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Vivimos en un
mundo que nos parece infinito porque subimos a un cerro y no vemos el
final.
Y percibimos que
si tiro por la ventana el papelito, por la chimenea el humo, por el
desagüe el contenido de la lata vieja de pintura, el mundo es tan
ancho y ajeno que se diluirá. La capacidad de dilución de la
naturaleza, la venimos percibiendo como infinita, porque somos hijos
de nuestro tiempo. Y si nos machacan desde hace 200 años con que
hagamos lo que hagamos, la naturaleza en sus matrices (agua, aire y
suelo) se las arreglará para degradarlo y hacerlo “desaparecer”,
no nos queda otra que ser esclavos de ese adoctrinamiento. ¡Pero
parece que será menester que nos quede otra!
Cuando empezó a
develarse que esto no era así, los primeros que saltaron fueron
precisamente los que más echaban al mundo sus basuras: producción a
escala de sustancias químicas tóxicas, gases, residuos de todo
tipo.
En fin, que este
proceso más o menos ya lo conocemos. Fue el despertar a un planeta
finito, limitado y lamentablemente, bastante saturado, que nos
devuelve día a día, en nuestros pobres cuerpos, impactos sanitarios
raros, masivos, variados, que desconciertan a médicos y hacen que
revisemos sinergias de tóxicos y cosas de las que antes, no se
hablaba.
Pensaba en estas
cosas, por una nota que salió en el diario El País, de España,
titulada “El agente naranja sigue pudriendo los suelos de Vietnam 50 años después” y que cuenta cómo el herbicida usado por
Estados Unidos en la guerra aún llega a los humanos desde los
sedimentos de los ríos y los lagos.
Pues allá, en
aquella zona tan mencionada en la historia reciente, el ejército
norteamericano tuvo dos guerras: una contra el Viet Cong y otra
contra la naturaleza. Y para doblegar a unos, había balas y fuego.
Para la otra,
usaron millones
de litros de herbicidas contra la selva donde se escondían los
vietnamitas y les bañaron de veneno los cultivos de arroz. Ese
herbicida fue el agente naranja. 50 años después aún hay restos
altamente tóxicos de ese químico en suelos y sedimentos, que
terminan en la cadena alimentaria.
Diversos informes
de las Academias Nacionales de Ciencia de Estados Unidos estiman que
en la Guerra de Vietnam se usaron más 80.000 millones de litros de
herbicidas sobre el 20 % de las selvas y 10 millones de hectáreas de
arrozal.
Pero los
muchachos echaban también en sus propios campamentos para matar todo
el verde que hubiera en los alrededores de las bases militares
estadounidenses, creando así un perímetro de seguridad. Veían si
venía su enemigo, pero a la vez, estaban respirándose un enemigo. Y
no se dieron cuenta.
El agente naranja
es un compuesto a partes iguales de dos herbicidas, el ácido
2,4-dicloro feno xiacético (2,4-D) y el ácido 2, 4, 5- tricloro
fenoxiacético (2,4,5-T). No se sabía entonces que el agente naranja
contenía una dioxina altamente tóxica, la TCDD. Se quedaba pegada a
las hojas que, al caer, llevaban la dioxina hasta el suelo y la
naturaleza se encargaba de propagarla.
Los procesos de
erosión mueven los sedimentos contaminados mediante escorrentías
hasta los cursos de agua, los ríos, los estanques y los lagos donde
la dioxina se queda intacta, extendiendo su vida media, que, expuesta
al Sol, se degradaría en menos de tres años. Pero, en suelos
protegidos por la vegetación tarda en degradarse hasta 50 años y,
si está en sedimentos, más de 100 años.
Y hay muchos
peces y camarones que comen en el fondo. Resultado: las dioxinas se
acumulan en sus tejidos y ahí van los pescadores a pescar alimento
contaminado.
Se sabe poco del
impacto del agente naranja que queda más allá de las bases, aunque
de hecho vive mucha gente en esta incertidumbre. Bien Hoa es una
ciudad de 900.000 personas y aunque está prohibida la pesca en ríos
y lagos de la zona aún hoy, ¿cómo evitar que la gente, con hambre,
vaya y pesque?. Se estima que hay aún tres millones de vietnamitas
que sufren los efectos de los defoliantes,
Encima, fíjense
que, en aquel entonces, no se sabía muy bien que la incineración
quemaba los materiales contaminados, pero echaba con el humo a las
dioximas, de modo que yo reducía la basura tóxica, pero luego nos
la respirábamos todos, democráticamente. Y eso es lo que hicieron
los todos los aviones que allí se usaron en Vietnam: como estaban
bañados en dioxinas, … los incineraron… mala idea.
El último de los
informes sobre los efectos del agente naranja en los veteranos de
guerra, (informes que se publican cada dos años) detallan nuevas
patologías relacionadas con la exposición al herbicida.
Como sea, quise
traer este ejemplo, para mostrar cómo estamos dejando una herencia
problemática por todos lados, y sin embargo, sin embargo, seguimos
inyectando al ambiente químicos peligrosos, buscando dispensas,
retrasando la inclusión de los químicos en los acuerdos
internacionales de prohibición, traficando con residuos peligrosos,
como si todo lo malo le fuese a pasar a los demás y no a nosotros.
Como si la cosa se pusiese fea, nos podríamos ir a cultivar papas a
Marte con Matt Damon…
Foto: Mathieu Asselin. |
Contenido
- Levantaron la
clausura a la Barrick o fue una estrategia de prensa? Lucio Cuenca
El diario La Tercera de Chile publicaba hace un par de semanas que La Corte Suprema de ese país había dejado sin efecto la suspensión de Pascua Lama. Decían allí que el tribunal tomó esta medida después de que les presentaron un reclamo judicial contra el cierre y que se daba así un nuevo impulso a la concreción de un proyecto binacional en conjunto con San Juan. Pero en verdad, era una estrategia de prensa para presentar a la mesa de los accionistas de la Barrick en Canadá
- Condenan a
Menem y Cavallo por peculado en tierras públicas vendidas a La Rural
Ecología,
desarrollo Sustentable y Culturas
ECOS se halla al
aire en la región desde 1998. Vino a llenar el espacio creíble de
información y debate en el que se trabajan cuestiones globales
(convenios internacionales, problemáticas generales) nacionales
(cuestiones de las diferentes provincias o sobre recursos
interjurisdiccionales) provinciales (problemáticas de cuenca,
radicación de industrias, costas, pesca, educación ambiental) y
locales (los temas de sustentabilidad en el municipio).
Objetivo general
Promoción del pensamiento crítico a partir de la difusión de las
temáticas ambientales y culturales en aras de la concientización y
la educación para un desarrollo sustentable.
Objetivos
específicos
- Aumentar el
bagaje de información disponible para el público en general.
- Difundir las
cuestiones ambientales y culturales que se problematizan en la
región.
- Acompañar los
emprendimientos productivos que tiendan al desarrollo sustentable.
- Facilitar el
acceso a las informaciones generadas en el seno de las instituciones
formales dedicadas al medio ambiente y a la recuperación de las
culturas tradicionales.
- Poner en
conocimiento del público en general disposiciones vigentes que
protejan el ambiente, los derechos de las comunidades nativas y
regulen el marco ambiental de la provincia.
Conductora
Silvana Buján es
Argentina, licenciada en Ciencias de la Comunicación Social y
periodista científico y ambiental, ejerciendo desde hace más de dos
décadas de manera ininterrumpida a través de radios y medios
gráficos del país y del exterior.
Es activista
ecologista y participa, dirige o coordina organizaciones no
gubernamentales y redes temáticas. Es conferencista y consultora en
temas de ambiente y desarrollo. Ha obtenido tres veces el 1º Premio
a la Divulgación Científica de la Universidad de Buenos Aires
(2009, 2012, 2014) y el 2º Premio en 2010; el 1º Premio
Latinoamericano y del Caribe del Agua CATHALAC-UNESCO 2009; Ocho
Premios Martin Fierro por sus trabajos en radio y 21 nominaciones. Ha
sido Premio Nacional de Periodismo en el año 2007, 1º Premio del
Congreso Tabaco o Salud 2010, 1º Premio de Periodismo en Salud de la
Asociación Médica Argentina 2010 Distinción honorífica Colegio de
Ingenieros DII por su labor en difusión ambiental, 2013.
Lleva adelante
desde 1998 ECOS ciclo de periodismo científico abocado al ambiente y
las culturas. Y CALIDAD EN VIDA, de periodismo médico, cultura y
salud. Dirige BIOS, ONG miembro de la Red Nacional de Acción
Ecologista y la Coalición Ciudadana Antiincineración. Es miembro
del Comité Consultivo de GAIA internacional. Es miembro de la Red
Argentina de Periodismo Científico y la Red Latinoamericana de
Periodismo Ambiental. Vive en Mar del Plata.
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