martes, 19 de febrero de 2019

Hacia una gestión sustentable del agua


El gran desarrollo de Córdoba combinado con otros factores han causado un impacto visible en el macrodrenaje de la ciudad.

por Carlos Gastón Catalini

Intensidad, duración y recurrencia son los tres términos que se utilizan para definir la “lluvia de diseño” y, por lo tanto, dimensionar las obras hidráulicas que deberán afrontar los caudales generados por las precipitaciones.

En el caso particular de nuestra región, referentes internacionales han considerado a nuestras tormentas entre las más severas a nivel mundial. Para entenderlo basta mencionar el Proyecto Relámpago.

Cuando los efectos de estos eventos (amenazas) se producen en áreas urbanas, su riesgo aumenta de manera notable. Entonces, resulta vital que se lleve adelante un análisis del sistema de escurrimiento urbano como un todo, a diferencia de la concepción clásica que postulaba que “el mejor sistema de drenaje es aquel que retira el agua excedente de la manera más rápida posible de su lugar de origen”.

El acelerado desarrollo urbano de la ciudad de Córdoba y su área metropolitana, que en su momento fue pionera en política de regulación hídrica, en combinación con los factores antes indicados, ha causado un impacto visible en el macrodrenaje de la ciudad.

Es por ende necesario un cambio de enfoque hacia la gestión sustentable del agua, que considere el ciclo hidrológico como un todo y se proponga un abordaje no de manera aislada, sino como un problema complejo que debe ser analizado de manera interdisciplinaria, con la finalidad de dimensionar de forma adecuada la infraestructura del agua.

Esta infraestructura debe poseer como principios básicos que las medidas que se planteen no pueden reducir un impacto en un área en detrimento de otra, es decir, los impactos no pueden ser transferidos.

Las medidas de control deben involucrar medidas estructurales y no estructurales que difícilmente sean desasociadas. Las medidas no estructurales, van desde la zonificación hasta la retención/almacenamiento de excedentes en la fuente, minimizando el impacto sobre el sistema de drenaje existente. Como ejemplos se pueden mencionar, techos verdes, asfaltos porosos y almacenamiento para su posterior uso (como tanques para riego) que en ciertos casos son fomentados mediante incentivos fiscales al ciudadano.

El cambio hacia un enfoque de gestión sustentable del agua -que se enfrenta a obstáculos tales como barreras institucionales y culturales- trata de reproducir el ciclo hidrológico previo a la urbanización, minimizando el impacto del desarrollo urbanístico, que aumenta las superficies impermeables y hace que el escurrimiento se contamine de las deposiciones que tienen lugar en el suelo urbano.

Su objetivo es minimizar los impactos del desarrollo urbanístico en cuanto a la cantidad y a la calidad (en origen, durante su transporte y en su reposición a cursos naturales), así como maximizar la integración paisajística, el valor social y ambiental.

Carlos Gastón Catalini es doctor en ingeniería, docente e investigador UCC.

Fuentes:
Carlos Gastón Catalini, Hacia una gestión sustentable del agua, 17/02/19, La Voz del Interior. Consultado 19/02/19.
La obra de arte que ilustra esta entrada es "Puente sobre calle Belgrano", una xilografía de Alberto Nicasio que muestra el arroyo La Cañada, ciudad de Córdoba, a principios de siglo XX. El encauzamiento de este arroyo, realizado en 1944, se convirtió en un ícono de la ciudad.

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