Advertencia
de la ONU por el cambio climático. Según un organismo de Naciones
Unidas, “los patrones actuales de consumo, producción y
desigualdad no son sostenibles”.
por
Darío Aranda
Naciones
Unidas (ONU) dio un alerta claro y contundente: el planeta se dirige
hacia el colapso climático, sanitario y social. Pero también
resaltó la solución (que aún es posible): reducir las emisiones de
gases de efecto invernadero (que provocan el cambio climático),
disminuir los niveles de consumo, proteger el agua y la biodiversidad
(entre otras). Son algunas de las conclusiones que publicó en su
informe “Perspectivas del Medio Ambiente Mundial”. En diversos
apartados, la ONU alerta que, de no producirse cambios drásticos y
urgentes, habrá consecuencias devastadoras. “Estamos causando el
cambio climático y la pérdida de biodiversidad. No habrá mañana
para muchas personas, a menos que nos detengamos”, afirmó Joyce
Msuya, directora ejecutiva de ONU Medio Ambiente.
La
Asamblea de Naciones Unidas para el Medio Ambiente es el mayor
espacio internacional en la temática. Se reunió en marzo pasado en
Kenia y allí se presentó la investigación “Perspectivas del
Medio Ambiente Mundial 6”, una foto del clima: nueve millones de
personas mueren cada año por la contaminación del aire y el agua;
desde 1970 desapareció el 40 por ciento de los humedales y se redujo
un 60 por ciento la población mundial de vertebrados.
Desde
1880 la temperatura mundial aumentó entre 0,8 y 1,2 grados
centígrados. Y, en la última década, se produjeron ocho de los
diez años más cálidos de la historia. Advierte que la temperatura
del Ártico aumentará entre 3 y 5 grados centígrados para 2050,
situación que “devastará” la región y elevará el nivel de los
océanos en todo el mundo. Las tierras en peligro de degradación
abarcan el 29 por ciento de las tierras del mundo, donde habitan
3.200 millones de personas.
Uno
de los lemas del informe, de 745 páginas, es “planeta sano,
personas sanas”. Precisa que 2300 millones de personas (uno de cada
tres habitantes del mundo) no tienen acceso a servicios de
saneamiento adecuados. Cada año mueren 1,4 millones de personas por
enfermedades prevenibles (como diarrea) asociadas al agua potable
contaminada.
En
las conclusiones la ONU es concreta: “Las actividades antropógenas
(humanas) han degradado los ecosistemas de la Tierra y socavado los
cimientos ecológicos de la sociedad”. Aclara que es necesario
“adoptar medidas urgentes a una escala sin precedentes para detener
y revertir esa situación y proteger así la salud humana y
ambiental”. Algunas de las medidas esenciales son reducir la
degradación de la tierra, la pérdida de biodiversidad y la
contaminación del aire, la tierra y las aguas; mejorar la gestión
del agua, mitigar el cambio climático y reducir la quema de
combustibles fósiles.
El
cambio climático es producto del aumento de la temperatura por la
acción humana e implica cambios drásticos en el ambiente
(inundaciones, sequías, derretimiento de glaciares). La causa
principal es la emisión de gases de efecto invernadero,
principalmente el dióxido de carbono (CO2). La quema de combustibles
fósiles (gas, petróleo, carbón) está entre los principales
causantes. El informe de la ONU hace eje en el cambio climático,
pero no apunta a los responsables. Es que las grandes potencias
económicas son las principales culpables: el 76 por ciento de las
emisiones provienen de los países del G20, encabezados por China,
Estados Unidos, la Unión Europea, India, Rusia, Japón y Alemania.
El
informe recuerda que el cambio climático tiene efectos directos y
profundos en la economía y la sociedad, “pone en peligro los
medios de subsistencia, agudiza la pobreza, la migración y afecta
particularmente a las poblaciones en situación de vulnerabilidad”.
Una
crítica por izquierda que suele hacerse a los ámbitos diplomáticos
de ONU es que no hace hincapié en las causas económicas del
desastre ambiental. En el informe da un paso: “Los patrones
actuales de consumo, producción y desigualdad no son sostenibles”.
En diversos apartados menciona los niveles de consumo, sobre todo de
países desarrollados. Naomi Klein, autora de Esto lo cambia todo, lo
resume de otro modo: “El problema no es el cambio climático, sino
el capitalismo”.
Un
argumento usual de las empresas del agronegocio (de transgénicos y
agrotóxicos) es que son necesario más alimentos para la creciente
población. La Vía Campesina (movimiento internacional de pequeños
productores e indígenas) lo refuta hace décadas: el problema no es
la falta de alimentos, sino su injusta distribución. Naciones Unidas
aporta un elemento en ese sentido: el 33 por ciento de los alimentos
del mundo se pierden o se desperdician. Y el 56 por ciento de esas
pérdidas suceden en los países desarrollados.
Esa
misma semana la ONU presentó el informe “Panorama de los recursos
globales”. Sin mencionarlo, apunta al rol del extractivismo. “El
rápido aumento de la extracción de materiales es el principal
culpable del cambio climático y la pérdida de biodiversidad, un
problema que solo empeorará a menos que el mundo emprenda
urgentemente una reforma sistémica del uso de recursos”. Precisa
que la extracción de recursos naturales se triplicó desde 1970
hasta la actualidad y el uso de combustibles fósiles aumentó 45 por
ciento. Advierte que, de mantener el mismo camino, para 2060 las
emisiones de gases de efecto invernadero podrían aumentar 43 por
ciento. “Francamente, no habrá mañana para muchas personas a
menos que nos detengamos”, alertó Joyce Msuya, directora ejecutiva
de ONU Medio Ambiente.
Fuente:
Darío Aranda, El colapso de la Tierra está cada vez más cerca, 8 mayo 2019, Página/12. Consultado 9 mayo 2019.
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