¿Las escuelas
están enseñando a sus alumnos las habilidades necesarias para
entender y enfrentar el cambio climático? Algunos escolares alemanes
no lo creen así y están tratando de cambiar su plan de estudios.
por Jennifer
Collins y Louise Osborne
Victoria Bederov
inclina la cabeza hacia un lado y considera la pregunta por un
momento. ¿Qué piensa una alumna berlinesa de 18 años sobre la
educación climática en las escuelas alemanas?
"Lamentablemente,
la educación sobre el clima es horrible”, afirma contundentemente.
Sus compañeras de clase, Alina Runk, de 19 años, y Leonie
Brockmann, de 18, asienten con la cabeza.
Las tres cursan
su último año de secundaria en la escuela privada Kant de Berlín.
Creen que el sistema educativo no está dotando a los niños y
adolescentes de las aptitudes necesarias para hacer frente al cambio
climático, algo que consideran una grave amenaza para su futuro.
"No se trata
solo del aprendizaje sobre el cambio climático, sino de nuestra
propia supervivencia”, dice Bederov. "No es suficiente que el
sistema educativo diga que la respuesta es reciclar y cambiar las
bombillas”, añade.
Sin embargo,
precisamente, estas sugerencias son las que aparecen en los libros de
texto de la escuela secundaria cuando se trata de reducir las
emisiones de CO2, según las escolares. No solo en Alemania, sino
también en otros países.
No obstante,
estas medidas tienen un efecto mucho menor en las emisiones que una
vida sin vehículo propio o la decisión de viajar menos en avión,
añade Bruce Phillips, maestro de biología de las tres jóvenes.
"Todos (los
estudiantes) conocen los problemas”, dice Phillips. "Pero no
saben qué hacer para reducir realmente su propia huella de carbono.
En estos momentos, los estamos preparando para que hagan todo lo
contrario".
Runk, Brockmann y
Bederov exigen que cambie esta situación. Para ello se han impuesto
la misión de actualizar el currículo alemán del futuro.
Activismo
estudiantil
Las escolares
comenzaron replicando un estudio de la revista científica sobre
medio ambiente Environmental Research Letters, que analiza los
diferentes escenarios posibles para que los individuos reduzcan las
emisiones de CO2, así como la frecuencia con que aparecen en los
libros de texto de ciencias en Canadá.
Los autores
encontraron que decisiones como la de vivir sin automóvil, que
ahorra el equivalente a 2,4 toneladas de emisiones de CO2 al año,
constituía apenas el cuatro por ciento de las acciones recomendadas
en los diez libros de texto de ciencias canadienses que examinaron.
Una familia en el mundo desarrollado que optara por tener un hijo
menos ahorraría, 58,6 toneladas de CO2 al año, pero esta opción
nunca fue citada. Por lo contrario, las soluciones de bajo impacto
aparecían con mucha más frecuencia.
Las tres
escolares y su profesor examinaron el aspecto de los libros de texto
de geografía, química y biología destinados a niños de 11 a 18
años en el Reino Unido, Alemania, Francia, Estados Unidos y
Australia, y llegaron a la misma conclusión. Algunas de las
soluciones propuestas en los libros no habían sido actualizadas en
los últimos 25 años, según Phillips.
Son conscientes
de que sugerencias como tener menos hijos son controvertidas. Pero
quieren presionar a los departamentos de educación para que incluyan
estas ideas en sus planes de estudio para que los alumnos conozcan
las opciones y las discutan críticamente.
"Realmente
debería de tratarse como un tema más de educación”, dice
Brockmann. "Por supuesto, no de una manera radical, en términos
de `no deberías de tener hijos´. Pero tenemos que favorecer que los
jóvenes tomen decisiones de forma consciente en el futuro.
Para lograr su
objetivo, las alumnas se han dirigido directamente a los editores de
libros de texto y a los políticos. Piden un cambio en el plan de
estudios a fin de incluir soluciones de mayor impacto para el cambio
climático, no solo en Berlín, sino en toda Alemania.
Sistema escolar
descentralizado
Cambiar el plan
de estudios en cualquier país es una tarea ardua. La cantidad de
enseñanza sobre el clima y el medio ambiente que recibe un escolar
depende en gran medida de la prioridad que se le otorgue a ese tema
en su escuela, o el interés de un profesor concreto, o de la
autoridad estatal o local a cargo de su sistema educativo. El sistema
educativo de Alemania, por ejemplo, está muy descentralizado, y cada
uno de los 16 estados federados establece su propio plan de estudios.
"En Alemania
cada Estado Federado tiene autonomía de decisión”, explica Jonas
Andreasen Lysgaard, profesor asociado de la Escuela Danesa de
Educación. "Así que un cambio en el plan de estudios es un
proceso muy lento. El currículo es tradicionalmente una criatura muy
lenta, lo que se hace aún más obvio con un tema como el cambio
climático”.
Esto no solo es
un problema en Alemania, según Lysgaard. En Dinamarca, donde se
centra la mayor parte de su investigación, las autoridades
municipales son responsables de las escuelas. Por lo tanto, si una
autoridad local hace del cambio climático una prioridad, será más
fácil para una escuela integrarlo en su temario. "De lo
contrario, puede que solo se centren en el cambio climático durante
una semana al año. A nivel político, estamos bastante atrasados”,
lamenta.
Otro desafío es
dotar a los maestros, que ya están desbordados, de las habilidades
necesarias para enseñar adecuadamente sobre el cambio climático en
un "currículo abarrotado” que, según los críticos, ya
sobrecarga a los estudiantes y profesores con demasiadas asignaturas.
Nuevas formas de
enseñar
Lysgaard y muchos
de sus colegas coinciden en que el cambio climático no solo es una
cuestión científica, sino que también afecta a muchas otras áreas.
Por ejemplo, si se clasificara socialmente, sería más fácil para
los estudiantes comprender mejor la complejidad del problema y sus
implicaciones.
"Ellos son
la generación del clima”, destaca Angus MacKay, director de la
Asociación para el Aprendizaje sobre el Cambio Climático de la ONU
(UN CC:Learn) a DW. "Ellos son quienes necesitan más ayuda, y
lo que yo llamo una comprensión intuitiva del cambio climático”.
MacKay espera que este entendimiento ayude a la próxima generación
a desarrollar soluciones efectivas para abordar el cambio climático.
MacKay y UN
CC:Learn están trabajando en un proyecto piloto en el Reino Unido
con la compañía de recursos educativos Harwood Education para
introducir la enseñanza del cambio climático en materias de
literatura y matemáticas en 80 escuelas durante este año.
"Los
maestros en el Reino Unido están muy ocupados”, afirma Melanie
Harwood, cofundadora de Harwood Education. "Por eso reciben
lecciones creadas de antemano”, explica. Las lecciones se ofrecen a
los niños a través de tabletas. Si el proyecto piloto tiene éxito,
Harwood espera presentar el programa también a otras escuelas.
Algunas escuelas
alemanas también han tomado la iniciativa de promover un espíritu
medioambiental que abarque todos los aspectos. Un ejemplo es la
escuela secundaria de Hagenbeck, en el noreste de Berlín. Aquí, los
estudiantes aprenden sobre biodiversidad y vida sostenible, así como
sobre cómo cultivar un huerto. Tareas como medir bancales elevados
para el huerto son parte de las clases de matemáticas.
Mientras esperan
que el plan de estudios del resto de la ciudad se ponga al día,
Runk, Brockmann y Bederov animan a sus compañeros a que tomen
medidas y pidan a sus maestros y escuelas que encuentren formas de
incluir el cambio climático en los planes de estudio.
Las tres alumnas
dieron charlas en la cumbre sobre el clima de las Naciones Unidas de
diciembre de 2018. Para difundir su mensaje, están haciendo campaña
a través de las redes sociales, y han participado en las huelgas
escolares por el clima, una iniciativa estudiantil a favor de la
protección del clima que está teniendo lugar en todo el mundo,
faltando con ello a clase para pedir a los líderes mundiales que
hagan más para luchar contra el cambio climático.
"Como
estudiantes, tenemos una gran influencia en nuestras comunidades”,
afirma Bederov. "Es importante saber de qué estamos hablando y
transmitir ese conocimiento. Después de todo, todos estamos en el
mismo barco”, concluye.
Fuente:
Jennifer Collins, Louise Osborne, Escolares berlineses se movilizan para incluir el cambio climático en los planes de estudio, 05/02/19, Deutsche Welle.
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