lunes, 11 de marzo de 2019

Greenpeace recuerda el innecesario riesgo de extender la vida de las centrales nucleares

Acción de Greenpeace en la Central Nuclear Embalse, el 11 de marzo de 2013.

11 de marzo, aniversario del accidente de Fukushima. La organización denuncia los engaños del Gobierno japonés a la ONU sobre las consecuencias de Fukushima en la infancia y el personal de la planta. La nueva investigación de Greenpeace desvela altos niveles de radiación dentro y fuera de las zonas de exclusión.

Coincidiendo con el 8º aniversario del accidente de Fukushima (el 11 de marzo) Greenpeace recuerda el riesgo que supone la energía nuclear. Respecto a Fukushima, la organización ha publicado una nueva investigación que revela que el Gobierno japonés está confundiendo deliberadamente a los organismos de derechos humanos de las Naciones Unidas y a los expertos sobre la actual crisis nuclear en las áreas de Fukushima (1).

El informe de Greenpeace Japón, Trabajadores e infancia en Fukushima: en primera línea de la catástrofe, revela altos niveles de radiación en las dos zonas de exclusión y en áreas abiertas, incluso después de los enormes esfuerzos de descontaminación. Además documenta cómo las medidas del Gobierno violan las convenciones y directrices internacionales de derechos humanos, en particular las relativas al personal de la planta y la infancia.

En las áreas donde parte del personal de descontaminación está operando, los niveles de radiación se considerarían una emergencia si estuvieran dentro de una instalación nuclear. Los trabajadores casi no han recibido formación, están mal pagados, expuestos a altas radiaciones, y pueden perder su trabajo si que quejan”, señaló Raquel Montón de Greenpeace España.

En este sentido, la organización ecologista considera que los Relatores Especiales de la ONU están en su derecho de advertir al Gobierno japonés sobre estos riesgos y violaciones de los derechos humanos (2).

Los principales hallazgos de la investigación de Greenpeace Japón son:
La radiación en la zona de exclusión y las áreas de evacuación de Namie y Iitate supone un riesgo significativo para el público, incluidos menores. Los niveles varían por encima del máximo recomendado internacionalmente (de 5 a más de 100 veces más) y se mantendrán así durante muchas décadas y hasta el próximo siglo (3).
En la zona de exclusión de Obori en Namie, los niveles de radiación promedio fueron de 4.0 μSv por hora. Tan altos que si un trabajador estuviera allí ocho horas por día durante un año completo, podría recibir una dosis equivalente a más de cien radiografías de tórax.
En un bosque enfrente de un jardín de infancia y una escuela en la ciudad de Namie donde se levantaron las órdenes de evacuación, el nivel de radiación promedio fue de 1.8 μSv por hora. Los 1.584 puntos medidos superaron el objetivo de descontaminación a largo plazo del Gobierno japonés de 0.23 μSv por hora. En el 28% de esta área, la dosis anual para niños podría ser de 1020 veces más alta que la máxima recomendada internacionalmente.
La explotación de los trabajadores es generalizada, incluido el reclutamiento de personas desfavorecidas y sin hogar, no hay capacitación efectiva en protección radiológica, falsificación de la identificación y certificados de salud, y registros oficiales poco confiables.
Este informe de Greenpeace se publica un mes después de que el Comité de los Derechos de la Infancia de la ONU emitiera una serie de recomendaciones condenatorias para el Gobierno nipón que, de implementarse, pondrían fin a las políticas actuales en Fukushima, incluida la suspensión del levantamiento de las órdenes de evacuación, la compensación total a los evacuados, y la plena aplicación de todas las obligaciones relevantes de derechos humanos para los evacuados y trabajadores (4).

Notas
  1. Nuevo informe de Greenpeace Japón: En la primera línea del accidente nuclear de Fukushima: Trabajadores y niños, en inglés.
  2. Noticias de la ONU, “los expertos de la ONU citan la” posible explotación “de trabajadores contratados para limpiar una planta nuclear japonesa tóxica” (16 de agosto de 2018) 
  3. La exposición máxima recomendada internacionalmente es de 1 mSv por año, que es equivalente al objetivo de descontaminación a largo plazo del gobierno japonés de 0.23 μSv por hora. En 2018, los Relatores Especiales de las Naciones Unidas recomendaron al gobierno japonés que la exposición máxima a la radiación se fijará en 1 mSv por año, incluso para niños, no 20 mSv por año, además de solicitar atención urgente a la explotación de los trabajadores de descontaminación. Ver noticias de la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (16 de agosto de 2018) y (25 de octubre de 2018). 
  4. Comité sobre los Derechos del Niño, Consideración de Japón (1 de febrero de 2019)
Fuente:

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