“Si se pierde más bosque, no se podrán garantizar bienes ambientales vitales”, dijo en una conferencia.
Sandra
Díaz, la bióloga cordobesa que fue galardonada con el premio
Princesa de Asturias, dio su postura sobre la importancia de los
bosques nativos en una conferencia realizada en Ciudad Universitaria,
meses atrás.
Su
área de estudio son los bienes ambientales comunes (BAC). “Son
procesos naturales que brindan beneficios esenciales a los seres
humanos y que son un patrimonio inalienable de toda la sociedad. Su
apropiación por parte de un grupo particular no es posible y, si es
posible, no debiera ser legítimo”, explicó.
“En
procesos de deforestación como los que ocurrieron y están
ocurriendo en Córdoba perdemos bienes ambientales comunes”,
sostuvo en aquella charla organizada por el Conicet, en el marco del
debate surgido a nivel político y social sobre un cambio en la
actual ley de ordenamiento territorial del bosque nativo.
La científica cordobesa detalló parte de sus investigaciones, centradas en cómo el bosque nativo en sus diferentes estados mantiene bienes ambientales comunes como el acceso a un ambiente saludable. “Si seguimos perdiendo bosque, Córdoba no podrá garantizar bienes ambientales vitales para la sociedad”, concluyó.
La
experta indicó que los bosques contribuyen al secuestro de dióxido
de carbono (CO2) con la formación de biomasa. De esta forma se
contribuye a no seguir incrementando el calentamiento global. “El
reemplazo de una hectárea de bosque conservado por un cultivo anual
emite más de 50 toneladas de carbono o el equivalente a las
emisiones anuales de 40 cordobeses”, ejemplificó.
Otro
bien ambiental común (BAC) es el acceso a agua en cantidad y
calidad, y en el momento deseado. “La deforestación en Córdoba no
es la causa de que haya precipitaciones torrenciales en los últimos
años. Pero tener una infraestructura verde para regular la
distribución de agua o no es lo que hace una diferencia muy
importante en el impacto que esas lluvias van a tener sobre las
poblaciones y el resto de la infraestructura humana”, explicó.
Díaz
ejemplificó con la formación de nuevos ríos que está ocurriendo
en el sudoeste de Córdoba. “Por donde pasan estos nuevos ríos se
pierden miles de años de formación de suelos. A los dueños de esos
campos se los puede compensar, pero a las generaciones de cordobeses,
no. No tiene solución”, indicó.
El
desarraigo en el monte chaqueño. “La agriculturización del bosque
expulsa a la gente”, dice Díaz. Otro disertante de la charla del
lunes fue Marcelo Cabido, investigador del Conicet. Coincidió en que
la “pampeanización” del bosque chaqueño expulsa gente. “En
1930 ya se habían perdido 11 millones de hectáreas de bosque. Parte
de ese monte había resurgido cuando empecé a recorrerlo en la
década de 1980. En esos bosques había mucha gente que vivía del
monte, tenía una cultura de cría de cabritos. Los registros de
población muestran que hay menos gente ahora que cuando había
bosque. La pampeanización de los bosques expulsó gente que sabía
aprovechar el bosque”, dijo Cabido.
Fuente:
La postura de Sandra Díaz sobre la importancia de los bosques nativos, 5 junio 2019, La Voz del Interior.
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