martes, 25 de junio de 2019

Evguenia Fediakova, historiadora: “El mayor error de Gorbachov fue ocultar la verdad de Chernóbil”

La académica y doctora en Ciencias Políticas analiza para Culto las implicancias del accidente en la planta nuclear para el proceso de reformas impulsado por el último gobernante de la URSS y, de paso, nos relata cómo vivió esos días en Moscú.

En abril de 1986, Evguenia Fediakova estudiaba Historia en la Universidad Lomonosov en Moscú. Pese a que circulaban noticias sobre el accidente de Chernóbil, por esos días ella se disponía a viajar a una zona cercana. “Con mi grupo de amigos nos estábamos preparando para salir en el verano para los trabajos voluntarios a Bielorrusia, justamente a la zona donde hizo mayor daño la catástrofe”, cuenta a Culto.

Sin embargo, la joven soviética se vio forzada a echar pie atrás en su intención, pese a que en los primeros días las informaciones oficiales transmitían cierto optimismo. “Todos decían que había sido un accidente y que no había nada de qué preocuparse”, recuerda la hoy doctora en Ciencias Políticas. “Pero nuestros padres nos prohibieron tajantemente salir, de hecho, nos salvaron la vida. Al final viajamos a otra parte”, agrega.

Los sucesos de Chernóbil ocurrieron poco tiempo después de que en el XXVII Congreso del PC Soviético se anunciaran las reformas que el entonces Secretario General, Mijaíl Gorbachov, pretendía implementar en la URSS a fin de impulsar su desarrollo económico y social. Como destaca Hobsbawm en su Historia del Siglo XX (2007, Crítica), el oriundo de Privólnoie había sido un fuerte crítico del estancamiento, pues de ser un país exportador de manufacturas, en los sesenta, pasó a depender del petróleo y el gas. Y los indicadores sociales, no eran mucho mejores.

Era el momento de la Perestroika, cuando Gorbachov se comprometió a cumplir con los compromisos de Glasnost, de la libertad de palabra, de prensa”, detalla Fediakova. “Había mucha expectativa, mucha esperanza en la realización de la democratización, en la honestidad. Entonces esperábamos que, frente a esta noticia, la actitud del gobierno también sería coherente con sus promesas”.

- ¿Y fue así?

- Lamentablemente no, porque pronto, muy pronto, nos dimos cuenta que lo que decía el gobierno no era cierto. La libertad de prensa ya existía, entonces como ya teníamos acceso a distintas fuentes de información, nos dimos cuenta muy rápidamente que no era un accidente limitado, sino que era una catástrofe de alcance al menos europeo, que la situación era realmente catastrófica, y lo que decía Gorbachov no correspondía a la realidad. Muy pronto su promesa de transparencia, la Glasnost, cayó en desgracia.

- ¿Marcó Chernóbil un punto de inflexión en la credibilidad de Gorbachov?

- Yo creo que sí. Pienso que le afectó de una forma muy negativa el faltar a la verdad. Peleamos muchísimo por esta política de Glasnost, la libertad de palabra, la honestidad, pero nos dimos cuenta de que el gobierno seguía ocultando los hechos. El gran error del gobierno de Gorbachov fue ese, ocultar la verdad después del 26 de abril.

- ¿Hay un vínculo entre Chernóbil y la crisis que llevó al fin de la URSS?

- Por supuesto, porque como ya no tenía la confianza ni la credibilidad la gente comenzó a desconfiar de lo que él decía y prometía. Además, para esas fechas Gorbachov ya estaba entre dos fuegos: el Partido Comunista más conservador, más tradicionalistas, estalinista, diría yo, y otro frente más izquierdista, más liberal, más europeo-occidental. Y bueno, la gente más joven, universitaria, colocó su confianza en este frente más de izquierda, que en términos occidentales era más derechista neoliberal. Para la URSS de aquel entonces era la gente más creíble. Entonces Gorbachov quedó atrás en su promesa de Perestroika, de democratización, porque este otro frente apareció como más confiable.

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