Quienes
estamos interesados en la calidad de vida de nuestros hijos nos
dirigimos a las personas que son candidatos en las próximas
elecciones y les decimos que tienen el deber moral de comprometerse
con la sociedad, procurando delinear y ejecutar una política
ambiental inclusiva.
por
Homero A. Farioli
Los
cordobeses asistimos diariamente a la difusión masiva de infinidad
de propuestas electorales de las diferentes fuerzas políticas,
referidas a todo tipo de temas. Algunas de ellas son de singular
actualidad. Sin embargo, ninguno de los candidatos menciona o da a
conocer un proyecto medianamente serio que se ocupe de solucionar o
mitigar la enormidad de problemas ambientales que padece la provincia
de Córdoba desde hace décadas.
Las
agresiones permanentes al medioambiente cordobés no resultan inocuas
para la salud de la población actual, y menos para las generaciones
que vendrán. Es más, de seguir con esta política caótica en
gestión ambiental, seremos culpables de haber contribuido en gran
medida, con nuestra desidia, al tal mentado cambio climático, el
cual apenas ha mostrado una porción muy pequeña de sus terribles
efectos sobre los ambientes naturales y las personas que los habitan.
En
este sentido, nuestros candidatos cordobeses parecen no estar
interesados en establecer proyectos claros que aseguren verdaderas
políticas de Estado en materia ambiental para ayudar a cumplir los
siguientes objetivos.
1)
Que no sigamos contaminando con desechos cloacales e industriales los
principales ríos de Córdoba, como por ejemplo el Suquía, el cual
recibe desde hace años un gran porcentaje de carga orgánica que no
es adecuadamente tratada en la planta de Bajo Grande.
2)
Que se conserve a perpetuidad, con un manejo racional, la pequeñísima
porción de bosque nativo que todavía queda en pie y se ponga coto a
las ambiciones antisociales de las corporaciones inmobiliarias y
agroganaderas.
3)
Que se implemente una verdadera política de manejo y conservación
de los ambientes acuáticos naturales o humedales, evitando su
desecado para que puedan cumplir la valiosa función de bolsones de
retención durante las inundaciones violentas.
4)
Que en los cargos de conducción y técnicos dentro de los organismos
gubernamentales ambientales se designe a funcionarios probos, con
verdadera formación profesional ambiental, comprometidos e imbuidos
con auténtica vocación por la conservación de la naturaleza.
5)
Que a los vertederos de residuos sólidos urbanos se los trate en el
marco de una política puramente recicladora, descartando
megaemprendimientos que resultan inapropiados para la misma población
y para las finanzas de la Provincia o de los municipios.
6)
Que a la conservación de la biodiversidad (desde un insecto hasta un
zorro aguará-guazú) se le otorgue la misma importancia en el
concierto de la vida.
7)
Que se implementen con responsabilidad planes de manejo para las
escasas y maltratadas áreas naturales seudoprotegidas de Córdoba, a
las que urge incorporar nuevas porciones de ambientes protegidos.
Quienes
estamos interesados en la calidad de vida de nuestros hijos nos
dirigimos a las personas que son candidatos en las próximas
elecciones y les decimos que tienen el deber moral de comprometerse
con la sociedad, procurando delinear y ejecutar una política
ambiental inclusiva, que proteja no sólo los bienes naturales de los
cordobeses sino a toda la población, sin distinción de ideologías,
religiones o condición social.
Homero A. Farioli es licenciado en Ciencias Ambientales
Fuente:
Homero A. Farioli, Candidatos sin propuestas ambientales, 28 abril 2019, La Voz del Interior.
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