Acción de Greenpeace en la Central Nuclear Embalse, el 11 de marzo de 2013. |
11 de marzo, aniversario del accidente de Fukushima. La organización denuncia los engaños del Gobierno japonés a la ONU sobre las consecuencias de Fukushima en la infancia y el personal de la planta. La nueva investigación de Greenpeace desvela altos niveles de radiación dentro y fuera de las zonas de exclusión.
Coincidiendo con
el 8º aniversario del accidente de Fukushima (el 11 de marzo)
Greenpeace recuerda el riesgo que supone la energía nuclear.
Respecto a Fukushima, la organización ha publicado una nueva
investigación que revela que el Gobierno japonés está confundiendo
deliberadamente a los organismos de derechos humanos de las Naciones
Unidas y a los expertos sobre la actual crisis nuclear en las áreas
de Fukushima (1).
El informe de
Greenpeace Japón, Trabajadores e infancia en Fukushima: en primera línea de la catástrofe, revela altos niveles de radiación en las
dos zonas de exclusión y en áreas abiertas, incluso después de los
enormes esfuerzos de descontaminación. Además documenta cómo las
medidas del Gobierno violan las convenciones y directrices
internacionales de derechos humanos, en particular las relativas al
personal de la planta y la infancia.
“En las áreas
donde parte del personal de descontaminación está operando, los
niveles de radiación se considerarían una emergencia si estuvieran
dentro de una instalación nuclear. Los trabajadores casi no han
recibido formación, están mal pagados, expuestos a altas
radiaciones, y pueden perder su trabajo si que quejan”, señaló
Raquel Montón de Greenpeace España.
En este sentido,
la organización ecologista considera que los Relatores Especiales de
la ONU están en su derecho de advertir al Gobierno japonés sobre
estos riesgos y violaciones de los derechos humanos (2).
Los principales
hallazgos de la investigación de Greenpeace Japón son:
La radiación en la zona de exclusión y las áreas de evacuación de Namie y Iitate supone un riesgo significativo para el público, incluidos menores. Los niveles varían por encima del máximo recomendado internacionalmente (de 5 a más de 100 veces más) y se mantendrán así durante muchas décadas y hasta el próximo siglo (3).
En la zona de exclusión de Obori en Namie, los niveles de radiación promedio fueron de 4.0 μSv por hora. Tan altos que si un trabajador estuviera allí ocho horas por día durante un año completo, podría recibir una dosis equivalente a más de cien radiografías de tórax.
En un bosque enfrente de un jardín de infancia y una escuela en la ciudad de Namie donde se levantaron las órdenes de evacuación, el nivel de radiación promedio fue de 1.8 μSv por hora. Los 1.584 puntos medidos superaron el objetivo de descontaminación a largo plazo del Gobierno japonés de 0.23 μSv por hora. En el 28% de esta área, la dosis anual para niños podría ser de 1020 veces más alta que la máxima recomendada internacionalmente.
La explotación de los trabajadores es generalizada, incluido el reclutamiento de personas desfavorecidas y sin hogar, no hay capacitación efectiva en protección radiológica, falsificación de la identificación y certificados de salud, y registros oficiales poco confiables.
Este informe de
Greenpeace se publica un mes después de que el Comité de los
Derechos de la Infancia de la ONU emitiera una serie de
recomendaciones condenatorias para el Gobierno nipón que, de
implementarse, pondrían fin a las políticas actuales en Fukushima,
incluida la suspensión del levantamiento de las órdenes de
evacuación, la compensación total a los evacuados, y la plena
aplicación de todas las obligaciones relevantes de derechos humanos
para los evacuados y trabajadores (4).
Notas
- Nuevo informe de Greenpeace Japón: En la primera línea del accidente nuclear de Fukushima: Trabajadores y niños, en inglés.
- Noticias de la ONU, “los expertos de la ONU citan la” posible explotación “de trabajadores contratados para limpiar una planta nuclear japonesa tóxica” (16 de agosto de 2018)
- La exposición máxima recomendada internacionalmente es de 1 mSv por año, que es equivalente al objetivo de descontaminación a largo plazo del gobierno japonés de 0.23 μSv por hora. En 2018, los Relatores Especiales de las Naciones Unidas recomendaron al gobierno japonés que la exposición máxima a la radiación se fijará en 1 mSv por año, incluso para niños, no 20 mSv por año, además de solicitar atención urgente a la explotación de los trabajadores de descontaminación. Ver noticias de la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (16 de agosto de 2018) y (25 de octubre de 2018).
- Comité sobre los Derechos del Niño, Consideración de Japón (1 de febrero de 2019)
Fuente:
Greenpeace recuerda el innecesario riesgo de ampliar la vida de las nucleares, 09/03/19, Greenpeace España.
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