Según datos de
la FAO, América Latina alberga el 84 % de los bosques
naturales del mundo. No obstante, están amenazados por la
deforestación y la degradación, entre otros peligros.
por Judit Alonso
América Latina
aglutina 935,5 millones de hectáreas forestales, lo que representa
el 46,4% de la superficie total de la región, según datos de la
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la
Agricultura (FAO). Cinco países concentran el 80 % del área total de
bosque, entre ellos, Brasil, que posee más de la mitad de la
superficie boscosa (53 %).
No obstante, la
región perdió 96,9 millones de hectáreas de bosque entre 1990 y
2015, según el informe 'El estado de los bosques', de esa
organización internacional. Durante ese período, solo seis países
latinoamericanos aumentaron su cobertura forestal con respecto a
1990: Chile, Costa Rica, Cuba, Puerto Rico, República Dominicana y
Uruguay. Este último fue el país que más incrementó su cobertura
forestal con un aumento de más del 130 %.
Ello es debido al
sistema político local, que permite contratos de gestión con los
propietarios en las áreas que tienen el mayor potencial para la
producción forestal. “El Estado fomenta el desarrollo de este
sector que proporciona 25.000 empleos directos y se lleva a cabo sin
que ello vaya en detrimento de los bosques nativos. Los bosques
naturales aún representan 850.000 hectáreas del territorio,
mientras que las plantaciones forestales ahora cubren 1.200.000
hectáreas”, apuntó Marta Briones, vocera del European Forest
Institute, en entrevista a DW.
Otros casos de
éxito son Costa Rica y Chile. En Costa Rica, quienes mantengan
bosques en sus propiedades pueden recibir un subsidio para no
utilizar ese territorio para otros fines productivos. En Chile, en
cambio, el gobierno se centró en fomentar la restauración de los
suelos degradados, así como la promoción de plantaciones
forestales.
“El desarrollo
de estos bosques ha venido acompañado por un fuerte desarrollo de
producción de celulosa y de producción de madera para el sector de
la construcción. Los bosques plantados representan solo 2,4 millones
de hectáreas en comparación con los 14,6 millones de hectáreas
cubiertas por bosques naturales. Sin embargo, los bosques plantados
producen el 99 % de la madera extraída en Chile”, recalca Briones.
Bosques en
peligro
Según el
informe, Honduras, Nicaragua, El Salvador, Paraguay, Guatemala y
Argentina fueron los que más perdieron cobertura forestal con
respecto a la que tenían en 1990. Ello se debe a “la conversión
del uso de suelo a otros usos, mayoritariamente la agricultura”
recordó a DW Peter Csoka, portavoz del Día Internacional de los
Bosques, proclamado por la ONU. La deforestación, la degradación y
las prácticas ilegales son otras de las causas de la pérdida de
bosques, agregó.
Aunque desde esa
organización internacional apuntan que la región continúa
perdiendo área forestal, la tasa de pérdida pasó de 4,45 millones
de hectáreas por año entre 1990-2010, a 2,18 millones por año
entre 2010-2015.
“La
agricultura, la ganadería y la urbanización se han mantenido, y la
deforestación sigue. La va haber siempre porque la población va
creciendo y hay que hacer carreteras, pero va desacelerada”,
explicó a DW, Hivy Ortiz, Oficial Forestal para la FAO en América
Latina y El Caribe.
Esta amenaza se
une a otros peligros. “La deforestación es visible, pero la
degradación no, y es difícil de cuantificarla”, alertó apuntando
que no existen datos de la misma. No obstante, destacó algunas
soluciones que se están adoptando para gestionar otras amenazas,
como controles de talas en Centroamérica y la inclusión de los
incendios en programas de manejo forestal en Chile. “Los países en
América Latina están haciendo fuertes esfuerzos y planes de manejo
para buscar la sostenibilidad”, aseguró.
Apuesta alemana
En este esfuerzo,
América Latina, que alberga la mayor cantidad de bosques naturales
del mundo (84%), cuenta con el apoyo de Alemania. Desde 1990, este
país ha estado financiando proyectos de cooperación internacional
en seis de los países que se encuentra el bosque Mesoamericano, uno
de los más importantes de la región, junto al Amazónico, el Andino
y el Bosque Seco.
Según un estudio
de la Fundación Prisma, Alemania aportó 100 millones de dólares a
lo largo de 25 años. “Lo que distingue a Mesoamérica es el
reconocimiento de los pueblos indígenas que existen desde hace
décadas”, apuntó a DW, por su parte, Andrew Davis, Director del
Programa de Bosques y Gobernanza Territorial de la fundación.
Aunque el papel
de los pueblos originarios ha sido reconocido en diversos estudios
que demuestran que en sus territorios se concentran menos tasas de
deforestación, ese argumento no acaba de convencer a los gobiernos.
“No hemos visto que las lecciones aprendidas se hayan incorporado
de manera institucional a la cooperación alemana”, lamentó Davis,
recordando que “tenemos una oportunidad para dar reconocimiento a
los pueblos indígenas”.
Pero Alemania
también está detrás de la financiación de dos programas de
educación forestal que se lanzarán el próximo año, avanzó Csoka.
Con ellos se pretende “ofrecer mayor información a los ciudadanos
de cómo su relación con la naturaleza se está deteriorando debido
al desarrollo tecnológico y a una fuerte urbanización”, dijo.
(CP)
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Fuente:
Judit Alonso, Deforestación y degradación, las mayores amenazas de los bosques en América Latina, 21/03/19, Deutsche Welle.
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