Buenos Aires, 29
de noviembre de 2018. A un día de la cumbre de líderes del G20, la
posición común de los jefes de Estado frente a la discusión del
clima es débil. Según Greenpeace, y a pesar de las irrefutables
evidencias científicas, los miembros de este selecto grupo
subestiman las amenazas del calentamiento global y siguen apostando a
energías que potencian catástrofes naturales.
“Quienes
participan de la cumbre son responsables de más del 75 por ciento de
las emisiones de gases de efecto invernadero del mundo. Sin embargo,
en vez de utilizar el espacio para combatir el principal desafío que
enfrentará la humanidad en este siglo, prefieren mirar para otro
lado y dejar lugar a los combustibles fósiles”, señaló Mauro
Fernández, coordinador de la campaña de Clima y de Energía de
Greenpeace.
Según un informe
publicado por el Panel Intergubernamental en Cambio Climático
(IPCC), realizado por los máximos especialistas en clima de Naciones
Unidas, para prevenir las mayores catástrofes climatológicas es
necesario reducir las emisiones de gases de efecto invernadero al 50
por ciento para el 2030 y llegar a cero en el año 2050. Para
lograrlo, es necesario reducir el uso del carbón, el petróleo y el
gas en forma urgente, señala este mismo informe.
“La ventana de
acción para protegernos de los peores impactos del cambio climático
se está cerrando; los representantes del G20 deben trabajar sobre el
clima de forma urgente. Para lograrlo, deben dar señales claras y
concretas hacia la eliminación de los combustibles fósiles,
reforzar la importancia del Acuerdo Climático de París, y promover
el despegue de las energías limpias”, afirmó Fernández.
Para Greenpeace,
que el gobierno argentino tenga como objetivo desarrollar Vaca Muerta
pone en riesgo el cumplimiento de los objetivos climáticos asumidos
en París durante 2015. Abrir esta formación petrolera, uno de los
mayores reservorios de combustibles fósiles no convencionales del
mundo, podría liberar 50 mil millones de toneladas de emisiones de
CO2 durante la vida útil del territorio explotado. Incluso, el
Comité de Derechos Sociales, Económicos y Culturales de la ONU
recomendó a Argentina que revea la explotación de Vaca Muerta por
su significativa contribución al cambio climático global.
Además, el país
anfitrión ocupa el segundo lugar entre los países que más
destruyen sus bosques, un 22 por ciento en los últimos veinticinco
años.(1) Para la organización ambientalista, si Argentina quiere
tomar un rol de liderazgo frente al cambio climático, debe detener
la deforestación y abandonar los combustibles fósiles, aprovechando
su potencial en energía eólica y solar.
“Los argentinos
ya se ven afectados por los impactos del cambio climático: las olas
de calor cada vez más frecuentes, las inundaciones producto de
precipitaciones sin precedentes -muchas veces combinada con la
erosión de suelos causada por el monocultivo o los desmontes-, o
la grave sequía que afectó al campo el pasado verano, produciendo
una caída en los ingresos de divisas que golpearon fuerte la
economía doméstica, son ejemplos claros”, afirmó Fernández.
Nota:
Fuente:
Greenpeace: El G20 subestima las amenazas del calentamiento global, 29/11/18, Greenpeace Argentina.
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