Desde el
municipio de Villa Carlos Paz reconocen que la situación es “grave”
por la presencia de algas y de cianobacterias. Especialistas piden
que avancen las obras de saneamiento en las localidades de la cuenca.
por Fernando
Agüero
El peligro
inminente de que se repita la crisis de las algas de 2017 en pleno
Centro de la ciudad es el principal temor de las autoridades de Villa
Carlos Paz. Los episodios de floraciones de algas verdeazuladas en
distintos sectores del lago San Roque fueron una constante en un
verano en el que las temperaturas altas y el ingreso de nutrientes
para las cianobacterias, a partir del volcamiento de líquidos
cloacales a la cuenca del embalse, no cesaron.
Desde la semana
pasada se intensificaron los trabajos entre los puentes Central y
Cassaffousth, donde los operarios del municipio y de la Patrulla del
Río y la Policía Ambiental extrajeron algas con camiones
atmosféricos y un sistema de separación para llevar el material
hacia la costa para poder sacarlo. El mismo procedimiento se realizó
en la zona de El Diquecito y de playa Perelli, más al oeste del
embalse.
Un verano
complicado
A mediados de
diciembre, las imágenes de peces muertos sobre un manto verde en la
superficie del San Roque alertaron a las autoridades y preocuparon a
los vecinos de Costa Azul, uno de los barrios del norte de la ciudad,
cercano al paredón del dique.
En enero, el
intendente Esteban Avilés denunció penalmente a la Cooperativa
Integral, prestataria del servicio de agua y cloacas, por el
volcamiento de líquidos sin tratamiento desde la planta ubicada en
el mismo barrio. El secretario de Salud del municipio, Rubén López,
dijo que la prestataria había cometido un “atentado contra la
salud pública”.
Ayer, el
funcionario le dijo a La Voz que el boom de algas que se observa en
el embalse es grave. “Está en el peor momento porque hace cuatro
días que tenemos afloramientos muy fuertes de cianobacterias que
están en tres o cuatro lugares específicos”, dijo López, quien
acotó que, al estar sectorizadas, es posible extraerlas de la
superficie del lago. Especialistas califican el estado de las aguas
de “crítico”.
El secretario de
Salud señaló que se conjugaron factores climáticos, como el
intenso calor y el escaso viento, que reducen la oxigenación en el
agua. El funcionario admitió que las tareas que se llevan adelante
entre el municipio y la Provincia son paliativas. La contextura de
las algas permite que sean retiradas del lago con camiones
atmosféricos. “Forman una pasta de 5 a 10 centímetros”,
explicó, y añadió: “El secreto está en sacarlas antes de que se
tornen azules, porque allí es cuando emanan el olor y la toxina”.
López reiteró
que el problema de fondo sólo se solucionará cuando se termine la
obra de cloacas en la ciudad y cuando los municipios de la cuenca
tengan sus plantas de tratamiento. Las cianobacterias y las algas se
reproducen por la proliferación de fósforo y de nitrógeno,
nutrientes que vienen con los líquidos cloacales no tratados, el
sobrepastoreo en las Altas Cumbres y las cenizas de los incendios
forestales que caen en la cuenca.
Su proliferación
provoca la eutrofización del embalse, la falta de oxígeno que tiene
como consecuencia en muchos casos la mortandad de peces y la
toxicidad del agua. Este verano, el municipio alertó a turistas y a
vecinos de que no tengan contacto con el agua en los sectores en los
que se hace evidente la presencia de algas.
Un problema con
historia
La denuncia
presentada por una ONG en 2013 hizo que la Justicia le diera curso a
un amparo ambiental que derivó en la conformación del Comité de
Cuenca del lago San Roque, creado por ley en 2000 pero que nunca
funcionó. Ese amparo causó una serie de acciones que se diluyeron
cuando la Justicia determinó que los pasos prometidos lo hacían
carecer de sentido.
Sin cloacas, no
hay posibilidades de sanearlo
La presencia de
materia orgánica, principalmente por la falta de cloacas en la
cuenca, es la causa de la proliferación de cianobacterias y de algas
que dan esa coloración al dique San Roque, además de malos olores.
Este proceso se
llama eutrofización y ya es el estado natural del San Roque. El
problema es que en verano, e incluso hasta mayo, el dique emblema de
Córdoba alcanza una hipereutrofización.
“El incremento
de nutrientes provenientes de vertidos de efluentes cloacales sin
tratar o con escaso tratamiento, el aporte de suelo con contenido de
plaguicidas, fertilizantes y las cenizas provenientes de incendios,
junto con las altas temperaturas, favorecen el desarrollo de las
cianobacterias”, explicó Claudia Daga, docente e investigadora de
la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la
Universidad Nacional de Córdoba (UNC).
El Centro de la
Región Semiárida del Instituto Nacional del Agua (Cirsa-INA)
realiza un monitoreo mensual de la salud del San Roque. El último
informe, realizado el 29 de enero pasado, indica que su situación es
“crítica”.
“La
transparencia del agua está por debajo de la media en la mayor parte
del embalse producto de la floración de cianobacterias y en
desembocaduras por crecidas de los ríos”, concluye el trabajo.
Y señala que el
lago tampoco está en condiciones de poder reponer los niveles de
oxígeno, por lo que es probable que ocurran eventos de mortandad de
peces. En enero de 2018 también estuvo en estado crítico.
De los últimos
13 meses monitoreados, sólo alcanzó un estado “normal” de mayo
a septiembre. En el resto de los meses, la salud del lago fue
categorizada como “regular” o “crítica”.
Daga detectó la
presencia de microorganismos potencialmente peligrosos para la salud.
Entre ellas, la más preocupante es Microcystis aeruginosa, que es la
que causa los colores verdeazulados y el mal olor en el lago San
Roque. Pero además es toxigénica para el ser humano.
La experta aclaró
que las plantas potabilizadoras están equipadas para filtrar esta
contaminación, pero que el problema sanitario más grave se da con
las poblaciones que aún consumen agua en forma directa (sin
potabilizar) del dique. También advirtió que bañarse en esas aguas
puede provocar dermatitis.
La planta Suquía
trabaja sin problemas
Aguas Cordobesas
afirma que el agua se puede potabilizar.
El 70 % del agua
potable que consumen los habitantes de Córdoba capital proviene del
dique San Roque. El agua cruda que llega desde el lago es
potabilizada por Aguas Cordobesas en la planta Suquía. “La planta
está preparada para potabilizar el agua cruda que llega a la toma de
La Calera. Actualmente opera en forma totalmente normal. Las
condiciones de salida del agua de la planta son las normales”, le
dijo ayer a La Voz Cristina Barrientos, vocera de Aguas Cordobesas.
“La proliferación de algas en el agua cruda es habitual en esta
época del año. No obstante, monitoreamos permanentemente la calidad
del agua desde que ingresa a la planta y en todo el proceso de
potabilización”, señaló la responsable de comunicaciones de
Aguas Cordobesas. “Queremos llevarle tranquilidad a la población
respecto de que toda el agua que llega a los hogares está en
perfecto estado de potabilización y que es apta para el consumo
humano”, aseguró Barrientos. Debido a las altas temperaturas, el
consumo de agua potable en la ciudad se ha incrementado y ronda hoy
los 370 litros diarios por persona.
Fuente:
Fernando Agüero, El estado del agua en el dique San Roque es crítico, 20/02/19, La Voz del Interior.
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