Eduardo Cerdá
estuvo el jueves en la Universidad Nacional de Villa María dando una
clase magistral sobre agroecología. “Hay muchos tipos de
agricultura y me parece bien que los estudiantes los conozcan. ¿Por
qué enseñar solo el modelo que se basa en la utilización de
químicos?”, planteó el especialista en diálogo con la prensa.
El agrónomo
argentino asesora a productores de distintas partes del mundo y tiene
un grupo que comenzó a experimentar la producción de cultivos
extensivos de manera ecológica en la provincia de Córdoba. Hace
poco tiempo atrás iniciaron una experiencia en Adelia María y se
fueron sumando productores que ya cubren 7.000 hectáreas con esta
experiencia agroecológica.
“Esto se da en
un momento en que la sociedad está diciendo que no quieren que les
fumiguen cerca de la casa o de las escuelas”, indicó.
“Vengo a
plantear a los alumnos si les parece bien seguir así, produciendo
alimentos con químicos, o si pueden pensar otra manera. Nosotros
contamos la experiencia que estamos haciendo desde el Valle de Río
Negro hasta Formosa”, en cultivos extensivos. También en países
limítrofes y algunos de Europa.
Naciones Unidas y
FAO eligió uno de los campos que asesora como una de las 52
experiencias del mundo. Se trata de una unidad productiva de más de
600 hectáreas.
Al hablar de cómo
se hace, dijo que hay que empezar a capacitarse. “Si nosotros
entendemos que producir es una batalla contra la naturaleza que todo
yuyo que nace hay que matarlo, es como usar un revólver. En algún
momento se te escapa un tiro. Nosotros convivimos con las malezas.
Hay que empezar con cultivos asociados y no monocultivo como se hace
acá, con soja y maíz”, indicó.
Ese modelo
productivo extrae minerales del suelo. “¿Cómo se reponen? Con
fertilizantes, nitrógeno, fósforo y azufre. No alcanza, porque el
suelo necesita una dieta variada. Lo que está pasando hoy, como
consecuencia de ese modelo, es que lo que estamos comiendo no tiene
minerales. Al no tener minerales, las enzimas no funcionan bien. Y
son importantes en la planta y en las personas, en todo lo que hace a
los procesos hormonales. Entonces, por la falta de minerales empieza
a andar en un 90% un riñón, problemas con tiroides, celiaquía,
procesos inflamatorios y hasta autismo”, aseguró.
“La comida está
vacía, muerta y procesada. Está bueno entonces empezar a cambiar de
hábitos”, dijo.
¿Es económico?
“El 50 % de los
productores se fundió con el modelo anterior”, dijo. “Eso parece
que no se nota, y les da miedo abandonar el modelo que los fundió”,
agregó.
“Yo comparo a
los que usan químicos como base de la producción, con los
drogadictos. Hay que acompañarlos en el proceso, los cambios no se
dan de un día para otro, hay que ir charlando, contando las
posibilidades que hay y el productor, cuando le suena posible, lo va
a hacer”, concluyó el especialista.
Fuente:
Agroecología, un modelo posible, 30/03/19, El Diario del Centro del País. Consultado 01/04/19.
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