por Mario Hernández
M.H.: Se está
desarrollando en Polonia la denominada COP 24 sobre el cambio
climático que tiene lugar en la ciudad de Katowice, que fue
bloqueada el pasado sábado horas después de que miles de
manifestantes marcharon en la ciudad para denunciar la promoción de
la minería de carbón en Polonia y para exigir la toma de acciones
urgentes contra el cambio climático. ¿Qué nos puede comentar de
esta reunión?
A.B.: Yo creo que
si hubieran invertido en energía eólica y solar el dinero que
gastaron en estas Cumbres tendríamos más encaminada la solución.
Hay una hipocresía tradicional de la ONU que simula que creen que
porque se reúnen y elaboran un documento que nadie va a cumplir,
están haciendo un aporte. En realidad el único aporte que están
haciendo es engañando a la gente. Se han reunido 24 veces, no una o
dos, y hasta ahora por lo menos todos los países del G20 han
incumplido todos los compromisos que asumieron. Entonces, se reúnen,
discuten cualquier cosa, aprueban maravillas, se sacan la foto y
después no cumplen nada. Esto hay que decirlo, hay que hablar del
fracaso del sistema de la ONU que está más pensado para engañar a
la gente que para solucionar problemas.
M.H.: ¿Qué
deberíamos esperar los seres humanos comunes y corrientes de esta
COP24?
A.B.: Nada. Un
documento anodino, el compromiso de que van a hacer los grandes
esfuerzos para solucionar los problemas y una mentira más. Si uno
hace el listado de 23 reuniones mentirosas, qué puede pensar de la
Nº 24. La primera vez que a uno lo engañan es culpa del que miente,
pero la Nº 24 ya es culpa de uno creerles.
Yo creo que
realmente la presión de los intereses de las empresas contaminadoras
es tan fuerte que no van a hacer nada, van a prometer hacerlo alguna
vez y nada más. Encima tienen el pretexto de tener a un payaso como
Donald Trump que dice lo que los demás no se atreven a decir. Este
momento lo juega Trump, en Brasil lo jugará Bolsonaro. Pero no hay
que esperar nada que salga de este sistema tan decadente y corrupto.
M.H.: ¿Qué
podemos hacer los seres humanos frente al cambio climático, al
calentamiento global?
A.B.: Una es
movilizarse en contra de todas las actividades contaminantes. El caso
argentino tal vez requiera de más movilizaciones porque es el más
irracional de todos, con el tema del fracking en petróleo y gas,
porque es una actividad extremadamente contaminante, tanto del aire,
el agua, el suelo y el riesgo de la salud de la gente. Y no es
rentable para nadie porque el gobierno tiene que subsidiar a las
empresas para que saquen petróleo y gas por medio de fracking
entonces estamos pagándole a las empresas internacionales con
nuestros impuestos, con el dinero que tendría que ir a salud,
educación, jubilaciones, salarios, etc., para que hagan una
actividad que está destruyendo el mundo. De modo que lo primero que
tendría que hacerse es una movilización muy fuerte contra estas
empresas.
Y lo otro tiene
que ser una actitud de adaptación o resistencia al cambio climático
que también requiere una movilización social para volver a redactar
todos los códigos urbanísticos del país, teniendo en cuenta que
todas las zonas que alguna vez se inundaron se van a inundar más y
las que tuvieron sequías van a tener más graves.
Esto hay que
plantearlo, moverse como ciudadanos, actuar. No se puede seguir
mirando para otro lado, no se puede aceptar más que nos planteen que
la maravilla que nos va a sacar de la crisis económica sea el
fracking y que hayan aprobado un Código urbanístico y de
edificación de la Ciudad de Buenos Aires que no tenga en cuenta que
hay napas de agua, arroyos entubados.
No tuvieron en
cuenta que esta Ciudad está cada vez más afectada por el cambio
climático y que no se puede construir en todas partes de la misma
manera, no se puede hacerlo sobre un arroyo, ni en un lugar en donde
la napa subterránea está más cerca de la superficie que donde está
más profunda.
Aquí ha habido
un engaño a la gente, se omitieron los temas importantes para
beneficiar a las petroleras en un caso y en el otro al negocio
inmobiliario.
Yo creo que
tenemos un pueblo demasiado pasivo ante estos abusos. Pienso en la
reacción de la gente de París cuando les aumentaron un poquito el
precio del combustible, salieron a protestar; nosotros aceptamos. Nos
aumentan los combustibles varias veces y a ellos un 0,5 % y los
indignó. Tenemos que aprender de la gente que se enoja cuando hay un
abuso.
Ley de semillas:
las multinacionales quieren prohibir una actividad practicada desde
el Neolítico
M.H.: Ha quedado
para el año que viene el debate en torno a la Ley de semillas ¿De
dónde arrancaremos respecto de esa discusión?
A.B.: Yo creo que
necesitamos más discusión en la sociedad, que la gente se entere de
qué significa esto. Desde que empezamos a hacer agricultura hace más
de 10.000 la práctica de los agricultores fue siempre sembrar,
cultivar, cosechar y reservar un poco de lo que cosecharan para
usarlo como semilla para el año siguiente. Esta vez se trata de
prohibir algo tan elemental como eso.
Es decir, las
empresas que manejan las semillas dicen “no te compro la cosecha si
no es de esta variedad que te vendo”. El agricultor la siembra, se
la vende a la empresa y la empresa dice “pero esa semilla la
desarrollé yo, es mía y no podés volverla a sembrar, tenés que
volver a comprarme a mí otra semilla”. El derecho del agricultor
de volver a sembrar la semilla que cosechó esta ley se lo está
prohibiendo. Una cosa que los agricultores vienen haciendo desde el
Neolítico.
A mí me parece
que es nuevamente un abuso extraordinario y que requiere de una
sociedad que se entere de que está siendo abusada y que reclame,
porque además, esto ya se está viendo en todas partes, todo el
sistema de semillas de las multinacionales está generando que
también cultiven plagas resistentes a los plaguicidas que usan,
entonces la solución para las empresas es envenenar a la gente,
fumigar más, etc.
Pero la solución
ecológica es trabajar con las variedades de los campesinos, que
tienen variedades de cada planta que pueden ser naturalmente
resistentes a distintas plagas sin echarles venenos. Pero por
supuesto los fabricantes de veneno no quieren admitirlo, por eso
quieren una ley que le prohíba a la gente cultivar su propia
semilla.
M.H.: Una batalla
que tendremos que librar el próximo año.
A.B.: Desde ahora
mejor, porque la gente piensa que es un tema que pasa allá lejos,
que es un tema técnico que no le atañe y no es así. Porque en este
momento, por ejemplo, mi mujer está preparando la cena, vamos a
comer verduras con plaguicidas, carne con plaguicidas que es el
resultado del modelo de producción que imponen estas empresas. Para
poder comer productos limpios necesitamos que esa ley no se apruebe.
Fuentes:
Mario Hernández, COP24: todos los países del G20 han incumplido todos los compromisos que asumieron, 19/12/18, Rebelión.
La obra de arte que ilustra esta entrada es "Atardecer en Ivry" de Armand Guillaumin.
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