viernes, 22 de febrero de 2019

El colapso del embalse San Roque

por Carlos Prósperi

La enfermedad del Embalse San Roque se llama “eutrofización”. El término es de origen griego y significa “buena comida”, en relación con la materia orgánica que sirve de alimento a las cianobacterias, organismos microscópicos con caracteres comunes a las bacterias y a las algas.

Estas cianobacterias crecen gracias a los fertilizantes agrícolas y las cenizas que producen los incendios, y sobre todo a los desechos cloacales vertidos en la cuenca del Embalse.

En grandes cantidades dan el color verde y el mal olor al agua. También generan toxinas que, si se ingieren, causan trastornos digestivos, y producen irritación al contacto con la piel. Por eso el Municipio de Carlos Paz prohibió en estos días que la gente se bañe en el San Roque.

Como son organismos fotosintetizantes, los días más largos y las altas temperaturas del verano les ayudan a crecer exponencialmente. Es lo que ocurre todos los veranos, mientras en el invierno baja un poco su concentración. Visto así parecería que es un fenómeno ocasional, pero si se compara cada año, es un proceso que va en constante empeoramiento.

Nuestro primer estudio del problema fue hace más de tres décadas, en 1984, cuando estas cianobacterias apenas estaban apareciendo en las muestras de agua, pero su cantidad fue siendo cada año mayor que el anterior. En 2007, con un subsidio del Ministerio de Salud de la Nación, hicimos un relevamiento de nueve embalses del país con problemas similares, entre ellos el San Roque.

Desde la Secretaría de Ambiente de la Nación promovimos la instalación de aireadores en el cuerpo de agua, dejando en claro que serían sólo una atenuación pero no una solución al problema, y si bien dieron buen resultado por algún tiempo, finalmente se vieron superados.

Y esta crónica de una muerte anunciada finalmente se produjo. Mientras tanto, casi todos los demás embalses, entre ellos Los Molinos, van por el mismo camino que el San Roque. La buena noticia es que toda esta situación es reversible, y todavía podemos soñar con un Embalse a donde ir a nadar, como lo hacíamos en nuestra juventud, siempre que se tomen cuanto antes las medidas correctivas para un efectivo saneamiento de sus aguas.
Carlos Prósperi es docente de la Licenciatura en Gestión Ambiental y Lic. en Higiene y Seguridad Laboral Universidad Blas Pascal
Fuente:
Carlos Prósperi, El colapso del embalse San Roque, 20/02/19, La Voz del Interior. Consultado 22/02/19.

No hay comentarios:

Publicar un comentario