El consumo de
carne de res, aceite de palma y soja está provocando una gran
deforestación en las áreas de selva tropical, especialmente en
Brasil e Indonesia, lo que también afecta al cambio climático.
por Ajit Niranjan
Desde hace mucho
tiempo, se sabe que el aceite de palma en la margarina y otros
productos de consumo acelera la desforestación en países como
Brasil e Indonesia. Martin Persson, investigador de la Chalmers
University en Suecia, y un equipo de investigación internacional
analizaron en qué medida la demanda de materias primas como el
aceite de palma, carne de vaca y productos con soja impulsa la tala
de árboles.
El estudio
publicado la semana pasada arrojó que entre el 29 y el 39 por ciento
del dióxido de carbono liberado por la deforestación es causado por
el comercio internacional. La tala de bosques se lleva a cabo para
ganar espacio para prados y zonas agrícolas y productos que se
consumen principalmente en el extranjero.
En muchos países
ricos, escriben los autores de dicho estudio, las emisiones causadas
por la deforestación en el extranjero y las importaciones son
incluso mayores que las emisiones de la agricultura nacional. Este es
un aspecto relevante a la hora de medir las emisiones de CO2, es
decir, de determinar quién es el verdadero responsable.
"La ONU
permite que los países informen sobre sus emisiones según el lugar
donde se producen", dice Jonas Busch, economista jefe del Earth
Innovation Institute. En Alemania, por ejemplo, las emisiones de la
producción nacional de uva son parte del balance nacional de CO2,
pero no la huella de CO2 de la margarina, que se produjo, por
ejemplo, con el aceite de palma importado de Indonesia.
Tala mundial,
segunda fuente de gases de efecto invernadero más grande del mundo
La destrucción
de los bosques globales, que absorben CO2 de la atmósfera, es un
obstáculo importante en la lucha contra el cambio climático. Según
los expertos, las complejas cadenas de distribución agravan el
problema, porque se crea una gran distancia entre el consumidor y el
daño causado por la producción de los bienes de consumo.
Para evaluar la
huella de carbono de la tala de bosques por países y mercancías, el
equipo de investigación sueco usó datos comerciales además de
imágenes satélites donde se apreciaban los cambios en el uso del
suelo desde 2010 hasta 2014. En este método, se excluyó la pérdida
de espacios forestales debido a actividades no agrícolas, como la
minería, la urbanización o los incendios forestales naturales,
responsables de alrededor del 40 por ciento de la deforestación.
¿Quién es el
responsable?
"Se podría
decir que la UE es solo una pequeña parte del problema", dijo
Persson, refiriéndose a la alta proporción general de bienes
consumidos en el país de origen. Cuatro materias primas representan
la mayor parte de las emisiones causadas por la deforestación:
madera, carne de res, soja y aceite de palma. En Indonesia y Brasil,
el cuarto y quinto país con más población del mundo, el aceite de
palma y la carne de res tienen grandes mercados nacionales.
Al contrario que
los métodos tradicionales para contabilizar el dióxido de carbono,
los investigadores estimaron que aproximadamente una sexta parte del
CO2 que se libera a la atmósfera con la dieta típica europea está
asociada con la deforestación en los trópicos y las materias primas
importadas. "Me sorprendió este dato", reconoció Persson.
"Sí, importamos muchos alimentos, pero la mayoría de los
alimentos que consumimos en la UE se producen en la zona".
Brasil exportó
la cantidad récord de 1,64 millones de toneladas de carne de res el
año pasado, según la Asociación de Exportadores de Carne de
Brasil. Esto representa un aumento del 1,48 millones de toneladas con
respecto a 2017. Indonesia, por su parte, es el mayor productor
mundial de aceite de palma.
Pérdida de
hábitat e inundaciones
Junto a las
emisiones de CO2, la quema y tala de bosques también pueden provocar
desplazamientos, pérdidas de hábitat e inundaciones. En Brasil, por
ejemplo, se expropiaron tierras indígenas para construir enormes
granjas. Según un estudio, en Indonesia y Malasia, han matado a más
de 100.000 orangutanes desde 1999.
Los mercados de
aceite de palma, soja y carne de res están en manos de un puñado de
multinacionales, algunas de las cuales están ubicadas en Europa y
Estados Unidos. "Si la UE los presionara para que cambien su
producción, eso podría tener efecto en otros países", dice
Persson.
Darmin Nasution,
ministro coordinador para la economía de Indonesia, dijo en una
conferencia de prensa en Bruselas este mes que era "irónico"
que la UE, que ha reducido una proporción mucho mayor de sus
bosques, estuviera dando consejos a los países ricos en árboles
sobre gestión forestal.
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Fuente:
Ajit Niranjan, Deforestación masiva: el comercio mundial tala árboles en Brasil e Indonesia, 18/04/19, Deutsche Welle. Consultado 18/04/19.
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