Un cortometraje muestra el trabajo y la valentía de quienes pelean a diario en el curso de agua, a una década del fallo de la Corte que ordena su saneamiento.
por Laura Rocha
La contaminación
del Riachuelo baja hacia su desembocadura en el Río de la Plata a
través de 64 kilómetros. En ese camino cuenta historias de mujeres
valientes que en su pelea cotidiana intentan revertir una de las
situaciones más graves en las que puede estar una población: el
olvido y el abandono.
Esto es lo que
cuenta el cortometraje Las mujeres del río, dirigido e ideado por
Soledad Fernández Bouzo, que recoge la acción de Beatriz Mendoza,
la vecina que comenzó con la causa por el saneamiento del Riachuelo
que llegó a la Corte Suprema, de Claudia Leguizamón, maestra de una
escuela de Villa Jardín y de Graciela Aguirre, que da clases en
Lomas de Zamora, en Villa Lamadrid.
"Es muy
frustrante. Lo que veo es involución. Hay cosas que me entristecen y
hasta opacan todo lo voluntarioso que uno puede ser. Mi problema
comenzó con una polineuritis cuando trabaja en la Villa Inflamable,
en Dock Sud. Cada año nacen entre 300 y 500 chicos allí y nadie
sabe si tienen plomo o hidrocarburos en la sangre y tampoco nadie
sigue los casos. Hay acciones, pero no apuntan al centro del
problema", le dice a Infobae Mendoza en el predio de la
Universidad de Lanús donde la semana pasada se presentó
oficialmente el cortometraje.
El reclamo de los
vecinos no parece imposible de cumplir. Sin embargo, no ocurre: "Es
necesario que se deje de contaminar, eso necesitamos. Y luego,
atención de la salud".
En julio de este
año se cumplieron 10 años de una sentencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que fue considerada histórica. El máximo
tribunal ordenó a los estados nacional, bonaerense y porteño a
sanear la cuenca más contaminada de la Argentina. Sin embargo, el
balance de esas acciones tiene un sabor agridulce.
Después de años
de atraso, avanza una megaobra cloacal financiada por el Banco
Mundial para descargar los efluentes de 2 millones de personas a 12
kilómetros de la costa del Río de la Plata. Mientras tanto, las
relocalizaciones de la población están muy atrasadas, los basurales
clandestinos vuelven a brotar, la salud de la población se atiende
de forma deficiente y el agua sigue igual o peor que hace una década
o que hace un siglo.
Pero la pelea por
que se cumpla con el fallo judicial no es la única que se da en esta
cuenca en la que viven unas 7 millones de personas. "Busco que
los chicos dejen de ser invisibles. Son los olvidados y por momentos
ves que van a la escuela a permanecer. Así son los estudiantes con
los que trabajamos", agrega Aguirre, directora de la ESB 334.
"Primero,
les cuesta ver que nacen en ese ámbito pero que no son ellos los
responsables. Es un proceso que es largo en el que hay que
explicarles que tienen derechos. Ellos incluso intentan diseminar el
mensaje entre sus familias, pero ellos también entraron en ese
letargo", le cuenta a Infobae.
Leguizamón está
en la misma lucha. Es maestra de la escuela 72 en Villa Jardín
Lanús. Ella no pudo ir a la presentación del cortometraje que la
tiene como protagonista. La emergencia lo impidió: las lluvias
dejaron anegados a cientos de vecinos que buscaban un refugio para
dormir o comer, después de que la inundación transformara en
inhabitables sus casas.
"Un día les
pedí a los pibes que escribieran en una hoja lo que les pasaba y
entre los papeles había una hoja en blanco. Cómo podía pasar eso,
no era obligatorio el trabajo. Sé de qué niño es y me entero de la
muerte de sus dos hermanitos. No me puedo quedar con los brazos
cruzados sabiendo que los chicos no tienen inodoro, viendo que no
tienen un espacio para jugar, viendo que la plaza que había se
transformó en un basural gigantesco", dice en uno de los
pasajes del corto y describe la realidad que sufren varios de los
barrios y asentamientos que están en los bordes del Riachuelo.
Vivir condenados,
vivir esperando, como describen el sociólogo de la Universidad de
Austin, el argentino Javier Auyero y la antropóloga Débora Swistun
en su libro Inflamable. En la Villa Inflamable, en Dock Sud, por
caso, donde además de la tormenta se registró un nuevo accidente en
la empresa Shell con incendio incluido. Allí viven 1800 familias que
iban a ser relocalizadas. Ese proceso, aún no comenzó.
"Es un
abandono por parte del Estado. No es un problema de justicia
ambiental, es un problema político", insiste Mendoza.
La Autoridad de
Cuenca Matanza Riachuelo (Acumar) instaló medidores de calidad de
aire en la zona y una encuesta. Y la Dirección de Salud y Educación
Ambiental del organismo llevó adelante el proyecto "Niveles de
plombemia en perros de la Cuenca Matanza Riachuelo como centinelas de
riesgo ambiental". La vecina que inició la causa tiene
sentimientos encontrados porque cree que si la agencia se disuelve o
la desarman pierden todos.
Las noticias no
son muy alentadoras por estos días. La Acumar, que ahora depende del
Ministerio del Interior, tendrá en 2019 unos $1000 millones menos
que este año.
Según las
fuentes consultadas, esta diferencia radica en la contratación o no
de los servicios para recolección de residuos de las orillas del
río. Hasta este año esa tarea está a cargo de la Coordinación
Ecológica Metropolitana Sociedad del Estado (Ceamse), la idea del ex
vicejefe de gabinete, Mario Quintana, era que desde el año próximo
esa tarea quedara a cargo de los municipios. En año electoral y con
recesión, los expertos aseguran que será difícil que ocurra.
Fuente:
Laura Rocha, Las mujeres del río: cómo es la lucha cotidiana contra la contaminación del Riachuelo, 01/12/18, Infobae.
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