Al menos 2
millones de hectáreas del Norte y del Litoral del país están
inundadas. Son áreas sembradas, con ganado y hasta habitadas. La
situación lleva más de dos semanas, registró cuatro muertos, sumó
6.000 evacuados y es tan grave que el viernes el Gobierno declaró la
“emergencia y desastre agropecuario” en Santa Fe, Corrientes,
Chaco y Santiago del Estero.
Las lluvias
abundantes y consecutivas son el principal factor. Pero no el único:
la característica inundable de la zona, el aumento de la temperatura
que registra el norte del páis, la pérdida de bosques y el uso
productivo de terrenos inundables hacen que un fenómeno natural sea
más extremo y genere consecuencias graves. En esta nota te contamos
por qué se inundó esta región del país.
1. Lluvias
extremas cada vez más extremas
En muchas zonas
de estas provincias llovieron 500 milímetros en 15 días. “Son
zonas donde caen alrededor de 1.200 milímetros en un año”,
explica Miguel Taboada, director del Instituto de Investigación del
Suelo del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
Fueron además
lluvias extremas. “Que llueva 10 días seguidos es normal para la
región y también que sean precipitaciones por arriba del promedio.
Pero lo que ocurre, y es mi principal hipótesis, es que el
calentamiento global hace el proceso más extremo y con más chances
de que las lluvias sean más abundantes”, completa Carolina Vera,
especialista del Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera y
vicepresidenta del Panel Intergubernamental de Cambio Climático.
Así opera el
calentamiento global a grandes rasgos: una atmósfera más caliente
puede almacenar más vapor de agua (que es el agua en estado gaseoso)
y en consecuencia, cuando se enfría, formar más gotas y más
lluvia. Y en esa región, como en gran parte del país, la
temperatura subió entre 0,5 °C y 1 °C en los últimos 50 años.
“Por eso
decimos que el factor principal que explica lo que está ocurriendo
es que llueve mucho en poco tiempo. Es decir, la región está
sufriendo los efectos de eventos climáticos cada vez más extremos”,
concluye Taboada.
Un tweet del
Servicio Meteorológico Nacional (SMN) muestra las lluvias acumuladas
hasta el 18 de enero en tres ciudades y sirve como muestra de lo que
explican dos de los principales investigadores que tiene el país
para analizar el fenómeno de las inundaciones.
RÉCORDS DE PRECIPITACIÓN 🌧️— SMN Argentina (@SMN_Argentina) 18 de enero de 2019
En lo que va del mes, 3 localidades batieron el récord histórico de precipitación para enero.
👉Resistencia: 540.3 mm
👉Paso de los Libres: 568.4 mm
👉Monte Caseros: 559.8 mm#lluvias #SMN #atentosaltiempo pic.twitter.com/7W2QvEYPm6
Para entender lo
extremas que son las lluvias también ayuda comparar lo que llovió
entre el 1° y el 18 de enero pasado con las precipitaciones promedio
de todo el mes de enero en estas tres ciudades entre 1981-2010, según
el SMN:
Para Resistencia
(Chaco) es de de 158,5 mm; para Paso de los Libres (Corrientes) es de
130,9 mm; y para Monte Caseros (Corrientes) es de 154,1 mm. Es decir
que las lluvias de este enero cuadruplican los promedios históricos.
Por último, en
este mapa que hizo el INTA se pueden ver las lluvias acumuladas hasta
el 24 de enero y cómo se produce una gran concentración de
precipitaciones en el noreste del país:
“Para
determinar con exactitud si lo que ocurre en esta región es
consecuencia del cambio climático habrá que hacer estudios
posteriores, pero lo que sí podemos afirmar con seguridad es que
estas zonas tenderán a inundar más seguido y más fuerte”,
sostiene Carlos Gentile, secretario de Cambio Climático de la
Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación.
En la misma
línea, el Sistema de Mapas de Riesgo del Cambio Climático que
elaboró su área advierte que el Noroeste y el Litoral son las
regiones que en un escenario de emisiones de gases de efecto
invernadero tal como el actual tendrán de aquí al 2039 cada vez más
días de lluvia con más de 20 mm de precipitaciones.
2. Una región
naturalmente baja convertida en una trampa
El mapa de
lluvias muestra que las precipitaciones fueron más intensas en el
norte de Santa Fe, sudeste de Chaco y el este de Santiago del Estero.
“Son los bajos submeridionales, que por ser tierras bajas y con
poca pendiente, tienen muy poca capacidad de evacuar los excedentes
de agua”, describe Taboada.
En las últimas
décadas, pero principalmente en los ‘90, se construyeron canales
de desagüe para reducir anegamientos, obras que son insuficientes y
que de hecho el Gobierno nacional intenta complementar. Pero también
hubo desmontes para introducir principalmente ganado.
La Bolsa de
Comercio de Rosario también destaca que la zona es inundable durante
los períodos húmedos como el de este enero, convirtiéndose en una
trampa para los productores y miles de vacas. De hecho, así lo
expuso en este video la radio santafecina LT10:
#InundacionesEnElNorteSantafesino | Así son los dramáticos rescates de la hacienda en los campos inundados de #LasGarzas ► https://t.co/GckcynR5YN— LT10 (@radiolt10) 10 de enero de 2019
[Vía @CARSFEprensa ] pic.twitter.com/X9zXLGn6wY
La otra provincia
muy afectada por las inundaciones es Corrientes, donde justamente el
26 % de su superficie son humedales. Es decir, áreas que se inundan
de manera permanente o intermitentemente, según las condiciones
climáticas. “La característica de los humedales es justamente que
retienen el agua”, advierte Taboada.
Sin embargo, y
como muestra en la página 66 el último Informe del Estado del
Ambiente de la Secretaría de Gobierno de la Nación, en gran parte
de los humedales de Corrientes se realiza ganadería extensiva.
3. Si talamos los
bosques, la lluvia lastima
Gran parte del
agua que se acumuló en el norte de Santa Fe, bajó de Chaco y
Santiago del Estero. “¿Qué hubiese pasado si los bosques nativos
de esas dos provincias hubiesen sido preservados?”, se pregunta
Enrique Maurtua, a cargo del área
de cambio climático de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales
(FARN).
Maurtua sabe la
respuesta: muchísima menos agua hubiese llegado a Santa Fe: “Un
árbol absorbe agua del suelo, pero durante una tormenta retiene
mucha agua en sus ramas y hojas”.
El INTA lo
grafica con números contundentes: el monte nativo absorbe 300
milímetros de agua por hora; una pastura convencional (donde hay
ganado), 100 milímetros; y una campo con soja, apenas 30 milímetros
por hora.
Lo cierto es que
Santiago del Estero y Chaco pierden superficie de bosques desde hace
décadas. Sólo en los últimos 10 años, desmontaron 1.026.677
hectáreas en Santiago del Estero y 404.896 hectáreas en Chaco,
según el último monitoreo de bosques nativos que hace la Secretaría
de Gobierno de Ambiente y Desarrollo Sustentable.
Junto con Salta
son las provincias más afectadas por la deforestación. Y la razón
es común a las tres provincias: esos bosques son reemplazados
principalmente por cultivos de soja o para hacer ganadería.
4. Cambio de uso
del suelo y obras hídricas insuficientes
La mayoría de
las hectáreas bajo el agua son áreas que históricamente se
inundaban o lo siguen haciendo. Pero como lo fuimos contando en esta
nota, esos suelos se fueron modificando para hacer cultivos,
introducir ganado o construir viviendas.
Esto es
justamente lo que hace que las inundaciones de este enero sean
graves. Porque donde sólo había vegetación y animales adaptados a
ese ecosistema, ahora hay cultivos que se pierden si quedan bajo el
agua, vacas que se ahogan y familias que deben ser evacuadas.
Incluso hay rutas
que permiten llegar hasta alguno de estos lugares hoy inundados que
agravan la situación: “La ruta 30 (tiene unos 120 kilómetros y
recorre los bajos submeridionales) no tiene alcantarillas y cuando la
zona se inunda funciona como una represa que no deja escurrir el agua
y complica la situación”, advierte Taboada.
Esta combinación
hace que todo sea más grave. “Somos vulnerables a estas
inundaciones principalmente por dos aspectos. En primer lugar, por
todo lo que tenemos en esas zonas históricamente inundables. Y en
segundo lugar por lo preparados o no que estamos para minimizar esas
inundaciones”, reflexiona Maurtua, de FARN.
Este tweet de la
Red de Emergencias de Rosario muestra cómo algunas obras operan como
diques que contienen el agua y no dejan que escurra naturalmente:
Grave situación en el norte de #SantaFe llevan 800mm de lluvia @SMN_Argentina @TDLtiempo @DARIOGURVICH @TormentasArgent @leodelga2 pic.twitter.com/wuxTwfqeVk— red de emergencias (@emergenciasAR) 7 de enero de 2019
Qué hizo la
Argentina para estar prevenida o minimizar el impacto
Para Pablo
Bereciartua, secretario de Infraestructura y Política Hídrica de la
Nación, en las últimas décadas faltó inversión y planificación
en las obras para evitar inundaciones.
“Dentro del
Plan del Agua, uno de los ejes son las obras de adaptación al cambio
climático y tenemos una inversión comprometida de U$S 10.000
millones. Dentro de ese monto, estamos trabajando en 500 kilómetros
de canalizaciones por U$S 2.000 millones”, detalla Bereciartua y
remarca que en febrero del año pasado se creó un comité integrado
por Santa Fe, Chaco y Santiago del Estero para definir las obras
prioritarias en la región.
Gentile,
secretario de Cambio Climático, remarca la importancia de trabajar
sobre políticas de uso del suelo de una manera más coordinada entre
las provincias. En ese sentido, desde su área trabajan en un
Evaluación Ambiental Estratégica en la región del Parque Chaqueño,
lo que ayudará a entender qué cambios en el uso del suelo deben
evitarse y cuáles deben intentar revertirse.
El área de
Cambio Climático de Nación también trabaja en la elaboración de
proyectos específicos para adaptar ciudades al cambio climático.
Uno de ellos es el que busca trabajar sobre poblaciones cercanas a
costa del Río Uruguay. Se trata de un plan binacional ya que
trabajará sobre Federación, Concordia, Colón, Concepción del
Uruguay, Gualeguaychú, Islas del Ibicuy, San José, Villa Paranacito
y El Palmar, en Entre Ríos, pero también en Salto, Paysandú, Río
Negro y Artigas, del lado uruguayo.
Finalmente, el
plan de contar con una ley de humedales que preserve esos ecosistema
y determine a nivel nacional qué se puede hacer sobre esas áreas
también es fundamental para evitar que el problema lejos de
mitigarse se agrave con el establecimiento de más familias o
producciones en zonas inundables. Pero esa norma aún no logró el
consenso necesario para ser aprobada en el Congreso.
Fuente:
Javier Drovetto, ¿La naturaleza o el hombre? Las verdaderas razones detrás de las inundaciones, 29/01/19, Redacción.
La obra de arte que ilustra esta entrada es "Vaches traversant la Lys" de Emile Claus.
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