Un pájaro vuela sobre la planta nuclear de Three Miles Island en Goldsboro, Pensilvania, Estados Unidos, 30 de mayo de 2017. Foto: Carlo Allegri / Reuters. |
En 1979, siete años antes de la catástrofe en la Unión Soviética, Estados Unidos vivió su propio drama radioactivo.
por
Alfredo Serra
El
16 de marzo de 1979 se estrenó en los Estados Unidos El síndrome de
China (Jack Lemmon, Jane Fonda, Michael Douglas: Lemmon, Palma de
Oro, Cannes), historia de una reportera y un camarógrafo que
descubren de qué modo los responsables de una planta nuclear
encubren un accidente que estuvo cerca de provocar una catástrofe en
el sur de California.
Mensaje
claro: advertencia sobre el letal peligro de las centrales nucleares.
El
título del film es una señal de alarma: si el núcleo de un reactor
instalado en los Estados Unidos se fundiera, atravesaría la Tierra
hasta llegar a China. Lugar metafórico pero eficaz para el público,
ya que las antípodas del país están en el Océano Índico…
Y
asombrosa premonición: dieciséis días más tarde explotó el
reactor TM1 de la central Three Mile Island, instalado en una isla
del río Susquehanna, Pensilvania, en 1984, en un área de 3, 29
kilómetros cuadrados, y con licencia renovada hasta el 2034.
La
secuencia del accidente empezó cerca de las 4.00 de la madrugada con
una falla en el circuito secundario de la central: las bombas
primarias de alimentación de ese circuito dejaron de funcionar a
causa de una avería mecánica o eléctrica que impidió retirar el
calor del sistema primario en los generadores de vapor: apagón
automático de la turbina y el reactor.
En
términos simples: el desastre se produjo cuando fallaron las bombas
de agua refrigerante y el reactor se recalentó sin que los
operadores lo supieran: los engañó una válvula de seguridad
atascada. A las 10:00 de la noche, una gran parte del núcleo se
había derretido o vaporizado, y todo el sistema era altamente
peligroso: entre 2,5 y 15 millones de curios (el curio es un metal
radioactivo sólido) contaminaron la atmósfera con su gas.
Según
The New York Times, "el accidente generó una semana de miedo
apocalíptico, pánico, declaraciones contradictorias,
manifestaciones ruidosas e intensa confusión".
No
fue para menos, en ese momento, 25 mil almas vivían a menos de ocho
kilómetros de la catástrofe, y es imposible que la radiación no
las alcanzara.
Choque
de intereses. Mientras los voceros de la industria nuclear privada
(el caso de Three Mile Island) informaron que "los estudios
realizados sobre la población demuestran que no hubo daños a las
personas, ni inmediatos ni a largo plazo.", Greenpeace -apoyada
por estudios independientes- dijo que "existió y existe un
claro aumento de casos de cáncer y leucemia en la zona más cercana
a la central".
El
costo de la clausura de la planta: 1.200 millones de dólares, y
catorce años (1979 a 1993) de arduos trabajos para limpiar el
reactor eliminando casi 100 toneladas de combustible radioactivo.
Hasta
la tragedia de Chernobyl, sucedida siete años después, Three Mile
Island fue el más grave de los accidentes nucleares civiles:
categoría 5 en la escala internacional. Los de Fukushima I (Japón)
y el ruso llegaron a la categoría 7.
Para
los estudiosos del factor humano sobre el comportamiento de grupos
que deben reaccionar y actuar bajo fuerte presión, "el
accidente se agravó por las decisiones incorrectas tomadas por los
operadores abrumados de información, en muchos casos, inútil o
imposible de aplicar."Hasta hoy, la estadística general afirma
que el 35 por ciento de los accidentes nucleares se deben a error
humano, el 45 a fallas mecánicas o electrónicas, y el resto a una
combinación: falla en la planta y errores humanos al intentar
neutralizarla.
El
8 de mayo de este año, The New York Times informó que "cuarenta
años después del peor accidente de una planta de energía nuclear
comercial en la historia de los Estados Unidos, el único reactor que
aún funciona se está preparando para su cierre, el 30 de
septiembre".
Three
Mile Island hoy. La planta sigue operando pero no por mucho tiempo
más. El 30 de septiembre cerrará definitivamente.
La
planta, propiedad de la empresa Exelon Generation, llevaba años
perdiendo dinero, y sus dueños tenían la esperanza de lograr un
subsidio del Estado. Pero las gestiones fracasaron.
Mala
noticia para sus 700 empleados: quedarán sin trabajo.
Otro
daño colateral y devastador para ellos y sus familias.
Y
una extraña coincidencia. Con siete años de diferencia entre los
desastres de Three Mile Island y Chernobyl, los Estados Unidos y
Rusia, poderosos protagonistas de la Guerra Fría (1947 a 1991),
sufrieron una hirviente y desastrosa colisión nuclear.
Un
bocado de cardenal para los astrólogos…
Fuente:
Alfredo Serra, Three Mile Island: cómo fue el mayor accidente nuclear antes de Chernobyl, 22 junio 2019, Infobae.
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