PANAMÁ,
25 abr 2019 (IPS) - Las sequías prolongadas e intensas lluvias
destruyeron más de la mitad de las cosechas de maíz y frijoles de
los agricultores de subsistencia en el Corredor Seco centroamericano,
dejándolos sin reservas de alimentos y afectando su seguridad
alimentaria, alertaron este jueves 25 dos agencias de las Naciones
Unidas.
Diagnósticos
de los gobiernos centroamericanos concluyeron que 2,2 millones de
personas habían sufrido pérdidas de cosecha, sobre todo a causa de
la sequía.
Análisis
y evaluaciones de seguridad alimentaria en emergencias realizados en
el Corredor Seco por la Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura (FAO), El Programa Mundial de
Alimentos (WFP) y los gobiernos en el último trimestre de 2018
validaron estos resultados y confirmaron que 1,4 millones del total
de 2,2 millones de personas afectadas necesitan asistencia
alimentaria con urgencia.
Para
el 2019, la FAO y el WFP están solicitando a la comunidad
internacional 72 millones de dólares para brindar asistencia
alimentaria a más de 700.000 personas en el Corredor Seco, una
franja que va desde el sur de México hasta Panamá, y convierte en
especialmente vulnerables los territorios que atraviesa de Guatemala,
El Salvador, Honduras y Nicaragua.
Estos
fondos también se utilizarán para crear y rehabilitar activos
productivos, diversificar las fuentes de ingreso de los agricultores,
establecer sistemas de protección social y fortalecer su resiliencia
ante los efectos del clima.
“Los
agricultores de subsistencia están comenzando a sembrar este mes,
muchos no tienen reservas de alimentos y están en riesgo de perder
sus cosechas nuevamente”, advirtió Miguel Barreto, director
regional del WFP para América Latina y el Caribe.
“Si
no les apoyamos ya, el período de escasez de alimentos de los
próximos meses podría ser particularmente duro para ellos y
especialmente para los más vulnerables, entre ellos niñas y niños,
con el consecuente deterioro de su condición nutricional”, añadió.
Gobiernos
centroamericanos informaron que en el 2018 un retraso en las lluvias
en el Corredor Seco arruinó hasta un 70 % de la cosecha de Primera
de los agricultores de subsistencia, mientras que el exceso de
lluvias dañó hasta 50 % de la cosecha de Postrera.
A
mediados de febrero de 2019, la Administración Nacional Oceánica y
Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos anunció la aparición del
fenómeno de El Niño y se pronostica que se prolongue hasta el mes
de octubre.
Existe
una alta probabilidad de que El Niño afecte la siembra de granos
básicos de la Primera, lo que empeoraría la ya frágil seguridad
alimentaria y nutricional de las comunidades en el Corredor Seco
centroamericano.
La
FAO y el WFP, también conocido como PMA, recomiendan informar a los
agricultores que tomen en cuenta esta condición para que sus
cosechas no sufran los impactos del retraso de la temporada lluviosa,
tomando medidas como el reemplazo de cultivos exigentes en agua por
sorgo, maicillo y tubérculos o la siembra de variedades precoces de
ciclo corto con las primeras lluvias en las zonas más secas.
“Hay
que mejorar la resiliencia de los habitantes del Corredor Seco. Para
ello se deben reforzar los sistemas de vigilancia y alerta temprana,
y mitigar los efectos de eventos como sequías y lluvias a través de
buenas prácticas agrícolas que aumentan la resiliencia y adaptación
de las familias para fortalecer sus medios de vida, evitando que
estos eventos climáticos comprometan su seguridad alimentaria y los
fuercen a migrar”, dijo Adoniram Sanches, coordinador subregional
de la FAO para Mesoamérica y Representante en Panamá.
Se
estima que de los 1.9 millones de pequeños productores de granos
básicos que hay en Centroamérica, la mitad se encuentran en la zona
del Corredor Seco.
Estas
familias son agricultores de subsistencia, lo que significa que
cosechan y consumen los alimentos que siembran, principalmente maíz
y frijoles, y apenas cuentan con recursos para hacer frente a los
riesgos. Si una cosecha falla, no tienen reservas suficientes para
comer o vender, para sobrevivir hasta la próxima cosecha.
Una
vez agotan sus reservas de alimentos, las familias recurren a
estrategias de sobrevivencia consideradas de crisis o emergencia.
Según información de la FAO, WFP y los gobiernos, hasta un 82 % de
las familias ha vendido sus herramientas de agricultura y sus
animales para comprar comida. Incluso se saltan las comidas o comen
alimentos menos nutritivos.
Más
del 25 % de los hogares encuestados no tienen suficientes ingresos
para cubrir el costo de la canasta básica. Por otra parte, un 8 % de
las familias informaron que piensan migrar en respuesta a esa
situación.
Según
la FAO y el WFP, solo a través de la revitalización de los
territorios del Corredor Seco se podrán garantizar condiciones para
que las comunidades mejoren sus medios de vida, sin que tengan que
irse de sus países y emprender viajes riesgosos para buscar mejores
oportunidades.
Este
artículo fue publicado originalmente por la Oficina Regional de la
FAO para América Latina y el Caribe. IPS lo distribuye por un
acuerdo especial de difusión con esta oficina regional de la FAO.
Fuente:
Climacoloca en emergencia alimentaria al Corredor Seco centro americano, 25 abril 2019, Inter Press Service.
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