viernes, 22 de febrero de 2019

Promesas y proyectos fallidos

Así estaba el lago San Roque en enero de 2018. Foto: Daniel Cáceres

Todo parece atado a un contexto de postergaciones que se vuelven exasperantes.

Para reflejar los fracasos de los gobernantes de turno en el desafío de sanear el lago San Roque, es oportuno revisar los archivos. Esos registros son útiles para constatar que el tiempo pasa y que muchos proyectos no se traducen en obras imprescindibles para la calidad de vida de la gente.

Los antecedentes son lejanos y difusos. El Comité de Desarrollo Sostenible de la Cuenca del Lago San Roque fue creado en virtud de la ley 7.773, sancionada en marzo de 1989, cuando regía en la provincia el sistema de Legislatura bicameral. Es decir, hace 30 años.

Lo penoso es que el comité nunca entró en acción fáctica y el lago insignia del turismo que llega a Villa Carlos Paz y a gran parte del Valle de Punilla sigue mostrando su peor postal. Casi en estado de putrefacción.

La aparición de algas en distintos sectores del dique es habitual durante los meses de verano.

Una degradación que tiene su raíz en los líquidos cloacales que desembocan en la extensa cuenca que tributa a ese espejo de agua.

De nada sirvieron las denuncias que presentó el municipio de Villa Carlos Paz contra la cooperativa que tiene a su cargo el servicio de agua y de cloacas; tampoco tuvo efecto el recurso de amparo que ventiló en sede judicial una organización no gubernamental preocupada por revertir ese colapso sanitario.

Una cuestión crucial que profundiza la pésima calidad del agua del dique es la demora en la finalización de las redes cloacales en Villa Carlos Paz y en una decena de municipios de esa región serrana.

Las autoridades municipales y provinciales conocen en detalle que las algas se reproducen por la proliferación de fósforo y de nitrógeno, nutrientes que vienen con los líquidos cloacales sin el debido tratamiento químico.

Pero todo parece atado a un contexto de postergaciones que se vuelven exasperantes. Aquella ley de tres décadas atrás tuvo como fin promover las medidas necesarias en bien de “eliminar los factores contaminantes” que afecten a la cuenca hídrica del lago.

Y se articulaba con un dato de rigurosa actualidad: eliminar los factores nocivos que perjudican la salud humana y el ambiente en general.

No es un hecho menor que el 70 por ciento del agua que consumen los vecinos de la ciudad de Córdoba baja del dique San Roque.

Y que mientras los ejecutivos de la ciudad capital y de la provincia compiten en la publicidad sobre obras cloacales para los barrios (emprendimientos de indiscutida necesidad), poco se avanza para purificar el gigantesco foco contaminante que es el lago San Roque.

Fuente:
Promesas y proyectos fallidos, 22/02/19, La Voz del Interior.

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