Especialistas debatieron sobre los efectos del calentamiento global en la provincia y en la zona serrana para la próxima década. Insisten en la necesidad de tomar medidas de adaptación en cada localidad y región.
por
Carina Mongi
Para
2030 -en sólo 10 años-, se proyecta que Córdoba, en general, y las
Sierras, en particular, percibirán con más intensidad algunos
efectos del cambio climático que ya se viene materializando a nivel
global. Se reflejará en el incremento paulatino de la temperatura
mínima promedio, con menos días con heladas y más noches
tropicales.
“En
las Sierras, el total de precipitaciones anuales no va a cambiar
mucho, pero posiblemente se observará un aumento de la
torrencialidad de las lluvias; es decir, tormentas más severas, lo
que puede traer aparejados problemas de crecidas y de inundaciones
más frecuentes si no se toman las medidas adecuadas”, apuntó la
bióloga Lara Dellaceca, del equipo técnico de la Red Argentina de
Municipios frente al Cambio Climático.
La
experta rosarina expuso en el marco de las Jornadas sobre Plantas
Nativas y Cambio Climático, realizadas días atrás en Villa General
Belgrano, en la provincia de Córdoba.
La
deforestación -apuntó- es uno de los factores que más contribuye
con estos cambios negativos. “Genera que la radiación que llega a
la superficie se acumule en forma de calor en la atmósfera porque el
suelo desnudo refleja más energía térmica que la cobertura
vegetal”, explicó.
Para
intentar al menos aletargar el impacto, sería imprescindible tomar
medidas de mitigación para reducir la emisión de gases de efecto
invernadero, con actividades más sustentables (sustituir la energía
por la solar, bajar consumo de combustibles fósiles, evitar quemas
de basurales e incendios forestales, por ejemplo), así como medidas
de adaptación, como reforestar zonas rurales y urbanas, y adaptar
las ciudades con más verde y más desagües.
“Los
bosques tienen una influencia muy grande en los ciclos del agua, en
la retención del agua en los suelos, y eso afecta mucho los climas a
escala local”, añadió Dellaceca sobre la zona serrana. Para
lograrlo en la magnitud necesaria, deben generarse políticas de
Estado y sumar el compromiso de la comunidad.
En
un escenario de emisiones globales intermedias, es decir, si se
bajaran un poco las actuales, la especialista calculó que el
incremento, por ejemplo, en el Valle de Calamuchita sería de 0,67
grados más de temperatura en una década.
“Parece
poco, pero con el tiempo influye mucho en la merma de días con
heladas y en que se sumen noches tropicales, y hasta la vegetación
empiece a verse afectada”, citó.
Los
cambios ya se observan paulatinamente. Si bien cada región cordobesa
tiene su microclima, se estima que los efectos ya casi irremediables
serán similares para todo el territorio provincial.
El
biólogo Federico Kopta, presidente del Foro Ambiental Córdoba,
advirtió en el encuentro que el cambio climático deparará “sucesos
excepcionales” y que las comunidades deberán estar preparadas.
Anticipó más inundaciones, más sequías prolongadas y más
jornadas con temperatura extrema para la provincia en general.
Estar
preparados
En
las Sierras, las particularidades que hay que tener en cuenta serán
las crecientes de los ríos en pendiente.
“En
adaptación, las ciudades tienen que pensar en infraestructura de
desagües, que puedan drenar rápido. Y en mitigación, aportar cada
una en ahorro de energía para emitir menos gases de efecto
invernadero y en alternativas en la construcción”, añadió.
En
ese nuevo escenario, Kopta anticipó que es factible que en zonas
templadas, como Córdoba, se agudice la incidencia de enfermedades
tropicales.
Kopta
marcó que estos escenarios se van a intensificar hasta mediados del
siglo 21, “hagamos ya lo que hagamos”. Es decir, ya no alcanzan
las medidas correctivas para frenar ese impacto. Lo que queda
–coincidió– es no agravarlo aún más.
“De
acuerdo con las decisiones políticas y económicas que se tomen, las
situaciones podrán seguir empeorando o no. Y ahí es cuando no
sabemos hasta qué punto el planeta tiene la capacidad de seguir
mostrando flexibilidad para que los disturbios no sean tan grandes”,
subrayó.
El
ambientalista acotó que, “dentro de todo, Córdoba y el centro de
la Argentina no serán los peores escenarios en el continente, de acá
hasta fin del siglo, al menos. Hay otros espacios que se perfilan con
peores consecuencias”.
Admitió,
a la vez, que en un escenario macro (el calentamiento es planetario)
las acciones por tomar en cada ciudad o región “son muy modestas,
ante un problema grave pero global”.
El
biólogo apeló a abrir alguna esperanza: “No es que los problemas
dejen de existir, pero hay una ciudadanía que se va organizando y
trabajando en forma colectiva y va empezando a generar cambios en
comunidades chicas y, de a poco, también a nivel provincial”,
subrayó.
Citó
como ejemplos la movida para impulsar cambios en el proyecto de
autovía de montaña en Punilla, los reclamos para evitar
inundaciones en Sierras Chicas o las que se motorizaron contra una
reforma de la ley de bosques nativos.
Fuentes:
Carina Mongi, Cambio climático: las tormentas serán más intensas en Córdoba, 6 mayo 2019, La Voz del interior.
La obra de arte que ilustra esta entrada es "La Cañada" de Genaro Pérez, es una representación del antiguo cauce del arroyo que atraviesa el centro de la ciudad de Córdoba.
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