Leona Morgan, compartió su inédita investigación sobre los efectos de la minería de uranio sobre los cuerpos humanos, incluyendo las mujeres embarazadas y las personas más jóvenes: el aumento del riesgo de cáncer, la destrucción de formas de vida rurales y el envenenamiento de tierra, mar y aire. Los abusos internacionales de los ISDS, los animales abandonados tras las catástrofes nucleares o el derecho a la energía como un derecho por el que luchar también se han abierto paso.

Así, unas y otros nos han recordado que la nuclear es prescindible (lo demuestra Portugal), peligrosa (a Chernóbil y Fukushima nos remitimos), cara (el ruinoso estado de Westinghouse y Areva así lo demuestra), opaca (como atestiguan los movimientos en la sombra del presidente Erdogan) y contaminante (al fin y al cabo, las emisiones han bajado en el Japón post-Fukushima). Pero lo más importante es que la lucha sigue. Nuestra oposición se mantiene, y por ello coordinarnos resulta clave. No pueden dar otro mensaje personas que cruzan océanos y continentes para traernos su antorcha. Tomemos su relevo, que este IV Foro Social Mundial Antinuclear sea el principio de algo mucho más grande. Gracias a todas, por vuestras visitas, energías y sonrisas. #JubilarLaNuclear.
Raúl Sánchez Saura Ecologistas en Acción y MIA Madrid
Fuente:
Raúl Sánchez Saura, Y el Foro nos los recordó: internacionalicemos la lucha antinuclear, 3 junio 2019, El Salto Diario.

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