sábado, 23 de febrero de 2019

El estado del agua en el dique San Roque es crítico

Desde el municipio de Villa Carlos Paz reconocen que la situación es “grave” por la presencia de algas y de cianobacterias. Especialistas piden que avancen las obras de saneamiento en las localidades de la cuenca.

por Fernando Agüero

El peligro inminente de que se repita la crisis de las algas de 2017 en pleno Centro de la ciudad es el principal temor de las autoridades de Villa Carlos Paz. Los episodios de floraciones de algas verdeazuladas en distintos sectores del lago San Roque fueron una constante en un verano en el que las temperaturas altas y el ingreso de nutrientes para las cianobacterias, a partir del volcamiento de líquidos cloacales a la cuenca del embalse, no cesaron.

Desde la semana pasada se intensificaron los trabajos entre los puentes Central y Cassaffousth, donde los operarios del municipio y de la Patrulla del Río y la Policía Ambiental extrajeron algas con camiones atmosféricos y un sistema de separación para llevar el material hacia la costa para poder sacarlo. El mismo procedimiento se realizó en la zona de El Diquecito y de playa Perelli, más al oeste del embalse.

Un verano complicado

A mediados de diciembre, las imágenes de peces muertos sobre un manto verde en la superficie del San Roque alertaron a las autoridades y preocuparon a los vecinos de Costa Azul, uno de los barrios del norte de la ciudad, cercano al paredón del dique.

En enero, el intendente Esteban Avilés denunció penalmente a la Cooperativa Integral, prestataria del servicio de agua y cloacas, por el volcamiento de líquidos sin tratamiento desde la planta ubicada en el mismo barrio. El secretario de Salud del municipio, Rubén López, dijo que la prestataria había cometido un “atentado contra la salud pública”.

Ayer, el funcionario le dijo a La Voz que el boom de algas que se observa en el embalse es grave. “Está en el peor momento porque hace cuatro días que tenemos afloramientos muy fuertes de cianobacterias que están en tres o cuatro lugares específicos”, dijo López, quien acotó que, al estar sectorizadas, es posible extraerlas de la superficie del lago. Especialistas califican el estado de las aguas de “crítico”.

El secretario de Salud señaló que se conjugaron factores climáticos, como el intenso calor y el escaso viento, que reducen la oxigenación en el agua. El funcionario admitió que las tareas que se llevan adelante entre el municipio y la Provincia son paliativas. La contextura de las algas permite que sean retiradas del lago con camiones atmosféricos. “Forman una pasta de 5 a 10 centímetros”, explicó, y añadió: “El secreto está en sacarlas antes de que se tornen azules, porque allí es cuando emanan el olor y la toxina”.

López reiteró que el problema de fondo sólo se solucionará cuando se termine la obra de cloacas en la ciudad y cuando los municipios de la cuenca tengan sus plantas de tratamiento. Las cianobacterias y las algas se reproducen por la proliferación de fósforo y de nitrógeno, nutrientes que vienen con los líquidos cloacales no tratados, el sobrepastoreo en las Altas Cumbres y las cenizas de los incendios forestales que caen en la cuenca.

Su proliferación provoca la eutrofización del embalse, la falta de oxígeno que tiene como consecuencia en muchos casos la mortandad de peces y la toxicidad del agua. Este verano, el municipio alertó a turistas y a vecinos de que no tengan contacto con el agua en los sectores en los que se hace evidente la presencia de algas.

Un problema con historia

La denuncia presentada por una ONG en 2013 hizo que la Justicia le diera curso a un amparo ambiental que derivó en la conformación del Comité de Cuenca del lago San Roque, creado por ley en 2000 pero que nunca funcionó. Ese amparo causó una serie de acciones que se diluyeron cuando la Justicia determinó que los pasos prometidos lo hacían carecer de sentido.

Sin cloacas, no hay posibilidades de sanearlo

La presencia de materia orgánica, principalmente por la falta de cloacas en la cuenca, es la causa de la proliferación de cianobacterias y de algas que dan esa coloración al dique San Roque, además de malos olores.

Este proceso se llama eutrofización y ya es el estado natural del San Roque. El problema es que en verano, e incluso hasta mayo, el dique emblema de Córdoba alcanza una hipereutrofización.

El incremento de nutrientes provenientes de vertidos de efluentes cloacales sin tratar o con escaso tratamiento, el aporte de suelo con contenido de plaguicidas, fertilizantes y las cenizas provenientes de incendios, junto con las altas temperaturas, favorecen el desarrollo de las cianobacterias”, explicó Claudia Daga, docente e investigadora de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).

El Centro de la Región Semiárida del Instituto Nacional del Agua (Cirsa-INA) realiza un monitoreo mensual de la salud del San Roque. El último informe, realizado el 29 de enero pasado, indica que su situación es “crítica”.

La transparencia del agua está por debajo de la media en la mayor parte del embalse producto de la floración de cianobacterias y en desembocaduras por crecidas de los ríos”, concluye el trabajo.

Y señala que el lago tampoco está en condiciones de poder reponer los niveles de oxígeno, por lo que es probable que ocurran eventos de mortandad de peces. En enero de 2018 también estuvo en estado crítico.

De los últimos 13 meses monitoreados, sólo alcanzó un estado “normal” de mayo a septiembre. En el resto de los meses, la salud del lago fue categorizada como “regular” o “crítica”.

Daga detectó la presencia de microorganismos potencialmente peligrosos para la salud. Entre ellas, la más preocupante es Microcystis aeruginosa, que es la que causa los colores verdeazulados y el mal olor en el lago San Roque. Pero además es toxigénica para el ser humano.

La experta aclaró que las plantas potabilizadoras están equipadas para filtrar esta contaminación, pero que el problema sanitario más grave se da con las poblaciones que aún consumen agua en forma directa (sin potabilizar) del dique. También advirtió que bañarse en esas aguas puede provocar dermatitis.

La planta Suquía trabaja sin problemas

Aguas Cordobesas afirma que el agua se puede potabilizar.

El 70 % del agua potable que consumen los habitantes de Córdoba capital proviene del dique San Roque. El agua cruda que llega desde el lago es potabilizada por Aguas Cordobesas en la planta Suquía. “La planta está preparada para potabilizar el agua cruda que llega a la toma de La Calera. Actualmente opera en forma totalmente normal. Las condiciones de salida del agua de la planta son las normales”, le dijo ayer a La Voz Cristina Barrientos, vocera de Aguas Cordobesas. “La proliferación de algas en el agua cruda es habitual en esta época del año. No obstante, monitoreamos permanentemente la calidad del agua desde que ingresa a la planta y en todo el proceso de potabilización”, señaló la responsable de comunicaciones de Aguas Cordobesas. “Queremos llevarle tranquilidad a la población respecto de que toda el agua que llega a los hogares está en perfecto estado de potabilización y que es apta para el consumo humano”, aseguró Barrientos. Debido a las altas temperaturas, el consumo de agua potable en la ciudad se ha incrementado y ronda hoy los 370 litros diarios por persona.

Fuente:
Fernando Agüero, El estado del agua en el dique San Roque es crítico, 20/02/19, La Voz del Interior.

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