La
académica y doctora en Ciencias Políticas analiza para Culto las
implicancias del accidente en la planta nuclear para el proceso de
reformas impulsado por el último gobernante de la URSS y, de paso,
nos relata cómo vivió esos días en Moscú.
En
abril de 1986, Evguenia Fediakova estudiaba Historia en la
Universidad Lomonosov en Moscú. Pese a que circulaban noticias sobre
el accidente de Chernóbil, por esos días ella se disponía a viajar
a una zona cercana. “Con mi grupo de amigos nos estábamos
preparando para salir en el verano para los trabajos voluntarios a
Bielorrusia, justamente a la zona donde hizo mayor daño la
catástrofe”, cuenta a Culto.
Sin
embargo, la joven soviética se vio forzada a echar pie atrás en su
intención, pese a que en los primeros días las informaciones
oficiales transmitían cierto optimismo. “Todos decían que había
sido un accidente y que no había nada de qué preocuparse”,
recuerda la hoy doctora en Ciencias Políticas. “Pero nuestros
padres nos prohibieron tajantemente salir, de hecho, nos salvaron la
vida. Al final viajamos a otra parte”, agrega.
Los
sucesos de Chernóbil ocurrieron poco tiempo después de que en el
XXVII Congreso del PC Soviético se anunciaran las reformas que el
entonces Secretario General, Mijaíl Gorbachov, pretendía
implementar en la URSS a fin de impulsar su desarrollo económico y
social. Como destaca Hobsbawm en su Historia del Siglo XX (2007,
Crítica), el oriundo de Privólnoie había sido un fuerte crítico
del estancamiento, pues de ser un país exportador de manufacturas,
en los sesenta, pasó a depender del petróleo y el gas. Y los
indicadores sociales, no eran mucho mejores.
“Era
el momento de la Perestroika, cuando Gorbachov se comprometió a
cumplir con los compromisos de Glasnost, de la libertad de palabra,
de prensa”, detalla Fediakova. “Había mucha expectativa, mucha
esperanza en la realización de la democratización, en la
honestidad. Entonces esperábamos que, frente a esta noticia, la
actitud del gobierno también sería coherente con sus promesas”.
-
¿Y fue así?
-
Lamentablemente no, porque pronto, muy pronto, nos dimos cuenta que
lo que decía el gobierno no era cierto. La libertad de prensa ya
existía, entonces como ya teníamos acceso a distintas fuentes de
información, nos dimos cuenta muy rápidamente que no era un
accidente limitado, sino que era una catástrofe de alcance al menos
europeo, que la situación era realmente catastrófica, y lo que
decía Gorbachov no correspondía a la realidad. Muy pronto su
promesa de transparencia, la Glasnost, cayó en desgracia.
-
¿Marcó Chernóbil un punto de inflexión en la credibilidad de
Gorbachov?
-
Yo creo que sí. Pienso que le afectó de una forma muy negativa el
faltar a la verdad. Peleamos muchísimo por esta política de
Glasnost, la libertad de palabra, la honestidad, pero nos dimos
cuenta de que el gobierno seguía ocultando los hechos. El gran error
del gobierno de Gorbachov fue ese, ocultar la verdad después del 26
de abril.
-
¿Hay un vínculo entre Chernóbil y la crisis que llevó al fin de
la URSS?
-
Por supuesto, porque como ya no tenía la confianza ni la
credibilidad la gente comenzó a desconfiar de lo que él decía y
prometía. Además, para esas fechas Gorbachov ya estaba entre dos
fuegos: el Partido Comunista más conservador, más tradicionalistas,
estalinista, diría yo, y otro frente más izquierdista, más
liberal, más europeo-occidental. Y bueno, la gente más joven,
universitaria, colocó su confianza en este frente más de izquierda,
que en términos occidentales era más derechista neoliberal. Para la
URSS de aquel entonces era la gente más creíble. Entonces Gorbachov
quedó atrás en su promesa de Perestroika, de democratización,
porque este otro frente apareció como más confiable.
Fuente:
Evguenia Fediakova, historiadora: “El mayor error de Gorbachov fue ocultar la verdad de Chernóbil”, 6 junio 2019, La Tercera. Consultado 25 junio 2019.
No hay comentarios:
Publicar un comentario